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Entrevista

Zenet: "Tengo un público que me ve por Facebook y otro por Instagram"

El cantante se encuentra en vísperas de lanzar su nuevo álbum, "Las manos y la voz", para nuevamente garantizar un cóctel de ritmos melancólicos

Entrevista a Zenet
Zenet entre bambalinas musicalesDavid JarFotógrafos

Muchas voces cubanas, como Celia Cruz y Olga Guillot, depositaban su alma frente al micrófono al entonar el bolero “Nostalgia habanera” en el que añoraban su isla de origen. Antonio Mellado Escalona, más conocido por su nombre artístico Zenet, también podría parecer un extranjero proveniente de algún domicilio cercano a la Casa Rosada porteña que con sus composiciones recuerda las milanesas engullidas en la infancia. Sin embargo, sus orígenes se localizan en Málaga.

Desde una corta edad, el tango y el folk sonaban en sus aposentos, lo que determinó que su carrera musical se dirigiera hacia esa identidad. Los años han dado sus frutos, permitiendo ser un pellizco de tradición frente a una industria que busca la reinvención intermitente. El 21 de noviembre verá la luz su nuevo disco, “Las manos y la voz”, que promete un viaje al son de los estilos que han marcado su existencia. Sorprendentemente, su arte no sólo mueve tierras iberoamericanas, pues también cogió un vuelo hace unos años a la ciudad de Seattle. Su tema “Soñar contigo” se integró en la publicidad de “Anatomía de Grey”.

Alejados de bisturíes y próximos a saxofones, esta tertulia intentará proporcionar un poco de la honestidad que Zenet explora en sus creaciones.

¿Cómo recuerda esa infancia escuchando los ritmos que ahora son su carrera?

Un juego, escuchaba todo tipo de música. También es cierto que he tenido 18 años y he querido ser rebelde. Si en mi casa se escuchaba flamenco o boleros, yo prefería el “punk”. Cuando me hago un poco más mayor, voy escuchando “filin” cubano, que es el bolero con jazz, y la trompeta de Miles Davis. Aquella mezcla me gustaba. El antes y después fue el disco de Mayte Martín con Tete Montoliu “Free boleros”. Aquello le daba forma a lo que yo soñaba que se podía hacer.

¿Y es fácil captar la esencia de una música cuando no se es originario de donde procede?

No es necesaria una alianza sanguínea, sino intelectual. Hay mucha gente que canta flamenco sin ser gitano. La apropiación cultural siempre me ha hecho mucha gracia. La humanidad es híbrida, todas las culturas tienen algo de otras. Como artistas, tenemos que engullir, metabolizar y soltar.Lo importante es encontrar tu voz, y cuando ya la tienes, da igual lo que cantes, sea jazz, copla… Es tu voz.

¿Cómo acaba su música en un promocional de “Anatomía de Grey”?

A lo largo de tu camino, hay gente que va descubriendo que tienes cosas bonitas, y estos pueden ser productores de televisión. Un día es esto y otro ponen tu música en un anuncio de Loewe. Hay un momento en el que tus canciones ya no son tuyas, tienen vida propia y pertenecen a la gente. Son hijos que se van haciendo mayores. En el caso de la serie, era precioso, porque hicieron un montaje para anunciarla con momentos emotivos en cámara lenta y mi canción de fondo.

Pero no se muestra sorprendido por ello.

Te pasan tantas cosas, que el hecho de que cojan tu canción para una continuidad de una serie no es tan sorprendente. Son cosas que pueden ocurrir.

¿“Las manos y la voz” hacen referencia al proceso de composición?

Y también a la transversalidad. Me he metido en todos los aspectos de creatividad del disco. La portada, por ejemplo, es un cuadro mío. Además, cada canción tiene un collage hecho por estas manos. Las manos tienen mucho que ver en esa sensación de fabricar las cosas con cariño. Musicalmente, he vuelto a la raíz. El álbum tiene mucha guitarra y voz, por lo que es artesanal.

Toca muchos géneros en el álbum. ¿Hay alguno que tenga pendiente?

Ya tengo pensado mi nuevo disco, y tiene que ser muy jazzístico. Hay cosas del jazz que aún no he hecho, por lo que me gustaría profundizar mucho más en él.

Habla frecuentemente del pasado. ¿Necesitamos artistas “nostálgicos”?

En España quizá no hay tantos, pero en Sudamérica hay un montón de artistas tradicionales que gustan muchísimo. Lo romántico siempre está de moda.

¿Tiene envidia, pues, del público americano?

No sé si llamarlo así. Ellos tienen una tradición de muchos años. Aquí en España permanezco en un circuito al que le gusta mucho lo instrumental. Yo estoy en el sitio en el que quiero estar. Hacer una gira por América es muy agotador.

¿Qué le parecen las propuestas musicales que mezclan ritmos clásicos con más modernos?

En la industria hay un montón de gente que se sirve de los cánones clásicos. El rapero Milo está recuperando canciones tradicionales del folklore argentino para versionarlas. Ya no te cuento de Rosalía.

Se ha adelantado a mi pregunta sobre Rosalía.

(risas) Es una tipa que sabe muchísima música y que canta maravillosamente bien. Es una artistaza como una copa de pino.

¿Pero pensar que “todo tiempo pasado fue mejor” no es una cárcel?

Yo no lo pienso. Vivo en el presente aunque sea dificilísimo. Nuestra cabeza siempre quiere estar en el pasado o en el futuro, y ambos escenarios son ficticios, algo que ya decía San Juan de la Cruz. Cualquier tiempo pasado no fue mejor. Fue el que fue.

¿Se considera cantautor?

No soy un cantautor al uso, pues no estoy con mi guitarra haciendo canciones. Soy una especie de alquimista o de sastre. Normalmente, hablo con un poeta y le propongo convertir su obra en canción. A veces también llamo a un guitarrista y hacemos una especie de puzzle.

¿Cómo se puede acercar la música acústica a los jóvenes?

Te sorprendería como después de las actuaciones llegan muchas estudiantes que quieren un autógrafo mío y de mi contrabajista, mujer, porque se sienten identificadas con ella. Tengo un público que me ve por Facebook y otro por Instagram. La buena música no tiene edad.