Sección patrocinada por sección patrocinada

A arte o muerte

A mí tú no me quitas el pan, inteligencia artificial

La tecnología nunca ha menoscabado ningún proceso creativo

Imagen de la serie sobre explotación infantil, realizada con inteligencia artificial, en la que trabaja actualmente Joaquín Zapata García
Imagen de la serie sobre explotación infantil, realizada con inteligencia artificial, en la que trabaja actualmente Joaquín Zapata GarcíaJoaquín Zapata García

Hace trece años que, con la inocencia intacta, decidí entregarme a la vida artística desgobernado. No. El destino no puso a mi alcance ningún logro. Sobrevivir es un premio en este camino sin Dios ni amo. La épica de esta lucha diaria consiste en escollos que vas salvando. Parece que hay uno nuevo. Uno silencioso. Uno implacable. Uno que pinta mejor, más barato, más limpio, más rápido. La inteligencia artificial.

"¡De mis manos frías y muertas me vas a tener que arrancar el pincel, algoritmo infernal!", grito en un arrebato. Me calmo y pronto llego a la conclusión de que lo inteligente natural es explorarlo. Abrazar esa tecnología con vivencias, con datos. Si me quedo descolgado por el camino, pues cerraré los ojos y repasaré tantos recuerdos gratos como me sea posible antes de abandonarlo. Como poco, obtendré la recompensa de conocerme a mí mismo y de paso, descubriré a qué pactos estaba dispuesto a llegar con el Diablo.

Mi experiencia rebaja los miedos infundados.

La tecnología nunca ha menoscabado ningún proceso creativo. Perjudica a la mediocridad. Fulmina el trabajo fácil. Estimula lo genuino, las ideas y los sentimientos. La originalidad de ser uno mismo es lo que, mira tú por dónde, tiene potencial en el futuro inmediato.

Dos preocupaciones a destacar:

Hay temas concretos, tabús, sobre los que no podrás trabajar. Su determinación es inquebrantable. Por ahora, la inteligencia artificial no te ayudará en alguno de los caminos que quieras tomar.

El otro inconveniente potencial está en la toma decisiones. Antes, la herramienta estaba al servicio de tu técnica. Ahora tendrás co-decisión en la ejecución. Me gusta creer que siempre tendremos la última palabra pero quizás... quizás se trate sólo de una ilusión.

En fin. Tan prometedor es el binomio que, por ahora, hemos acordado vivir bajo el mismo techado. Se trata de una convivencia apacible, tranquila. Mantenemos una relación de moderada esperanza, cauta, con la vista puesta en el largo plazo.