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Obituario

De rodillas ante el gran Mariano Ozores: el ingenio de la comedia española

El director y guionista ha fallecido a los 98 años dejando tras de sí más de noventa películas

Mariano Ozores
Mariano Ozores durante una de las sesiones fotográficas con este periódicoAlberto R. RoldánLa Razón

Cuando la Mostra de Cine de Valencia rindió homenaje al genial director Mariano Ozores, dos friquis se arrodillaron ante don Mariano y comenzaron a lanzarle piropos con exagerados gestos de alabanza. Mariano los levantó con un gesto entre magnánimo y agradecido y se puso a hablar con los dos fans de su cine como si se conocieran de toda la vida. Varias fueron las etapas que superó Mariano Ozores del cine costumbrista hasta que su cine se convirtió en un género en sí mismo. Debutó como director con una comedia de asesinatos, «Las dos y media y… veneno» (1958). Tenía ya las características que lo harían famoso: comedia disparatada, guion ingenioso, con su familia de protagonista y rodeados de los mejores secundarios del cine español. Además, un rodaje rápido, bajo presupuesto y la cámara a la altura de los ojos.

Muchos de sus guiones los escribió al alimón con el dramaturgo Alfonso Paso, heredero de Jardiel Poncela. Los tres feraces escritores de comedias repletas de diálogos humorísticos y personajes familiares en situaciones costumbristas disparatadas.Con los años, la comedia costumbrista típica de los anos 50 dio paso a un cine que unía el sainete con una vertiente sexualmente picante, a medida que se relajaba la censura con el auge económico y la influencia de las costumbres foráneas. Los guiones de Mariano Ozores se llenaron de los típicos sketches subidos de tonos del teatro de revista.

Comedia sexy

Primero unió y dio protagonismo a dos monstruos de la comedia: José Luis López Vázquez y Gracita Morales, que acababan de triunfar con «Atraco a las tres» (1962), escrita por Miguel Miura, siguiendo la estela de la italiana «Rufufú» (1958). En «Chica para todo» (1963), Gracita Morales interpreta a una paleta de pueblo enfrentada a la gran capital, que pasa de chacha a corista en su afán de encajar en Madrid. Con esa voz chirriante y aguda que la hizo famosa y su capacidad para la comedia costumbrista, fue una de las grandes actrices cómicas, como Lina Morgan, a la que encumbró con sus comedias arrevistadas.

Con José Luis López Vázquez comienza la comedia sexy en España, a la que siguió el destape o «landismo», con Alfredo Landa, y con la Transición, el «cine S». Mariano Ozores fue uno de los creadores del cine picante, con un humor excéntrico y situaciones eróticas descontroladas y absurdas. Guiones que alcanzaron su zenit con los delirios de su cine con desnudos integrales de famosa vedetes y chicas sexy de la pareja Esteso y Pajares.

De nuevo el artífice de esta unión fue Mariano Ozores, que los dirigió en la primera y más famosas de las pelis del dúo, catalogado por la adversa crítica siniestra de cine casposo, pero hoy admirado por ser caspa buena y una de las pelis más perversas, descaradas y geniales del cine español. La secuencia de la travesti embarazada a la que Esteso mete mano y dice “Me parece que tiene fuera un pie” es del mejor humor absurdo. Siempre atento a la actualidad, que el cine arty ha menospreciado por pedestre, Mariano Ozores tomó como referentes para sus guiones las novedades sociológicas populares que iban marcando a los españoles de a pie en una España en proceso democrático. La autorización del juego, con «Los bingueros». La energía nuclear con «Los energéticos» (1979). Con la fama de «Rocky» (1979), «Yo hice a Roque III» (1980). Todas ellas protagonizadas por currantes pringados que tratan de ganar pasta para salir de pobres.

En estos tres delirios del mejor cine caspa, con dos machos ibéricos desatados, en compañía de Antonio Ozores, se iba dibujando el proceso de reconversión cultural y sexual de las clases medias y trabajadora a la España posmoderna. Estos paletos medio urbanizados y muy salidos siguieron protagonizado las seis siguientes pelis de Ozores. En «Los liantes» (1981), el dúo, con Antonio Ozores de cerebrito, tratan de hacer saltar la banca de la ruleta del casino de Torremolinos. La faceta de ligones de mujeres macizas que se desnudan a la menor ocasión no pueden faltar en todas ellas. En especial en «Los chulos» (1981), donde un seminarista (Pajares) conoce a un proxeneta (Esteso) que quiere montar un puticlub en su pueblo. Aquí aparece la corrupción como elemento central de la trama y destaca el genio para los diálogos de Ozores: Esteso se dirige a las chicas que van a trabajar en el club como “Señoras putas”.

La capacidad para escribir comedias de enredo de Mariano Ozores, el estajanovista del cine español, fue inmensa.Unas era rutinarias, otras, obras maestras, no sólo para los friquis, los primeros en reivindicar su cine: «Los autonómicos» (1982), con la famosa escena del diálogo entre un catalán y un vasco, y «Que vienen los socialistas» (1982), sobre el cambio de chaqueta de un pueblo con la llegada de un alcalde del PSOE al poder, son lo mejor del cine de los 80. Ningún director ha sabido reflejar en todo humorístico la España del desarrollismo a la democracia como Mariano Ozores. Su cine sencillo e instantáneo como una Polaroid es historia viva de una España repudiada por las élites, esas que siempre han menosprecia su legado popular. Su cine, políticamente incorrecto, es ya un clásico del cine y de la cultura española.