Crítica de clásica

Falstaff con ojos de hoy

Regresa la escena operística al Teatro Afundación tras la pandemia con el clásico de Verdi

Un escena de "Falstaff"
Un escena de "Falstaff"Jesús NietoJesús Nieto

Obra: “Falstaff”, de Verdi. Intérpretes: Luis Cansino, José Antonio López, Aida Gimeno, Leonor Bonilla, Francisco Corujo, Anna Gomà, María Luisa Corbacho, Josep Fadó, Javier Agulló, Pedro Martínez-Tapia. Orquesta Sinfónica Vigo 430, Coro Rías Baixas. Director musical: Manuel Coves. Vigo, 30-XI-2022.

Vuelve la escena operística al Teatro Afundación tras la pandemia. Y lo ha hecho de la mano de Verdi con su ópera postrera y magistral, un fruto granado, exquisitamente labrado, de un discurrir musical fluido y continuo, que estuvo en las manos de Eugenia Corbacho, directora de escena imaginativa y estudiosa. No hay duda de que ha trabajado a conciencia este Falstaff, con la Orquesta sobre el escenario -no cabía en el pequeño foso-, detrás de los cantantes, que se movían con agilidad y destreza, de manera especialmente expresiva. La regista, siguiendo la costumbre actual, traslada la acción a nuestros días, lo que, dada la destreza del movimiento, no transgrede especialmente el curso argumental ni perjudica la anécdota. Bien ayudada por los alusivos y pertinentes videos de Alejandro Contreras.

Es cierto que algunos de los valores intrínsecos, conectados con las costumbres y hábitos de la época -como la larga secuencia final en el bosque- se pierden y hacen la anécdota poco creíble. Aunque si consideramos la urdimbre de la relaciones y la evolución de los personajes, a la postre seres humanos, la propuesta, bien hilada, puede tener su justificación teatral y encajar adecuadamente con la música. Aunque hubo detalles que trastocaron en algún momento las buenas intenciones en una acción que se quiere realista. Como la ausencia de una gran cesta en la que Falstaff es arrojado al Támesis al final del segundo acto. En vez de cesta se empleó, con relativo acierto, una suerte de saco negro en el que no cabía el corpachón de Luis Cansino. Momentos escénicos inseguros y poco eficaces.

El barítono defendió con acierto su papel, ayudado por su oronda anatomía (aunque haya perdido kilos) y mostró su amplio juego actoral y sus dotes cómicas sin descuidar los momentos más tristes y más recogidos, como los que se suceden al comienzo del tercer acto, recién salido de las aguas. Manejó con pericia su instrumento fornido, de metal penetrante, algo desigual, con un centro amplio y agudos bien puestos, de sonoridad pasajeramente nasal. Tiene bien estudiado el personaje. Frente a él se lució el Ford de José Antonio López, voz noble, homogénea, bien redondeada y emitida, músico de primera. Espléndida su aria “È sogno o realtà?”.

Sorprendió gratamente la joven Aida Gimeno (27 años), pescada al lazo muy pocos días antes de la función. Es una lírica en potencia. Posee una voz bien timbrada, igual y extensa, fácil y espejeante. Ha de ir creciendo sin prisas. A su lado evidenció de nuevo su calidad de rutilante lírico-ligera Leonor Bonilla, segura, acertada en los pianísimos, expresiva. Cantó estupendamente su aria de las hadas. María Luisa Corbacho fue una eficaz Quickly, rotunda y sólida, de ciertas resonancias nasales. Anna Gomá una muy refrescante Meg, aunque es más bien soprano. Francisco Corujo se desenvolvió con prestancia como Fenton a falta de un mayor brillo tímbrico. Bien los tenores Fadó y Agulló, líricos tendiendo a ligeros, graciosos y ajustados, como Bardolfo y Dr. Cajus, y en su sitio Martínez-Tapia, barítono, como Pistola.

Manuel Coves acertó desde el podio a marcar el curso agógico y a establecer un tempo ritmo muy verdiano, practicando una lectura bien orientada en lo expresivo y buscando el casi siempre conseguido engarce con las voces. Una lectura muy ajustada y resuelta, con momentos bien subrayados, como los finales de los dos primeros actos y la bien elaborada fuga postrera. Faltó probablemente un mayor cuidado en el detalle, un balance más conseguido y unas texturas más nítidas. Obtuvo buenos resultados en los pasajes en los que se superponen compases distintos. Muy cumplidores los conjuntos.