¿Es posible una Unión Ibérica entre España y Portugal en el siglo XXI?

España y Portugal han compartido reyes: en el escudo de armas de la casa de Austria aparecía el del país luso y ambos Estados se repartieron el mundo hasta la revolución industrial. Pese a que la relación histórica entre Portugal y España no fue del todo cordial, existió de facto una Unión Ibérica entre 1580 y 1640. El presidente chino Xi Jimping propuso en 2013 reactivar la histórica Ruta de la Seda y utilizarla como un gran canal de comunicación entre pueblos y culturas con el fin de afianzar la globalización, vertebrar Eurasia y América e impulsar el crecimiento de los países. El plan del secretario general del Partido Comunista de China, denominado Nueva Ruta de la Seda o Franja y Ruta u OBOR, convertirá al gigante asiático en 2049 (centenario de la fundación de la República Popular) en la primera potencia mundial indiscutible. En ese caso demostraremos de nuevo que la cultura, el arte y la historia sirven para crear un valor añadido.

No es la primera vez que la cultura se utiliza como elemento impulsor de la economía y el crecimiento. El empresario Arturo de las Heras recuerda que fueron los papas Alejandro VI, Julio II y León X los que pusieron en valor los restos del Imperio Romano que llevaban más de 1.000 años sin que nadie les hiciera caso para crear riqueza y valor añadido, y así llegó el Renacimiento, y el crecimiento económico, que llevaba parado en el mundo desde la época de Jesucristo, comenzó a subir. Sin la astucia del Papa valenciano no se hubiera producido ni la Revolución Industrial ni el marxismo.

Galicia tiene experiencia en utilizar la cultura como agente económico. La generación de personas como Manuel Fraga, Rouco Varela y Vázquez Portomeñe impulsaron las peregrinaciones medievales jacobeas originadas tras la Traslatio. El posterior impulso de Núñez Feijóo ha convertido el Camino de Santiago en una de las industrias culturales más importantes de Europa, generando riqueza, trabajo e ilusión en aquellos lugares por los que discurre.

Revitalizar la cultura y recuperar la historia puede ser un catalizador que genere empleo y puestos de trabajo, y para ello los historiadores deben trabajar de una manera transversal y desde perspectivas amplias. Tras el Renacimiento grecolatino, el Camino de Santiago o la Nueva Ruta de la Seda podrían llegar otras iniciativas como el memorable pasado conjunto de España y Portugal fruto de sus navegantes y aventureros, que encuentra el vínculo de unión en Galicia. Así, la conexión entre Macao en China y Guinea Ecuatorial o entre la isla de Guam, la Antártida, Cabo Verde o el Estado de Goa pasará en un futuro inmediato por Galicia y en Mondoñedo se están sentando las primeras acciones.

Mondoñedo, antigua capital del Reino de Galicia, ha acogido la segunda edición del seminario internacional en el que participa la Academia Portuguesa de la Historia y donde estuvieron representadas la Real Academia de Doctores y la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga. La organización corrió a cargo de un espacio de debate digital y presencial llamado Espazo Leiras, que rememora a Manuel Leiras Pulpeiro, poeta a quien se le dedicó el día de las Letras Gallegas en 1983. Las raíces de Mondoñedo hay que buscarlas en el mundo romano, cuando en torno al siglo III las poblaciones gallegas van saliendo de los castros hacia los valles y fundando nuevos espacios que, en el caso de Mondoñedo, es el comienzo de una cierta estructura urbana alrededor de un espacio central como es la actual plaza de la Catedral. A partir de ahí Mondoñedo ha sido un punto preeminente a nivel histórico que provocaba que el obispado se traslade a la ciudad en plena Edad Media, que el rey Alfonso VII de León le conceda el Foro de León y con ella la convierta en Ciudad de Pleno Derecho y también se asienten mercados mensuales y unas ferias anuales que, desde el año 1156, siguen en activo y que hoy se denominan Ferias de San Lucas.

Más adelante, ya bajo los Austrias Mayores, se empezará a hablar de Mondoñedo como cabeza de la provincia homónima, algo que, con seguridad, venía siendo de facto, pero que ahora lo es, al fin, de iure, y ,con ello, en época moderna, cierto que con altibajos, la ciudad va creciendo hasta llegar al siglo XVIII, en el que las rentas civiles y eclesiásticas confluyen en la localidad y dan lugar a unas abundantísimas obras públicas que confieren a Mondoñedo el aspecto señorial que mantiene en la actualidad. Así, el municipio reúne dentro de su espacio urbano un patrimonio amplísimo y con un nivel de conservación excelente, comunicado patrimonialmente con el resto de Galicia y con Europa a través del Camino Norte a Santiago, que acoge la Catedral, declarada patrimonio Unesco junto al Camino Norte,en 2015, así como un Seminario que se funda en el siglo XVI, varias iglesias en toda la ciudad que con advocaciones diversas van desde la época medieval al mundo contemporáneo, una veintena de casas blasonadas de antiguos nobles y, a su lado, lugares para honrar la cultura local y la gallega como la Casa Museo Álvaro Cunqueiro, el de la Imprenta y el inmediato Espazo Leiras.