Isamay Benavente: «La zarzuela debe dialogar con el público actual, hay que mirarla con ojos de hoy»
La directora del Teatro de la Zarzuela acaba de presentar la próxima temporada 24/25, la primera que programa con su sello al frente del coliseo madrileño
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Dice Isamay Benavente (La Línea de la Concepción, Cádiz, 1965) que se ha integrado muy bien en Madrid, «mi adaptación ha sido suave, solía venir mucho a ver espectáculos», pero en algunas cosas sigue echando de menos Jerez, donde vivía, «ese olor a azahar que en febrero y marzo inunda la ciudad». Su labor allí al frente del Teatro Villamarta y como presidenta de Ópera XXI fueron avales para que su proyecto fuese elegido entre otras 25 candidaturas y pasar así a ser la primera directora artística del Teatro de la Zarzuela desde su inauguración en 1856. En su despacho, al que ya ha dado su toque personal, Benavente nos habla de la nueva temporada que acaba de presentar llena de energía y muy ilusionada porque, antes de ser la nueva regidora, se declara «una friki de la zarzuela, un género que me apasiona, y por eso vivo como un privilegio dirigir un lugar dedicado a ella». Su aterrizaje se produjo en noviembre: «Fue muy positivo incorporarme con algo de antelación, porque me ha dado tiempo para ver al teatro funcionar y conocer a la gente mientras iba poniendo en marcha mi primer proyecto; me gustan los entresijos, estar en los ensayos y con los artistas viendo cómo se cuece un espectáculo y cómo crece».
¿Es consciente de que está haciendo historia?
Supongo que lo dices por ser mujer y la primera que dirige este teatro, pero a mí me gustaría que empezara a ser normal que mujeres lideremos algunos espacios escénicos. En nuestro encuentro con Ópera Latinoamericana me llamó la atención que hay muchas más mujeres dirigiendo teatros de ópera allí. En España tenemos muchas y muy buenas en la gestión cultural, en una segunda línea, digamos, pero está costando dar el salto a esa primera línea de dirección.
Desde una línea continuista dijo querer “abrazar” el proyecto y el género y dar una vueltecita de tuerca.Sí, aunque tiene tantas posibilidades que es muy difícil abarcarlo completo, tengo que poner en valor a todos mis antecesores que aportaron su sello para engrandecerlo, cada uno ha hecho algo diferente que lo ha enriquecido. Yo quiero seguir esa línea, que siga siendo un teatro escaparate con lo mejor de nuestra lírica, con grandes producciones, con las mejores voces y directores defendiendo nuestro patrimonio lírico y aumentándolo, recuperar lazos con Latinoamérica y difundir más la zarzuela por el territorio nacional e internacional, en todo eso voy a arremangarme.
¿Por qué eligió al maestro José Miguel Pérez-Sierra para este periplo?
No nos conocíamos previamente, aunque he seguido su carrera, lo llamé para Jerez y no pudimos coincidir, pero me parecía el perfil adecuado porque conocía muy bien a la orquesta (ORCAM), había dirigido en la casa y tiene una vinculación sentimental y emocional con ésta y con el género y, además, es un director que está llevando la zarzuela por el mundo.
Apuesta por el gran repertorio, pero también por transitar por los distintos géneros que encierra la Zarzuela.
Claro, abrir el abanico, por eso he programado un proyecto en torno a la tonadilla escénica, que es parte del origen de nuestro género, y he querido comenzar con uno de los compositores fundacionales como es Arrieta, la zarzuela tiene tanta diversidad y riqueza que sería estúpido no aprovecharla, creo que hay que mostrar toda esa paleta de colores que tiene y enseñarla, que el público pueda divertirse con el género chico, con una opereta ligera y frívola o un gran drama, pero sin renunciar nunca al gran repertorio, cada temporada debe haber uno o dos “best seller” -como yo digo- aunque se hagan cosas más nuevas o singulares.
¿Quiere seguir desempolvando piezas olvidadas?
Por supuesto, de hecho ya tengo en marcha una recuperación que yo creo que va a dar mucho que hablar para mi segunda temporada, pero de momento no puedo contarlo. Lo que ocurre es que hace falta tiempo para ponerla en marcha, necesita una revisión musicológica, preparar las partituras, revisar el libreto y luego, buscar un reparto que se lo prepare, porque en estos casos no hay referencias, todo el mundo parte de cero y eso conlleva tiempo.
