Sección patrocinada por sección patrocinada

Festival de San Sebastián

Javier Bardem: "Aunque recibo el Premio Donostia con mucha alegría, me resulta imposible, tal y como está el mundo, celebrar nada"

El reivindicativo actor, que recoge durante la primera jornada del festival el Premio Donostia como reconocimiento a toda una carrera plagada de merecido éxito, se muestra decepcionado con el rumbo internacional de los conflictos y señala a Israel

Ya no se rompe los dedos en los rodajes, ni se derrama en sus traumas durante la construcción del personaje, ni se cree merecedor de nada, ni se embala con el nervio de un animal salvaje, ni tiene los 25 años con los que recogió la Concha de Plata a mejor actor en el festival donostiarra por "Días contados", y el cúmulo vergonzante de injusticias parece haberle anulado casi por completo el espíritu celebrativo que se presupone cuando te dan un premio, pero Javier Bardem elige cómo entrar y cuándo salir, sigue manteniendo inalterable esa característica raigambre comprometida del ciudadano por delante del actor, del señalador contestatario de todo aquello que es injusto.

"La mía es una circunstancia de una persona afortunada y bendecida por la vida. Incomparable a otras atrocidades que hay fuera. Ahí vamos todos, aprendiendo y sabiendo que hay que, definitivamente, elegir un bando. Desgraciadamente hay bandos, ojalá el mundo fuese un lugar sin tanta competencia y sin tanta rivalidad, pero hay cosas que son inadmisibles y que no se pueden no denunciar", ha comenzado asegurando el actor durante el inicio de la rueda de prensa celebrada en Zinemaldia, horas antes de la entrega oficial del Premio Donostia que el intérprete recibe y recoge ahora en compensación por la imposibilidad de hacerlo el año pasado tras coincidirle el galardón otorgado con la huelga de guionistas estadounidenses.

Bardem en el photocall del Festival de San Sebastián antes de recoger el Premio Donostia 2023
Bardem en el photocall del Festival de San Sebastián antes de recoger el Premio Donostia 2023UnanueEuropa Press

Bardem se ha mostrado nostálgico durante los primeros compases de su intervención. "Tengo 55 años y estamos en 2024. Es muy impactante el paso del tiempo y eso ya lo sabemos todos y todas, sobre todo cuando tienes hijos, que son unos espejos que te devuelven una imagen del tiempo tan extraordinaria y tan rápida. Espero no llorar esta noche aunque cuento con ello, porque las personas que me van a entregar el premio son mis hermanos y Juan Carlos Corazza. Me emociona el hecho de que todavía alguien pueda pensar que yo sea merecedor de un premio o de un reconocimiento y lo digo con toda la humildad del mundo. Uno hace lo que puede, a veces le sale un desastre y a veces le sale algo mejor. Pero el hecho de que te premien por una profesión que es una pasión, es la guinda dentro de un pastel que me parece demasiado", afirma antes de recordar las sensaciones que le invadieron en el 95 cuando recogió el premio por su interpretación en la cinta de Imanol Uribe.

"Eso ya lo viví hace 30 años, con la Concha de Plata, y pensé joder qué suerte. Me golpeó mucho aquel reconocimiento y de alguna manera me sentí inmerecedor en aquel momento. Esa sensación de no creerme merecedor no ha cambiado mucho, pero lo acepto con gran generosidad". Su madre, Pilar Bardem, sigue privilegiando el lugar sagrado de su memoria afectiva y en esta ocasión, no ha querido perder la oportunidad de volver a mentarla y a definirla como el lugar en el que empieza y acaba todo. "Una de las más hermosas circunstancias que tengo es haber nacido y crecido en el seno de mi madre. Nunca mejor dicho lo de seno, porque la parte masculina no estaba tan presente. He reconocido en ella muchísimas cosas que hoy, tres años más tarde de su fallecimiento, voy descubriendo lo importantes que eran y la vigencia y necesidad de su existencia, de su prolongación en mi historia personal y en la de mis hijos. Todas tienen que ver con la dignidad, la ética, la humildad, la sencillez y la empatía", recordó antes de matizar.

