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Kiko Veneno: «La música debe ser algarabía y autoconfianza»

Kiko Veneno
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En 1992, Kiko Veneno pasó de ser un nombre de referencia para los apasionados de la fusión flamenca, compositor de «La leyenda del tiempo» de Camarón, y miembro de Veneno, a un superventas capaz de llenar plazas de toros. El responsable fue el disco «Échate un cantecito», diez canciones que se convirtieron en emblemas y que esta noche volverá a tocar en el Apolo en su 20 aniversario.

-¿Qué significó el éxito de «Échate un cantecito» para su carrera?

- Me permitió vivir por primera vez a mis 40 años, de la música. Pude comprar mi primera casa. Empezó con poca promoción, pero desde que lo grabábamos sabíamos que teníamos diez joyitas. Todavía estaba secuestrado por Veneno, como una maldición. Tenía esa ansiedad de hacer algo tan bueno como con Raimundo y Rafael Amador y por primera vez vi que lo había logrado.

-El disco tuvo varios éxitos, ¿qué recuerda de «En un mercedes blanco»?

-Está escrita en clave de romance, el verso de Lorca. La canción está inspirada por la película «Salam/Bombay» y es una metáfora de los estragos que hizo la heroina en la comunidad gitana. Hasta los años 80, su relevancia a nivel musical y cultural era muy grande, pero la droga, al ser una comunidad tan homogénea, la minó. Desde entonces. no ha vuelto a ser lo mismo. Se echa de menos. Muchos quisieron imitar a Camarón, pero sólo imitaron sus adicciones.

- ¿Qué me dice de «Joselito»?

- Hice cinco o seis versiones hasta que encontré la definitiva. Habla de un marinero mayor, que por la mañana va a un bar antes de ir a la playa a buscar trabajo, pero que después de un gin tonic ya no se mueve de allí. Describe el alma andaluza, que por una parte es pobre, quizáincluso inculta, pero que conserva esa intuición, esa chispa y magia, que la hace única y que espero no pierda nunca.

-Por último, ¿quién es «Lobo López»?

- «Lobo López» soy yo. La cree casi como con escritura automática. La letra tenía un soniquete que hizo que me saliese sola. Después, poner música a una rima tan clara estaba chupado. Habla de mis miedos, mis inseguridades, de mis relaciones personales. Son canciones que adoro y que nunca he dejado de cantar .

- En las canciones hay mucha guasa, pero ¿no hay mucho de lo que reírse estos días?

-Desde un punto de vista cultural, la caída ha sido homogénea desde los años 80. El impulso de la primera transición dio muchas alas, pero desde entonces ha ido cayendo hasta pegarse el sopetón final. Somos tan burros que no reaccionamos hasta que ya es inevitable.

-¿Y los recortes a la cultura?

- Es un indicador político. Lo primero que hay que hacer es silenciar a los portavoces críticos más preparados, y éstos son los de la cultura. Hay que recuperar el espíritu de los 60 y 70. Si existiese gente como los Beatles o Jimi Hendrix, con millones de seguidores, los políticos no se atreverían a hacer lo que hacen, pero ahora sólo hay música de anuncio de champú, que no ensalza, sino que amarga y duerme.

-¿No es optimista con los jóvenes músicos?

- Sí lo soy. Está claro que con la crisis están empezando a hacerse preguntas y eso siempre es un caldo de cultivo para nuevas formas de cultura. La música ha de ser algarabía y autoconfianza, y no amargura y ansiedad. Está empezando un nuevo cambio de paradigma cultural. Va a ser divertido.