“Boudica”: la Cleopatra de Britania
El historiador Arturo Sánchez Sanz ha publicado un ensayo sobre la desconocida reina de los icenos que se enfrentó a Roma
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Incluso personas pocas versadas en historia conocen a Cleopatra o Zenobia como destacados personajes femeninos de la Antigüedad. Quizá no les suene tanto el nombre de Boudica, reina de los icenos, uno de los más importantes pueblos de la lejana Albión (la “isla blanca”, como era conocida Britania), “que lideró a su pueblo frente a la ocupación romana y cuyas hazañas pervivieron durante milenios hasta convertirse en leyenda como símbolo femenino del valor y la lucha por la libertad”, según afirma Arturo Sánchez Sanz, autor de “Boudica. Amazonas en Britania” (HRM Ediciones). “El desconocimiento de su figura fuera del entorno anglosajón es lo que me llevó a dedicarle este ensayo y por estar considerada por los romanos como una reina bárbara que luchó ferozmente contra la ocupación de Britania. Sorprende que no haya despertado mayor interés en los estudios contemporáneos. Su nombre significaba “victoria” en lengua céltica”.
Britania había conseguido mantenerse ajena a la ambición romana hasta mediados del s. I a C. Tras la campaña ordenada por Claudio en el 43 d. C., una gran extensión del sur pasó a convertirse en provincia romana. Los sucesivos gobernadores no hicieron sino demostrar que los romanos pretendían erigirse en dueños y señores de cuanto allí existía. Según Sánchez Sanz, “en ese ambiente de enfrentamiento constante emergieron figuras como el catuvelauno Carataco o la icena Boudica cuyo especial carisma y valor les permitió canalizar ese sentimiento hacia el campo de batalla”. Boudica se convirtió en una figura de renombre por méritos propios. La revuelta que protagonizó consiguió unir a cientos de miles de britanos contra Roma. Nunca antes sus legiones tuvieron que enfrentarse a un ejército dirigido por una mujer. “Se sabe poco de ella porque sólo contamos con las fuentes romanas de Tácito y Dión Casio y porque hasta ese momento no había asumido un papel en la historia política de la antigüedad. Apenas sabemos de sus orígenes, podemos especular que pertenecía a una familia noble porque acabó como reina y las fuentes no hablan de ella hasta poco antes de la revuelta, es decir, lo ocurrido en los dos últimos años de su vida, a partir de ahí intentamos inferir cómo pudo llegar a esa situación y qué provocó levantarse contra la ocupación romana”.
Boudica era un personaje multifacético, esposa, reina, madre, política, devota y guerrera, lo que le hacía conformar una personalidad, sin duda, compleja. “Casada con el rey de los icenos, según las costumbres celtas participaría en asuntos políticos, era sacerdotisa y además combatía como muchas guerreras celtas, que llegado el momento no dudaban en usar las armas. Sin mediar provocación había sido azotada en público y obligada a presenciar la violación de sus hijas, apenas unas niñas, mientras se apoderaban de todo. Esto fue la raíz de un odio hacia Roma que desembocó en esa rebelión que antes no existía. Su marido, incluso había intentado evitar el conflicto con los romanos para que permitieran a su esposa seguir reinando, pero parece que no fue suficiente para Roma y querían más, eso provocó su ira y su castigo. Boudica se convirtió en estandarte del odio hacia aquellos conquistadores. No es solo una historia de venganza y lucha contra el invasor que pretendía apoderarse de sus tierras –significa el autor-, también querían acabar con su cultura, con las tradiciones religiosas de los celtas, que entre otras cosas eran druidas, explotarlos e, incluso, maltratarlos hasta la humillación al considerarlos bárbaros, y que esto estuviera en manos de una mujer guerrera es algo extraordinario. Nadie mejor que aquella reina era capaz de personificar todo ese rencor acumulado en Britania contra los romanos”, asegura Sánchez Sanz.
Bagaje demasiado discreto
Pero aunque los trajo en jaque, al final perdieron la batalla decisiva contra Paulino. “Se enfrentaba a un ejército muy profesionalizado como eran las legiones romanas, una máquina perfecta de matar y adiestrada para ello. Estos pueblos celtas tenían mucho ardor guerrero, pero carecían de disciplina militar, combatían sin ninguna táctica ni estrategia, simplemente intentaban imponerse por su enorme superioridad numérica atacando en masa. Boudica logró aglutinar todo el descontento entre esos pueblos del sur y gracias al apoyo de los druidas y otros colectivos juntaron un ejército increíble, las fuentes hablan de unos 120.000 soldados, que triplicaban las fuerzas romanas –explica-. Confiaban que eso fuera suficiente para asestarle un golpe definitivo, sin embargo terminaron derrotados por errores tácticos y estratégico que Paulino, con su experiencia en combate, supo aprovechar”. Tras casi dos milenios, su figura suscitó la aparición de caricaturas dedicadas a Margaret Thatcher, conduciendo su carro como la guerrera celta en plena batalla y el escultor Thomas Thornycroft realizó una memorable escultura acompañada por sus hijas (1850- 1860), que puede verse junto al puente de Westminster en Londres. “Un bagaje demasiado discreto para una figura representativa del pasado glorioso de las tribus britanas y su lucha frente a la ocupación romana”, concluye.