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Teatro

Crítica de 'Orestíada': Una hermosa utopía llamada justicia ★★★☆☆

Ernesto Caballero y Karina Garantivá lideran una obra que nos habla de la tortuosa relación entre la justicia, la venganza y el perdón

Ernesto Caballero y Karina Garantivá continúan con su trabajo que mezcla teatro y filosofía
Ernesto Caballero y Karina Garantivá continúan con su trabajo que mezcla teatro y filosofíaDondykriga / Teatro Urgente

Autoría: Esquilo. Dramaturgia: Karina Garantivá. Dirección: Ernesto Caballero. Intérpretes: Olivia Baglivi, Alberto Fonseca, Gabriel Garbisu, Nicolás Illoro y Marta Poveda. Teatro de la Abadía, Madrid. Hasta el 4 de mayo.

Ernesto Caballero y Karina Garantivá siguen adelante con su proyecto, denominado Teatro Urgente, de llevar el pensamiento filosófico a los escenarios dentro de unos parámetros y un lenguaje puramente teatrales. Después de establecerse y permanecer varias temporadas en el Teatro Quique San Francisco, en Madrid, y haber puesto en pie allí varios montajes, la compañía ha abandonado su guarida y ha estrenado su nuevo trabajo en el Teatro de la Abadía. Se trata de “Orestíada”, una revisión contemporánea del ciclo de tragedias escritas por Esquilo, que comprende los siguientes títulos: “Agamenón”, “Las Coéforas” y “Las Euménides”.

Aunque cuesta más tiempo de lo debido identificar a los distintos personajes, así como las situaciones particulares que están protagonizando, hay que aplaudir en primer lugar en este espectáculo con dramaturgia de Garantivá y dirección de Caballero la inteligente depuración conceptual del material original para presentarlo, en la última parte, bajo un potente, rico y equilibrado combate dialéctico que viene a dotar de significado y profundidad todo lo anterior. En este sentido, se agradece encarecidamente la preocupación de los artífices de la propuesta, una vez más, por no sermonear al espectador; muy al contrario, lo que intentan es que sea él, por sí mismo, quien advierta la complejidad de los grandes conflictos humanos y la difícil solución ética que comportan.

En este caso, ‘Orestíada’ es una obra que nos habla de la tortuosa relación entre la justicia, la venganza y el perdón; y de las fisuras que presenta el primero de estos conceptos cuando tratamos de aplicarlo a unos hechos que casi siempre son consecuencia de otros anteriores, y estos de otros a su vez, formándose así una cadena de infinitos eslabones que sería imposible de considerar en su totalidad.

Plegada al estilo que viene desarrollando Teatro Urgente, caracterizado por esa ruptura de la ilusión teatral que propugnaba Brecht, la puesta en escena está concebida como una especie de ensayo abierto, muy coral, donde nada se oculta: el público ve cómo los actores entran y salen de sus personajes cambiando de vestuario y componiendo las escenas de manera un poco esquemática a partir de algunos elementos escenográficos, al tiempo que algunos miembros del equipo artístico trabajan igualmente sobre el escenario con la música y la luz para definir o acotar mejor esas escenas. Pero he aquí que esa suerte de distanciamiento con los hechos que se representan, lejos de favorecer la clara percepción de los mismos, genera a veces cierta confusión por el exceso de elementos moviéndose, de ambientación sonora y de personas y personajes. Por eso en el último acto, cuando el escenario se despeja de estímulos secundarios, todo llega de manera mucho más libre y directa, gracias también, cómo no, al trabajo de los dos grandes actores que asumen en ese momento el protagonismo: Marta Poveda y Gabriel Garbisu.

  • Lo mejor: La hondura e inteligencia con las que están leídos y planteados los conflictos de los protagonistas.
  • Lo peor: La uniformidad de los planos sonoros hace difícil escuchar a los actores en algunas ocasiones.