
Sección patrocinada por 

Entrevista
Enrique Cerezo: "Me gustaría hacer la gran película de la Guerra Civil española"
Como reconocimiento a su apasionada y extensa labor de restauración del cine español, el también presidente de EGEDA, recibía la Medalla de Oro 2025 de la Academia

L a primera vez que se sumergió voluntariamente en la oscuridad compartida de una sala de cine dejándose arrastrar por la historia en movimiento de una pareja de cómicos italianos de la década de los sesenta fue para paladear la peripecia de un accidentado conductor de Bolonia protagonizada por Aldo Fabrizi. "Siempre recuerdo ese tranvía y a dos hombres andado por las calles de Roma de noche después de haberlo robado y sin saber dónde colocarlo", rememora en entrevista con LA RAZÓN un evocador Enrique Cerezo en clara alusión a los veranos de las sesiones dobles de los cines de barrio a las que entrabas con la luz del día apuntando hacia tu bocadillo y salías cuando las calles ya se habían teñido de negro porque habías estado horas y horas viviendo otras vidas, siendo otro y compartiendo con otros el inocente y lúdico juego de los sueños proyectados, horas antes de que el Teatro Albéniz de Madrid se ponga en pie para aplaudirle tras una merecida entrega de la Medalla de Oro 2025 de la Academia, de la que Cerezo salía emocionado.
Casi tanto como lo hizo aquella tarde de agosto de la sala de cine hace ya demasiado tiempo. El mencionado reconocimiento otorgado al productor por "haber contribuido con su trayectoria profesional a mejorar el cine español con la restauración y recuperación de tantas películas españolas, por su labor como presidente de EGEDA y con la creación de plataformas de exhibición del cine español en España y en todo el mundo" viene a refundar la encomiable labor que Cerezo lleva ejercitando desde hace años dentro de la industria española. Acompañado por su mujer, María Jesús Frutos y rodeado de compañeros, familia y amigos destacados del mundo del cine, el empresario madrileño recogió exultante el galardón. Pero antes, se sentó con nosotros.
¿Con qué ánimo recibes este premio y qué supone para Enrique Cerezo en términos de reconocimiento colectivo por parte de la industria recibirlo?
Pues mira, lo recibo con mucha ilusión y sobre todo con mucha emoción. Que tus propios compañeros de profesión te distingan con este reconocimiento... es una alegría y un motivo de satisfacción impresionante. Creo que realmente el trabajo que se realiza en el mundo del cine es muy importante y muchísima gente a lo mejor no reconoce, pero hay una serie de actividades dentro de la industria que realmente se merecen este reconocimiento.
Desde que dejaste de contemplarlo como mero espectador hasta que pasaste a formar parte de su complejo aparataje interno, ¿de qué forma dirías que ha evolucionado tu relación con el cine?
Ha evolucionado bien, digamos que de forma paralela a como lo ha hecho el propio cine, un arte que ya de por sí cambia continuamente desde los primeros fotogramas que se hicieron con Lumière en el Café de París... fíjate si se ha evolucionado hasta ahora. Las técnicas son inimaginables, los sistemas son mejores cada día, cada día se rueda mejor, cada día hay más efectos nuevos, el cine se transforma todo el tiempo y más que va a seguir haciéndolo. Tú tienes que tener en cuenta que antes para ver una película tenías que ir al cine, obligatoriamente. Luego ya pasó que las podías ver en televisión, luego que las podías ver a la hora que quisieras, donde quisieras, como quisieras y después vinieron las plataformas, fíjate si esto evoluciona. Yo creo que seguirá evolucionando hasta infinitas posibilidades porque el cine es una industria de futuro.
"Cada día hay más gente que quiere ver un tipo de cine de una época que no ha vivido"
Y dentro de la configuración de ese futuro, ¿con qué ojos miras la incursión de la tan polémica inteligencia artificial dentro de los procesos de creación de las películas?
