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Giménez Bartlett, una gran dama negra

La escritora recoge el premio de manos de José Crehueras
La escritora recoge el premio de manos de José Crehueraslarazon

Alicia Giménez Bartlett, una de las grandes de la narrativa española contemporánea, se convirtió ayer en ganadora de la 64 edición del Planeta. La sorpresa de la noche llegó de la mano del director de cine y guionista Daniel Sánchez Arévalo, que se consagró como finalista.

Nadie dudará de que este es el año de Alicia Giménez Bartlett. Hace apenas seis días lograba el Premio José Luis Sampedro en el certamen Getafe Negro por el conjunto de su carrera, distinción similar a la que se le entregó a principios de este mismo año con el Pepe Carvalho, del festival literario BCNegra. Estos premios subrayaban la calidad de la autora como la gran dama de la novela policiaca en nuestro país. El Premio Planeta con «Hombres desnudos», que se falló ayer en la tradicional velada literaria organizada por el Grupo Planeta, pone el broche de oro a una trayectoria que inició su andadura en 1984 con «Exit», publicada por Seix Barral. «Hombres desnudos», presentada bajo el título de «Nubes de tormenta» y con el seudónimo de Toni Farga, es una historia alejada de las andanzas de la inspectora de policía Petra Delicado, el popular personaje creado por Giménez Bartlett. En esta ocasión, la autora cambia de registro y nos lleva a una historia totalmente diferente, una trama que ahonda en uno de los lados más oscuros del comportamiento humano. Con el suspense característico que imprime a sus relatos, la novelista ofrece, como apuntó uno de los miembros del jurado, Juan Eslava Galán, «un reflejo de la sociedad actual».

La autora dedicó el premio a José Manuel Lara y a Carmen Ballcels, a los que «echo mucho de menos» y también a «la gente amable que lo está pasando mal, al camarero que te sonríe y a la persona con la que te chocas en la calle. Toda esa gente que te ayuda a tirar adelante». La novela cuenta la historia de Javier, un profesor de literatura que se ha quedado sin trabajo, e Irene, una empresaria a la que ha abandonado su marido. Estos giros en sus respectivas vidas los obligan a tomar decisiones hasta ese momento inéditas para ellos. Al querer sobrevivir en un mundo que les ha dado la espalda, Javier e Irene deberán tomar decisiones drásticas para poder salir adelante. Pero ninguno de los dos entrevé el horizonte de dificultades y problemas que se está abriendo delante de ellos. En el caso de Javier, por ejemplo, sus pasos lo llevarán hasta ser un «boy-stripper», introduciéndose en el oscuro mundo de la prostitución masculina. El jurado también resaltó de «Hombres desnudos» la excelencia de sus diálogos y del monólogo interior de sus personajes principales.

Giménez Bartlett tiene tras de sí una de las trayectorias más sólidas y extensas en la literatura policiaca española. Así lo acreditan los numerosos premios logrados gracias a la serie Petra Delicado, como el Women Fiction Festival de Matera Award o el Raymond Chandler. Sus obras han sido traducidas a quince idiomas y ha conseguido ser durante varias semanas la autora más vendida fuera de nuestras fronteras, especialmente en Italia donde ha sido siempre un fenómeno literario. En 2011 se alzó con el Premio Nadal gracias a la novela «Donde nadie te encuentre», basada en la historia de Teresa Pla Meseguer, llamada La Pastora, una mujer acusada de veintinueve muertes.

Una sorpresa

La gran sorpresa fue el finalista del Premio Planeta, Daniel Sánchez Arévalo, uno de los más interesantes realizadores del actual cine español. Su nombre no aparecía en ninguna de las tradicionales quinielas que suelen rumorearse días antes del fallo. En el cine comenzó como guionista de la serie de televisión «Farmacia de guardia» y ha terminado dirigiendo la celebrada «Azuloscurocasinegro» –ganadora del Goya a la Mejor Dirección Novel–, «Gordos», «Primos», y finalmente «La gran familia española». Sánchez Arévalo confesó que llevaba muchos años tratando de escribir un guiión. «Pero no me salía. Hasta que un día, gracias a un amigo, me di cuenta de que era una novela. Tengo mucho respeto a la literatura, porque es un arte mayor».

El cineasta regresa a la narrativa, donde ha seguido una trayectoria ascendente similar a a su evolución en la gran pantalla. Comenzó con una novela juvenil, «La maleta de Ignacio Karaoke» (1998), y continuó con «Treinta y uno de junio de mil novecientos noventa y tres (un día que no existe de un año en el que no pasó nada)» (2007), germen de la película «Azuloscurocasinegro».

La obra finalista del Premio Planeta, «La isla de Alice», es una historia de obsesiones y de tramas ocultas, en la que aparentemente nada es lo que parece. Todo comienza cuando una joven llamada Alice recibe la noticia de la muerte de su marido, un constructor de pistas de tenis, en un accidente de tráfico. Las dudas comienzan a saltar cuando la protagonista se entera de que su pareja ha muerto en una carretera en la que no debía haber estado. Todo ello la lleva a tratar de averiguar qué ha pasado realmente, qué hay detrás de una inesperada desaparición.