Magnum, un bastión de veracidad frente al auge de las imágenes falsas
La agencia admite su preocupación por la incapacidad de muchas personas de no saber distinguir hoy fotografías auténticas de otras que no lo son


Oviedo Creada:
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En 1947, una serie de fotógrafos –Robert Capa, David Seymour «Chim», Henri Cartier-Bresson, George Rodger, Bill Vandivert, Maria Eisner y Rita Vandivert– fundaron la agencia Magnum. Su propósito era defender su trabajo y terminar con la impunidad que en ese momento tenían los medios de comunicación para utilizar, recortar o manipular sus imágenes sin consultar al fotógrafo. El resultado fue una agencia de comunicación que, desde entonces, ha velado por contar la realidad y lo que sucedía en el mundo, y que, a estas alturas, su nombre se ha convertido en una leyenda del fotoperiodismo.
«Corremos el riesgo de dejar creer en las imágenes»Cristina de Middel, presidenta de Magnum
La Fundación Princesa de Asturias, que ha otorgado el galardón de la Concordia a Magnum, ha inaugurado una exposición con 112 obras de 46 de sus fotógrafos, algunos tan reconocidos por el público como Abbas, Guy Le Querrec, Eugene Smith, Elliott Erwitt, Inge Morath, Cristina García Rodero, Philippe Halsmann, Gerda Taro o Steve McCurry, entre otros. Un recorrido por una serie de imágenes emblemáticas, que pertenecen al acerbo de nuestra cultura visual, pero que también supone un repaso por la historia y nuestro pasado. Un recorrido por distintos estilos y maneras de adentrarse en la realidad y de retratarla.
Confusión
Su presidenta, Cristina de Middel, reconoció durante la inauguración una de sus mayores preocupaciones y, también uno de los retos que se le presentan por delante a los reporteros: «Estamos en un momento de confusión real sobre qué imágenes son reales y cuáles no lo son. Estamos en una sociedad audiovisual y corremos el riesgo de dejar de creer en las imágenes. Todos deberían aprender a leer imágenes». Una declaración que subraya una de las líneas argumentales que subyace en esta muestra: cómo una agencia integrada por fotógrafos se preocupó por enseñar a los ciudadanos la realidad de lo que ocurría en otras partes del mundo. Y lo hacía en una época donde las cámaras no estaban extendidas, no todos disponían de la posibilidad de viajar y el acceso a la verdad resultaba una batalla crucial que se arrogó el periodismo.
Durante esa época, estos fotoperiodistas enseñaron al público cómo eran las guerras, los países con culturas y sociedades distintas, y la manera de vivir que existían en otras naciones. «Nosotros queremos seguir siendo verdaderos», aseguró con firmeza antes de entrar en otro de los desafíos a los que se enfrenta a partir de ahora la fotografía: «Siempre influye el punto de vista del fotógrafo. No solo en los conflictos bélicos. En todos temas que aborda. Lo que sucede hoy es que ahora tenemos mucha información y es difícil crearte una opinión propia. Magnum se creó para comprender el mundo, pero ahora, la paradoja, es que una imagen puede impedir llegar a lo que está pasando en realidad. Nosotros, por eso mismo, continuamos apostando por la calidad y el punto de vista. La gente debería saber que a partir de ahora serán ellos responsables de la información que consumen. Si son pasivos, serán manipulados. Tendrán que ser activos», concluyó.