Pienso que la inteligencia artificial va a ser buena para todo, el único tema es cómo usarla y con qué motivos hay que usarla y por qué hay que hacerlo. Creo que mientras que en la parte técnica todo va a ser fácil porque es un terreno que también será nuevo y adaptable, en la parte artística y en la parte de escribir guiones, de hacer historias, de crear: es ahí donde tienen que regularla y hacerlo muy bien.
Ha destacado Méndez-Leite que estás "dedicado en cuerpo, alma y vocación a la recuperación de la memoria del cine español". Dentro de ese ejercicio de rescate tanto técnico como afectivo, ¿cómo crees que están respondiendo los cinéfilos jóvenes a la restauración de toda esa cantidad de películas que nos identifican, sitúan, relatan y explican como sociedad a través de su plataforma FlixOlé? ¿Qué impacto real crees que está teniendo en ellos esta recuperación de nuestra memoria histórica a través del cine?
Está influyendo, yo creo, que muy bien y de manera significativa. Cada día hay más gente que quiere ver este cine, un tipo de cine que ellos no han vivido y que ahora, por una serie de circunstancias técnicas, lo pueden ver igual o mejor que el día que se estrenó y encima contando con la ventaja de que la calidad técnica es especialmente buena, porque en aquella época había una cosa muy buena y es que los directores de fotografía eran grandes profesionales. Cuando vas a pasar por el escáner o a restaurar una película de los años 40 rodada en blanco y negro, resulta que ves que tiene una calidad que, cuando lo pones en un televisor o en una pantalla dices: "Pero, ¿cómo es posible que en aquella época, en los años 40 o 30 se pudiera hacer este tipo de cine con este tipo de fotografía?". Eso es fundamental hoy día, tanto para que la gente sepa y conozca la gran calidad que existía en nuestra industria, como para que se interesen por ver las películas de esas épocas concretas, del pasado. Y la realidad es que las ve muchísima gente.
¿Estamos desterrando progresivamente la idea de que el cine español siempre habla de la Guerra Civil o estas afirmaciones siguen teniendo todavía algún tipo de calado en determinados sectores?
Mira yo creo que tampoco se habla tanto de la Guerra Civil, eso es una tontería. Yo he hecho tres o cuatro películas sobre este asunto por ejemplo, no más. Ha habido una época en la que sí, en la que por decirlo de alguna manera se puso de moda tratar el tema y cada uno contó la guerra como consideró. Pero nuestro cine es rico, amplio, tiene muchísimos temas, hace grandes comedias, hace grandes dramas, hace grandes películas de espectáculo y entretenimiento, en fin, yo creo que el cine español ahora mismo está en un nivel muy alto y ese nivel muy alto supone estar en una situación muy buena para poder hacer cualquier tipo de películas. Otra cosa son los temas que te puedan gustar y los que no. Por ejemplo, a mí me gusta el tema de la Guerra Civil, me interesa, me atrae. Tanto, que me gustaría hacer la gran película de la Guerra Civil española, pero la quiero hacer de una manera, no que todo el mundo salga contento, sino que se cuente la historia tal y como fue, no que se cuente una historia dentro del marco histórico del conflicto, que te puede venir bien o te puede venir mal. La historia como tal de la Guerra Civil no se ha hecho en el cine español todavía y hay más de un motivo para poder hacerla como se merece.
"Nuestro cine es rico, amplio, hace grandes comedias, grandes dramas. Está en un nivel muy alto"
En esa pretensión de producir en el futuro una película sobre el conflicto, ¿te han venido nombres a la cabeza para poder dirigirla?
