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Los libros de la semana: de lo nuevo de James Salter a la cotidianeidad estadounidense

Se publican también los cuentos completos de James Salter y lo nuevo de Julio Llamazares
Pedro Almodovar posa a su llegada para la proyección de "Julieta"en la edición del Festival de Cine de Cannes de este año.
Pedro Almodovar posa a su llegada para la proyección de "Julieta"en la edición del Festival de Cine de Cannes de este año.Gonzalo PérezLa Razón

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"Cuentos completos", de James Salter ★★★★
Erotismo, silencios e intuiciones
Se reúnen los dos libros de cuentos del gran autor americano James Salter, unas páginas que recogen una prosa sobria y punzante
Por Toni MONTESINOS
Tardía pero de inapelable éxito, tanto de crítica como de público. Así fue la acogida de la obra de James Salter en los últimos lustros; en España fue obteniendo reputación entre diferentes generaciones que lo auparon, si bien no a una de esas famas rutilantes donde entra el arte hiperbólico de la mercadotecnia editorial, a eso que se da en llamar autor de culto. Antonio Muñoz Molina destacó su pequeño cuento «La última noche», que según él corta el aliento, y afirmó haberse pasado toda una noche leyendo su novela «Años luz».
Salter desarrolló, como se palpa en estos «Cuentos completos», una obra bastante breve (siete libros a lo largo de ochenta y ocho años) en la que el trasfondo erótico, y los silencios y las intuiciones, son clave para penetrar en sus personajes. Aquí se reúnen sus dos colecciones de relatos, «Anochecer» (1988), y «La última noche» (2005), más otro cuento titulado «Carisma», precedidas de un prólogo de John Banville. Este habla de la carrera militar de Salter en la Fuerza Aérea y su trabajo como guionista cinematográfico, para acabar apuntando que es «un magistral cronista de la vida cotidiana».
La sobriedad del estilo de Salter hace que sus historias tengan finales abiertos y no guarden un argumento muy claro. Los textos descansan en diálogos en apariencia intrascendentes que van perfilando la psicología de unas entidades que exhalan desconfianza. Y destaca lo concerniente a las dificultades de las relaciones amorosas.
▲ Lo mejor
La habilidad de Salter para introducir al lector en los ambientes de los personajes
▼ Lo peor
A veces los finales abiertos del autor son más desconcertantes que estimulantes
«Vagalume», de Julio Llamazares ★★★★
La enigmática vida secreta de un profesor represaliado
José Luis Villacañas repasa la vida y la obra del filósofo español en una extensa y notable obra que repasa sus influencias y relevancia
Por Jesús FERRER
En 1988 Julio Llamazares publicaba «La lluvia amarilla», novela con la que avanzaba temas como la conciencia ecológica o la despoblación rural, que después serían de una preocupante actualidad. En años posteriores este narrador forjará un estilo literario marcado por el intimismo psicológico, la minuciosidad descriptiva, el tono poético de atmósferas y paisajes, y la consideración de la naturaleza como ideal formante de la condición humana. Avalan una ya sólida trayectoria novelas como «El cielo de Madrid», crónica generacional de jóvenes artistas; «Las lágrimas de San Lorenzo», emotiva historia de desencuentros familiares; o «Distintas formas de mirar el agua», fábula de paraísos perdidos, simbolizados en un pueblo sumergido en las aguas de un pantano. Con «Vagalume» nos adentramos ahora en un relato donde los auténticos protagonistas son la vocación artística, la búsqueda de la verdad y la ética de la honrada cotidianidad.
Un escritor regresa a la ciudad de provincias donde se formó como periodista para acudir al entierro de su amigo y maestro en esa profesión. Reencontrándose con antiguos conocidos y viejas historias, llegará a sus manos la única novela publicada del difunto, titulada como la que aquí se reseña y que es a la vez el apodo del protagonista –«Vagalume», «libélula» en gallego, la que da luz vagando en la oscuridad–, un profesor represaliado por el franquismo en la postguerra, que se verá abocado a escribir novelas de quiosco bajo diversos seudónimos.
Eficacia argumental
A través de familiares de su maestro, el narrador descubrirá que este tenía escritas varias novelas inéditas, con cuya lectura sabrá de su desconocida identidad. Surge así la figura del escritor secreto, fiel a la íntima necesidad de la escritura, sin resignarse del todo al silencio de lo inédito.La cita de Faulkner que encabeza el libro resulta crucial: «Entre la pena y la nada elijo la pena». En definitiva, una historia de dificultosas vocaciones literarias, impulsadas por un irrenunciable deseo de creativa comunicación. Una novela sobre las escondidas pulsiones artísticas, la eficacia argumental de momentos históricos, la versatilidad de los gustos estéticos y la ambivalencia entre ficción y realidad.
▲ Lo mejor
La propia tesis de la novela, un decidido elogio de la escritura creativa
▼ Lo peor
Algún personaje de esta novela daba para una mayor extensión argumental
«Ficcionario americano», de Dubravka Ugrešic ★★★
La yugoslava que dudó entre un bagel y los donuts
Dubravka Ugrešic, autora nacida en lo que fue Yugoslavia, cuenta al detalle cómo fue su cotidianidad estadounidense
Por Toni MONTESINOS
Ciertamente, surge una sensación de extrañeza incómoda cuando uno entra, tras salir de una situación de extremo peligro y dolor, en una fase o en un lugar donde la calma gobierna todo. Ese fuerte contraste aguza la capacidad de observación, de conciencia de lo que se tiene delante de súbito y de lo que ha dejado atrás. Y algo parecido debió de experimentar Dubravka Ugrešic –fallecida el pasado marzo– cuando pudo salir de Yugoslavia en plena guerra e instalarse en Estados Unidos. Cuenta esa transición en «Ficcionario americano» (traducción de Luisa Fernanda Garrido y Tihomir Pištelek), que vio la luz en 1993.
El libro es el testimonio de las noticias que recibía sobre los asedios de Sarajevo –deja en Zagreb a su madre, que le cuenta a distancia todo tipo de desgracias– o las acciones de Miloševic y, sobre todo, la crónica de una vida nueva, estadounidense, con sus particularidades. El libro parte de una serie de columnas que fue publicando en la Prensa con el título de «Mi diccionario americano. My American Dictionary». Dice Ugrešic que un escritor que se precie debería evitar los escritos autobiográficos, los escritos sobre otros países y los diarios, al estar ligados con el narcisismo, pero ella incurre en los tres, de modo que afirma, de forma incongruente, que escribió el libro en contra de sus opiniones literarias personales. En todo caso, se mezclan páginas de interés, por la parte yugoslava, por así decirlo, con banalidades como comparar los «bagels» con los «doughnuts» y los «muffins».
▲ Lo mejor
La forma en que se presenta la idiosincrasia estadounidense con sus rarezas
▼ Lo peor
A veces la autora se extiende en naderías que no aportan demasiado a sus crónicas