Ni un día sin memoria

“El Paisaje recobrado. Exiliados españoles en Roma”. Homenaje a María Teresa León y Rafael Alberti

Luis García Montero, Director del Instituto Cervantes y el embajador de España en Italia, Alfonso Dastis, inauguraron las obras en recuerdo al poeta y a su esposa.

La artista Clara Montoya, con su obra “Estudio 31. Un estudio para María Teresa León”, que mira al Tevere, en la escalinata de San Pietro in Montorio, refleja un cúmulo de sentimientos, la nostalgia y el dolor del exilio y la melancolía del que está lejos de su tierra pero muy cerca de sus pasiones. Esta mesa de trabajo que se “asoma” a uno de los paisajes más bellos de Roma, evoca la escritura y el trabajo que ayudaron a la escritora, a pasar los momentos más difíciles y posiblemente algunos otros preciosos de su vida en la Ciudad Eterna. A la pieza creada por Clara Montoya, parece que la baña el agua del Puerto de Santa María, por medio del mosaico de Miki Leal llamado: “Esclavo del pavimento”, inspirado en la actividad de deambular por la ciudad que Alberti realizaba y que toma por título alguno de los versos del libro del artista: “Roma, peligro para caminantes” (1968).

Las obras de Clara Montoya - "Estudio 31. Un estudio para María Teresa León" y Miki Leal - "Esclavo del pavimento". Homenaje a Rafael Alberti y a Maria Teresa León en la escalinata San Pietro in Montorio en Roma
Las obras de Clara Montoya - "Estudio 31. Un estudio para María Teresa León" y Miki Leal - "Esclavo del pavimento". Homenaje a Rafael Alberti y a Maria Teresa León en la escalinata San Pietro in Montorio en RomaAlicia Romay

Este proyecto, que conmemora el 120º aniversario del poeta gaditano, se integra en la iniciativa desarrollada por el Instituto Cervantes de Roma, la Real Academia de España en Roma y la Consejería de la Embajada de España en Italia, con el objetivo de honrar la memoria de los exiliados españoles refugiados en la capital transalpina tras la Guerra Civil.

Acto de inauguración en Roma de "El Paisaje Recobrado" .
Acto de inauguración en Roma de "El Paisaje Recobrado" .Alicia Romay

“Roma es un punto de referencia fundamental en la historia de la literatura” subrayó Luis García Montero, director del Instituto Cervantes y comentó que: “en el diálogo con lo fugitivo del tiempo, la escritura es lo que intenta hacer que nuestros recuerdos permanezcan y duren incluso en el ámbito del desarraigo. Y eso fue lo que hicieron los exiliados españoles”. El director del Cervantes,recordó que Rafael Alberti y María Teresa León, salieron después de la guerra civil de España, estuvieron en París, después viajaron a Buenos Aires en donde nació su hija Aitana y en donde permanecieron hasta 1963. En ese año, cuando la situación de complicó por la persecución policial, volvieron a Europa y el primer paso antes de poder regresar a España, fue instalarse en Roma. Vivieron en la calle Montserrato y más adelante en la Vía Garibaldi, justo en donde se ubica la Real Academia de España en Roma que se fundó en 1873. Esta última dirección, se convirtió en el punto de referencia para los exiliados españoles y para todos los que buscaban la libertad estando fuera de España.

Alberti y su esposa en la esquina del Hotel Saratoga en 1930
Alberti y su esposa en la esquina del Hotel Saratoga en 1930Jim Freiheittown

María Teresa León escribió en Roma, el libro “Memoria de la melancolía”, el libro de memorias más importante de la generación del ‘27, comentó García Montero. Y seguido a estos recuerdos, dio lectura a este fragmento del libro que habla de una cotidianidad, donde lo fugitivo permanece, gracias a la amistad y al recuerdo y a la solidaridad:

Escribía Maria Teresa:

“Llaman a la puerta de esta casa nuestra de Roma, personas que son como sueños que regresan. ¿Tú, estás aquí? Y nos quedamos entrecortados porque es como si el tiempo estuviese detenido y mirásemos detenido, el reloj del tiempo, nuestro propio reloj”.

Los exiliados españoles que se refugiaron tras la guerra civil en la Ciudad Eterna, nunca tuvieron acceso a la Real Academia de España en Roma. Esta es la primera de las muestras en este emplazamiento que tiene un alto simbolismo a causa del veto que les impuso el régimen franquista.

La mesa de trabajo de la artista Clara Montoya no estaba finalizada, faltaba una pieza y era el poema que el director del Instituto Cervantes escribió a petición de los artistas y que se introdujo durante el acto tapiando el espacio con cemento para mantener, allí dentro, sus letras que quedarán guardadas para siempre.