Buscar Iniciar sesión
Sección patrocinada por
Patrocinio Repsol

Francisco Fernando y el disparo de las 20 millones de vidas

Un día como hoy de 1914 se producía el detonante de la Primera Guerra Mundial: el asesinato del archiduque Franz Ferdinand de Austria durante su visita en Sarajevo
larazon
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

Creada:

Última actualización:

Era un día de verano, despejado y caluroso, en el que nadie sospecharía hasta qué punto estaba a punto de cambiar el rumbo de la historia. Un día como hoy de 1914, amanecía en los Balcanes como una jornada cualquiera, aunque con la visita especial a Sarajevo, capital de Bosnia y Herzegovina, del archiduque Francisco Fernando de Austria. Se celebraba en este lugar San Vitus, patrón nacional de Serbia, así como se recordaba la batalla de Kosovo Polje de 1389, en la que el reino del príncipe Lázaro fue derrotado por los turcos. Era, por tanto, un día especial, en el que parte del pueblo identificaba la opresión que el Imperio Austro-Húngaro realizaba al igual que el turco en los Balcanes.
Aquel 28 de junio, además, el archiduque celebraba su decimocuarto aniversario con Sofía Chotek, su esposa, quien estaba embarazada de su cuarto hijo y, por fin, podía acompañar a su marido en el mismo automóvil en un acto oficial. Un gesto que le estaba prohibido en el protocolo de Viena. Con esto, se trataba de una visita, para muchos de los ciudadanos de Sarajevo, que significaba toda una provocación, por lo que lo vieron como el momento oportuno para actuar.
En Sarajevo, un grupo de seis militantes de la organización revolucionaria Joven Bosnia, grupo juvenil de la secreta Mano Negra, se reunió en una calle donde estaba previsto que pasara el automóvil del archiduque. La intención fue la misma meta: asesinarlo. Cuando pasaron por dicho punto de Sarajevo, lanzaron una granada al coche, pero fue un primer intento fallido. El convoy continuó su marcha y, una hora más tarde, al volver hacia el ayuntamiento, uno de los militantes disparó al archiduque con una FN Modelo 1910, acabando con su vida.
Fue Gavrilo Princip, nacionalista serbobosnio, quien disparó mortalmente a Francisco Fernando y a su esposa. Tenía 19 años, y fue el detonador de una guerra global, con el único objetivo de asestar a la monarquía austrohúngara un golpe que hiciese temblar sus cimientos, incitando a los bosnios a revelarse en contra de dicho imperio. “El evento no provocó ninguna impresión en absoluto. El domingo y lunes las multitudes en Viena escucharon música y bebieron vino, como si nada hubiera sucedido”, escribiría más tarde el historiador Zbynek Zeman. No veían venir, ni de lejos, lo que supondría este asesinato ya no solo para sus países, sino para el mundo en general.
Las consecuencias de este episodio son, por tanto, bastante conocidas. Las tensiones, principalmente, por parte del Imperio Austrohúngaro fueron creciendo, de manera que Viena terminó declarando la guerra a Serbia. Con el tiempo, las diferentes alianzas arrastraron a otros países a la contienda, derivando en un conflicto mundial que costaría más de 20 millones de vidas. Una guerra que se alargaría hasta la firma de un Tratado que, además, coincidiría en fecha con el asesinato de Sarajevo: el 28 de junio de 1919 se firmó en Versalles un tratado de paz que puso fin a la Gran Guerra, tratando de limitar futuras acciones militares principalmente por parte de Alemania. No obstante, esta firma no haría más que desatar la entonces inminente y sangrienta Segunda Guerra Mundial.