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cultura
Seis años sin Ferlosio, tres títulos para recordarlo
El autor de 'El Jarama' falleció el 1 de abril de 2019 a los 91 años de edad

El gran escritor Rafael Sánchez Ferlosio murió el 1 de abril de 2019 a la edad de 91 años, hace hoy justo seis. Nacido en Roma, fue hijo del escritor falangista Rafael Sánchez Mazas, marido de la novelista Carmen Martín Gaite, autor de 'El Jarama' y lingüisa, entre otras tantas cosas. Premio Cavia, Nadal, Cervantes, Nacional de la Crítica, Francisco Cerecedo... Retirado muy pronto de la novela (realista), donde dejó dos magníficos títulos, se dedicó al estudio de la lingüística, al ensayo, hasta el fin de sus días.
'Industrias y andanzas de Alfanhuí' (1951)
He aquí un libro cautivador, cuya lectura no ha dejado de asombrar desde su aparición en 1951, en unos tiempos en que la tendencia predominante de la narrativa española era el realismo. Se han buscado todo tipo de linajes para esta novela insólita e inclasificable, mezcla de relato de formación y retablo de maravillas, escrita con una prosa prodigiosa, de originalísima imaginería, y dotada del encanto intemporal de las viejas narraciones. Elegía de un mundo antiguo, de la infancia perdida, las Industrias y andanzas de Alfanhuí no han dejado de suscitar todo tipo de interpretaciones, sobre las que «revolotea», ingrávida, su peripecia llena de gracia y de ligereza.
'El Jarama' (1955)
Escrita por su autor con el sólo propósito de reflejar el habla de sus personajes, 'El Jarama', Premio Nadal 1955, se convirtió en un hito de la novela española de la posguerra, paradigma del objetivismo que causaba furor en aquellos años, y detonante de la llamada «novela social». Bajo la aparente inanidad de su argumento -las conversaciones de un grupo de jóvenes madrileños que han ido a pasar un domingo del mes de agosto a orillas del río Jarama- se han reconocido todo tipo de significaciones: desde una poética reflexión sobre el paso del tiempo hasta un interpelador retrato de la España del momento. Con su misterioso encanto, la novela nunca ha perdido, desde su aparición, el favor de los lectores.
'Campo de retamas' (2015)
El diccionario de María Moliner define «pecio» como «resto de una nave naufragada o de lo que iba en ella». Al llamar así a sus apuntes breves, Rafael Sánchez Ferlosio parece sugerir que, lejos de aspirar a la «sentenciosa lapidariedad» de los aforismos, estos textos testimonian más bien los naufragios de una voluntad que -por inconstancia, pereza, impotencia, o simplemente por una recalcitrante desconfianza hacia «la estúpida arrogancia del convencimiento»- ha desistido del esfuerzo superior de perseguir un razonamiento hasta sus últimas consecuencias, conformándose con su sola silueta, su simple amago o fragmento. Los pecios no obedecen a una fórmula homogénea: mezclan reflexiones, esbozos ensayísticos, recuerdos, comentarios, epigramas, donaires, apólogos, poemas... Ingrávidos por naturaleza, permiten adentrarse sin dificultad en las principales obsesiones de Ferlosio, desplegándose en una panoplia de registros que va del humor al lirismo, de la indignación a la ironía, de lo concluyente a lo especulativo.
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