"No solamente soy el hijo de Pilar, sino que espero morir siendo el hijo de Pilar"

Javier Bardem

"Dentro de esto yo no soy ningún santo, soy un perfecto gilipollas, tengo días en los que soy insoportable, pero no quiero perder de vista el hecho de que pertenezco a una sociedad y que individualmente poca cosa podemos hacer, pero como sociedad y como grupo, algunos cambios podemos hacer. Y eso lo he visto muy vivo en mi casa, con mi madre", añadía Bardem referenciando a continuación una anécdota ya contada por su hermano Carlos en otras ocasiones sobre cómo su madre daba dinero a asociaciones saharauis aunque hubiera escasez en casa. "Mi madre siempre estaba ahí dando lo que tenía que dar a las personas a las personas a las que se lo tenía que dar. Es lo que hacemos y no lo que decimos lo que al final nos representa a todos como seres humanos. En este sentido no solamente soy el hijo de Pilar, sino que espero morir siendo el hijo de Pilar. Es mi mayor condecoración: ser el hijo de esa mujer". Y apostillaba en referencia a la naturaleza humanista y activa consustancial a los integrantes del mundo del cine: "Todo empezó con ella y siguió con mis hermanos, con mis amigos y más tarde con mi profesión, que es una profesión muy concienciada de lo que significa ser humano y de las necesidades que tenemos. No conozco a ningún actor o actriz que no sea altamente sensible o empática y eso es una cosa hermosa de nuestro trabajo".

"El Gobierno de Israel es el más radical que ha tenido la historia de ese país, profundamente conservador y está cometiendo crímenes contra la humanidad"

Javier Bardem

Resulta particularmente emocionante que un premio con el que se reconoce la trayectoria de un intérprete mayúsculo, instintivo y preciso como Bardem se entregue en el marco de un festival como el de San Sebastián, que ha seguido la evolución de la trayectoria del actor en las tres últimas décadas a través de su veintena de visitas: desde la primera en el 93 con "Huevos de oro" hasta la última con "El buen patrón" de Fernando León de Aranoa en la sección oficial de 2021, pasando por su Concha de Plata al mejor actor que mencionábamos con anterioridad y "El detective y la muerte" de Gonzalo Suárez. Así como sus colaboraciones con Pedro Almodóvar y Álex de la Iglesia en "Perdita Durango" y "Carne trémula" respectivamente, presentada en el festival en 1998.

Indignación con Gaza

El actor del talento de oro -no solamente iban a ser los huevos-, ha aprovechado además su intervención -altamente política- para denunciar de manera explícita la situación actual de Gaza y se ha mostrado extremadamente apesadumbrado e indignado con la situación actual caótica y destructiva que rige los parámetros mundiales. "Lo que está sucediendo es deshumanizante, terrible. El Gobierno de Israel es el más radical que ha tenido la historia de ese país, profundamente conservador y está cometiendo crímenes contra la humanidad. Estamos viendo crímenes que implican la prohibición de la entrada de alimentos, de agua, de medicamentos, de electricidad. No podemos ser impasibles ante esto. Los ataques despiadados de Hamas del 7 de octubre no justifican el castigo global y masivo que está sufriendo la población palestina. Es importante reconocer que el Gobierno israelí no es representativo de la comunidad judía ni de la población israelí", ha manifestado Bardem antes de resaltar el hecho de que "Estados Unidos y Reino Unido deben cambiar su comportamiento de apoyo incondicional a Israel". "La sociedad está empezando a entender que las críticas generalizadas a Israel nada tienen que ver con antisemitismo ni las dirigidas a Hamas con "islamofobia"".

Bardem en el Festival de San Sebastián antes de recoger el Premio Donostia 2023
Bardem en el Festival de San Sebastián antes de recoger el Premio Donostia 2023UnanueEuropa Press

En este sentido, las coordenadas del bando al que se refería al comienzo de su intervención, han quedado meridianamente claras: "Nos estamos dirigiendo a un lugar terrible que creo que a todos nos asusta muchísimo y necesitamos la voz social que ponga fin a la impunidad y al abuso del derecho internacional. Hay que apoyar a quienes defienden derechos civiles y sociales y no a quienes los anulan". Agradecido, generoso y oralmente expansivo, Bardem recogerá esta noche, a pesar de las embestidas internacionales y la sensación interna de derrumbamiento establecida, un premio más que merecido a pesar de no tener "espíritu de celebración", ya que "tal y como está el mundo, me resulta imposible celebrar nada".