"Concurso de malos talentos": El futuro se está alejando ★★★☆☆
El descaro, la rebeldía, la curiosidad y la ternura son los principales rasgos de esta nueva propuesta de José y sus Hermanas
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Idea, creación e interpretación: José y sus Hermanas (Alejandro Curiel, Marta Díez, Carolina Manero, Gemma Polo y Glòria Ribera). Dramaturgista: Ignacio de Antonio Antón. Teatros del Canal (Sala Verde), Madrid. Hasta el 23 de junio.
El descaro, la rebeldía, la curiosidad y la ternura son los principales rasgos de esta nueva propuesta de José y sus Hermanas, una compañía barcelonesa que ha conseguido en apenas un lustro, desde su debut con Los bancos regalan sandwicheras y chorizos (2017), hacer reconocible su nombre y su sello en el panorama teatral de Cataluña y Madrid.
En Concurso de malos talentos, la joven troupe formada por Alejandro Curiel, Marta Díez, Carolina Manero, Gemma Polo y Glòria Ribera vuelve a poner el acento en la brecha aparentemente insalvable que separa las expectativas vitales, e incluso éticas, de muchos jóvenes hoy y la caótica y deshumanizada sociedad que tendría que cobijarlas.
Bajo un singular envoltorio plástico –desinhibido y, en cierto modo, gamberro–, el texto, de naturaleza fragmentaria, se realimenta con la música y con la fisicidad de los propios intérpretes en una sucesión de escenas performativas que tienen cierta pegada conceptual, pero escaso desarrollo. Eso hace que, a pesar de su corta duración (una hora aproximadamente), el espectáculo resulte reiterativo en algunos momentos. Es algo que ocurre a menudo con este tipo de funciones: la renuncia expresa a la dramatización convencional, y por tanto a una evolución lógico-discursiva de la trama, hace muy difícil, porque se precisan demasiados estímulos de otro orden, que el espectador pueda admirarse de principio a fin ante la supuesta obra de arte que tiene delante.
Los salarios, la vivienda, las relaciones laborales, la gestión del tiempo, la competitividad... son algunas de las ideas que gravitan en un espectáculo que se puede entender como una atinada sátira del mundo que hemos construido; un mundo neurótico de promesas incumplidas y utopías desterradas.
- Lo mejor: La compañía no deja que su desparpajo se convierta en presuntuosidad, algo bastante frecuente en otros creadores.
- Lo peor: Falta un poco de chicha y de recorrido intelectual en las preocupaciones que nutren la propuesta.