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Premios Goya

Una nariz roja frente a la barbarie

El cortometraje "La prima cosa", nominado a los Premios Goya", cuenta la extraordinaria historia del payaso israelí, de origen árabe, Johnny Khbeis

"La prima cosa", cortometraje de Omar Razzak y Shira Ukrainitz
"La prima cosa", cortometraje de Omar Razzak y Shira UkrainitzTOURMALET FILMSTOURMALET FILMS

A más de una década del inicio del conflicto armado en Siria, con la consiguiente crisis humanitaria de refugiados que provocó, las historias alrededor de la guerra y sus terribles consecuencias siguen aflorando. Si en la pasada Seminci de Valladolid podíamos ver "Regreso a Raqqa", documental sobre el secuestro del periodista español Marc Marginedas (llegará a cines el próximo 27 de enero), la temporada de premios patria nos ha servido para subrayar un cortometraje extraordinario: "La prima cosa". Dirigido por Omar Razzak y Shira Ukrainitz, esta película de animación nos cuenta la particular historia del payaso Johnny Khbeis, con el que los realizadores, nominados al Goya al Mejor Cortometraje de Animación, dieron tras ver publicada su historia en un medio hebreo.

"Shira (Ukrainitz) estaba aquí en España y se le acababa el permiso de turista, así que decidí volverme a Israel con ella. Fue en pleno estallido de la guerra. Nos fuimos al norte, porque sabríamos que habría historias que contar, y descubrimos un autobús que transportaba chavales desde los hospitales", explica a LA RAZÓN Razzak, que ya firmó en 2019 "Los espacios confinados", también junto a Ukrainitz. Y sigue: "Así encontramos a Johnny y al hospital al que acudía, pero allí no se permitía la grabación. Solo prensa escrita y fotografías", completa el co-director, sobre la necesidad entonces del medio animado para poder contar la historia del payaso. Así, "La prima cosa" se convierte en la traslación directa del testimonio del payaso, de nombre artístico Kokoo Rikoo, y también en ejercicio de dignidad cinematográfica, transformando esa "cosa más importante" del título en la nariz misma del payaso, en el objeto que lo cambia todo y que, casi, se convierte en un salvoconducto entre las zonas más vigiladas de Oriente Próximo.

"La prima cosa" está nominada al Goya a Mejor Cortometraje de Animación
"La prima cosa" está nominada al Goya a Mejor Cortometraje de AnimaciónTOURMALET FILMSTOURMALET FILMS

Circunstancias especiales

"Estuvimos yendo y viniendo varias veces, durante unos tres años. Ya dejaron de venir niños desde Siria, incluso, y nosotros seguíamos hablando con el payaso", explica Razzak, antes de que intervenga Ukrainitz: "Él tenía muchas ganas de hablar, de que se conociera todo aquello. Antes que cualquier cosa, es una buena persona", completa. Y es que Kokoo Rikoo, protagonista absoluto de "La prima cosa" pasa por unas circunstancias bastante especiales: nació en Israel, es de origen árabe y domina a la perfección la lengua y, además, es de religión cristiana ortodoxa. "Nuestro hijo podría tener tres pasaportes. Con el sirio, apenas puede viajar a ningún lugar; con el israelí no puede entrar a casi ningún país árabe, entre ellos Siria; con el español casi puede recorrer el mundo entero. Medio judío, medio musulmán, viviendo en un país cristiano... En cierta manera se asemeja a nuestro protagonista", explican los directores.

"Al igual que yo quería, por tener familia en Siria, sacar adelante la historia, nos encontramos con bastantes dificultades. Mi padre me estuvo ayudando, y me pasó el contacto de un amigo suyo palestino, pero este se negó a participar. No quería tener nada que ver con Israel, porque lo consideraba propaganda. Y luego, claro, Johnny se significa mucho diciendo que es israelí", explica con celo Razzak, consciente de que hilar entre identidades y nacionalidades en una zona tan complicada a nivel geopolítico, por supuesto, influye en cualquier pieza con alma documental. Pero más allá de lo estrictamente político, que por supuesto es relevante, "La prima cosa" es, en último término, la historia de un hombre que quiere ayudar: "Nos llamó mucho la atención, claro, que hiciera todo esto de manera altruista, pero yo creo que tiene que ver con su religión. Viene de un ambiente en el que es muy importante ayudar a los demás, tenía como muy presente esos valores", completa la co-directora y responsable de la animación en el filme.

La película, que compite por el cabezón junto a "La primavera siempre vuelve", "Amarradas", "Loop" y "Amanece la noche más larga", busca su valor diferencial en lo onírico y lo simbólico, presentándose como una rara avis de nuestro cine. "La prima cosa" es animación, claro, pero sobre todo es un documental de pulso firme que bien merece la atención de los académicos a punto de cerrarse las votaciones. Su mérito, más allá de ese trabajo de perseverancia e investigación que cruza el filme, pasa por encontrar el valor humano en un maremágnum de intereses encontrados.