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Regeneración, España no puede esperar a mañana

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José Antonio Zarzalejos pide afrontar la corrupción y asentar la Corona en un ensayo

Últimamente proliferan los libros de análisis político, pero no todos acompañan su diagnóstico con la aportación de posibles soluciones. José Antonio Zarzalejos ha escrito «Mañana será tarde. Un diagnóstico valiente para un país imputado» (Planeta), con el que radiografía la situación política de España centrado en cinco puntos de máximo interés: la corrupción generalizada; la situación de la Corona; la crisis política de Cataluña; el País Vasco y la actualidad del periodismo y el papel que deben cumplir. Para Zarzalejos, «el título es intencionado porque esta situación hay que solucionarla ya. España tiene problemas pendientes ante los que hay que dar la cara, una realidad que hay que abordar seriamente y sin miedo al reformismo. Reformar la Constitución siempre será mejor que hacer una nueva. El mejor sistema para que siga vigente es introducir reformas, como hicieron Estados Unidos, Alemania o Francia». La corrupción, afirma el autor, «es un artefacto destructivo del sistema. Afecta a los fundamentos morales o éticos de la estructura democrática. No es de derechas ni de izquierdas, sino un mal moral que quiebra la confianza entre las clases dirigentes y la sociedad. Una corrupción consentida por la sociedad que votó a corruptos y que en la bonanza no fue generosa. Pecó de tolerante porque está acostumbrada a comportamientos colectivos graves: elusión de impuestos, economía sumergida...y los políticos y los banqueros son un reflejo social».

En cuanto a la Corona, habla del Rey y las «líneas rojas»: «La equivocación de Juan Carlos fue no regular la Monarquía ni su propio comportamiento, fiarlo todo a su carisma. El punto de inflexión que indicaba que había perdido las referencias de su papel institucional y personal fue el viaje a Botsuana. La desestructuración familiar y el caso Nóos contribuyeron a la abdicación. Doña Sofía actuó con dignidad, pero alejada del pálpito de la sociedad española. La monarquía debe de ser funcional y ejemplarizante, útil a los intereses del país. Felipe VI debe dar normalidad. Está perfectamente preparado para conseguirlo y es consciente de sus funciones institucionales, como acaba de demostrar con su hermana».

El País Vasco toca muy de cerca a Zarzalejos. «La herida no está cerrada. ETA no se ha disuelto, ni han entregado las armas, ni ha descubierto su aparato financiero. Quedan 347 asesinatos por resolver y muchos aspectos ocultos. No pueden mantenerse como “gudaris”, héroes salvadores de la patria, sino como lo que son, terroristas asesinos». Por otro lado, asegura que «el llamado “problema catalán” existe y es preciso solucionarlo». Habla de Cataluña como «la grieta española». ¿Tiene vuelta atrás? «Creo que sí, si dejan de tomar medidas unilaterales. Falta negociación para renovar los pactos de convivencia. El límite es mantener la integridad del Estado. Dialogar, e incluso reformar la Constitución, pero salvando la unidad de España».

Finalmente, en cuanto a los medios de comunicación, afirma que «el periodismo agoniza cuando más lo necesita el sistema. Su crisis es de la credibilidad, no de formatos». «Hay mucha información, pero poca calidad. Existe una menor credibilidad y esto provoca debilidad. El periodismo debe ser un contrapeso que ayude a la sociedad a ejercer un control del poder y para eso hay que modificar los modelos editoriales y de negocio, reducir cabeceras y contar lo que pasa hoy, no lo de ayer».