No, la verdad es que todavía no. Pienso en una película clásica americana que fue un éxito en todo el mundo como "La conquista del Oeste" en donde te cuentan la historia de los Estados Unidos tal y como se produjo, con indios, sin indios, con guerreros, con pistoleros, con todo. Pues a mí me gustaría hacer una cosa parecida de la Guerra Civil contada por cinco o seis directores. Hacer una película de dos horas y media o tres, una película como las de antes: con intermedios, donde hubiese descansos. Esa película hay que hacerla con grandes actores españoles y con grandes directores españoles y con grandes fotógrafos españoles para reconocernos y poder decir: "esta sí que fue la Guerra Civil española".
Hablando de conquistas, dictaduras y americanos, ¿la industria cinematográfica española debe preocuparse por las últimas amenazas lanzadas por Donald Trump en forma de aranceles?
En el mundo del cine, que es lo que a nosotros nos compete, te puedo decir una cosa: las importaciones de cine americano a España son de un 70 o 75% y las exportaciones del cine español a Estados Unidos son del 1%. Creo que nada más se puede decir –apunta riendo–. Para nosotros, importar y exportar el 1% allí es una cosa que no tiene prácticamente ningún sentido, sin embargo, importar al 75%, sí. Estamos viviendo, ya no solo en España, sino en general en todo el mundo, unos momentos muy complicados donde no hay un orden y, al no haberlo, cada uno hace lo que quiere.
¿Qué importancia le otorgas a la internacionalización de nuestro cine, dándose la circunstancia de que ahora mismo se está celebrando Cannes y teniendo en cuenta que muchas de las películas que han restaurado se han presentado en la Croisette, en Berlín (con "Deprisa, Deprisa" de Saura en 4K) y en casi todos los festivales más importantes del mundo?
Una importancia fundamental, sin duda. Todos los festivales... Berlín, Cannes, Venecia, San Sebastián, Málaga, todos los festivales prácticamente del mundo tienen una sección oficial ahora en la que se proyectan una, dos o tres películas restauradas de diferentes países. Nosotros hemos tenido la suerte, desde hace unos años, de haber estado en Cannes con películas de Carlos Saura, restauradas, con un gran éxito de público, por la noche, en la playa y más de 500 personas viendo una película. Y yo he presenciado en Venecia "La caza", restaurada por nosotros también, donde en una sala de más de 500 personas la gente no se movió hasta que apareció en pantalla la palabra "Fin". Eso es un éxito no solamente de público, sino también emocional, porque queda claro lo que hablábamos antes de las generaciones jóvenes y es que a la gente le gusta ver y recordar estas películas. Últimamente en Berlín pusimos una película, "Vestida de azul", sobre el mundo trans, en la que había más de 550 personas en la sala. Y era una película complicada, una película no muy famosa, pero que estaba restaurada y la gente fue a verla y salió encantada de la restauración, del tema, de cómo se trató todo. Yo creo que hay que seguir trabajando para que mucha gente pueda, en festivales, en televisión o donde sea. Ver este tipo de cine restaurado, modernizado y sobre todo sintiendo lo que pasaba en aquella época. Cómo era Madrid, Barcelona o Nueva York, cómo se vestía, se caminaba, se hablaba. En fin, muchas cosas que son importantes para los que nos dedicamos al cine.
¿No te ha picado nunca el nervio, después de tantos años conociendo las tripas de la industria, de ponerse detrás de una cámara?
Mira, para ser director hay que dedicarle mucho tiempo a hacer una película, por eso nunca me lo he planteado. Nosotros estamos acostumbrados a terminar una y empezar otra. Eso para un director es prácticamente imposible. Bueno, en la época lo hacía Lazaga, lo hacía Mariano Ozores, lo hacía Forqué... pero era otra cosa, era otro tipo de cine, donde no había que meditar tanto. Pensaban lo justo para que la gente se lo pasara bien, para que los actores estuvieran bien y para que todo funcionara. Pero cuando ya te metías en una película de envergadura, hacía falta mucho tiempo para preparar el guión, para preparar la película, el rodaje, para dirigirla y luego después para montarla. Y ahora pasa igual. Demasiado tiempo para una sola cosa.
✕
Accede a tu cuenta para comentar