¿La zarzuela necesita renovarse?
Como todas las artes escénicas, yo creo que es un género vivo, a pesar de ser esta una opinión controvertida porque hay gente que piensa que ya no está, pero sigue habiendo creación lírica y se siguen haciendo zarzuelas, porque es un género que nos cuenta, y muy bien. Tiene un pasado y una historia, pero debe dialogar con el público actual, hay que mirarlo con ojos de hoy. “La verbena de la Paloma” recién hecha es un ejemplo, se ha mirado con cariño, se ha hecho con respeto, pero también se ha modernizado un poco, como el teatro clásico, hay que actualizarlo y refrescarlo y como público hay que ser flexible y dejarse sorprender, siempre que se respete la esencia del texto y de la música.
En su proyecto está expandirla internacionalmente, en especial con América?
Compartimos lengua y eso lo hace más fácil, pero también una cultura común, conocen la zarzuela porque la han cantado sus padres y sus abuelos y la han oído desde pequeños. Estoy empeñada en estrechar lazos con los países latinoamericanos con los que nos une un pasado y una memoria sentimental común, hay que recuperar esos lazos y enseñarles todo lo que el género nos puede mostrar hoy. Esa es mi prioridad, pero no solo, yo quiero mirar a Europa, darle una dimensión internacional, y si aquí hacemos “El murciélago”, por qué no vamos a llevar una opereta o una zarzuela barroca a París, hay teatros singulares con un repertorio de gran raigambre popular como nosotros, como la Opéra-Comique, y creo que tenemos posibilidades de hacer cosas con ellos.
¿Ayudaría que fuese declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad?
Estoy convencida de que ese sello de calidad de la Unesco nos vendría muy bien, quiero empezar a realizar acciones que lo apoyen, actividades complementarias, presentaciones, mesas de expertos…debemos apoyar ese camino como teatro símbolo de la zarzuela. Ese reconocimiento sería un espaldarazo que nos daría una visibilidad internacional importantísima.
Quiere que esta sea la casa de la danza.
Sí, potenciarla en su relación musical y de historia con la zarzuela, creo que todo teatro lírico que se precie debe tener a la danza asociada. Junto a la Compañía Nacional de Danza y al Ballet Nacional, con dos espectáculos impresionantes, tendremos dos compañías lideradas por mujeres Rafaela Carrasco y Úrsula López, una revisa el baile de mujer y otra el del hombre del siglo XX, Además, ahora hay una generación de artistas de la danza maravillosa y ya estoy viendo cosas para la segunda temporada.
¿Le damos a la zarzuela el sitio que merece, como hacen otros países con lo suyo?
No, somos muy ingratos con nuestros artistas y nuestro patrimonio como país, en ese sentido nos queda un camino por recorrer, como ya han hecho Francia o Italia poniendo en valor su patrimonio, obras, directores, artistas…ellos iniciaron este camino hace 30 años, pero a nosotros aún nos queda, en España tenemos prejuicios todavía con las artes que tuvieron una raigambre popular, como la zarzuela, la copla o el flamenco, que se les tacha de antiguos y casposos o de ser para viejos y no es verdad, la zarzuela es para gente de 0 a 99 años, hay que desterrar de una vez por todas el tópico de que es algo que no nos toca, que solo cuenta el pasado y debemos ponerla en valor, cuidarla y enriquecerla.
Dígale a un joven por qué tiene que ir a ver zarzuela.
Porque habla de ellos, aunque no lo saben, somos nosotros, cómo nos contamos, es nuestro musical, el americano habla de los americanos, pero la zarzuela lo hace de nosotros y el Proyecto Zarza es maravilloso porque está hecho por ellos y habla de ellos. Con el nuevo “Zarzuelita” para familias, quiero que los niños pequeños se queden con esos ritmos y melodías, que cuando escuchen “La verbena de la Paloma” o “Somos los marineritos”, sepan que es zarzuela, que estos ritmos les sean familiares y crezcan con ellos sin ningún tipo de prejuicios.
¿Ser un teatro público y estandarte del género supone para usted una responsabilidad especial?
Absolutamente, debemos dar ejemplo de cómo se debe hacer las cosas con la zarzuela, las producciones deben ser escaparate de cómo debe hacerse, aquí tienen que estar los mejores artistas, cantantes, directores…debemos tener un listón de excelencia porque somos el teatro símbolo que protege el género y no sólo de España, quien venga a aquí a ver zarzuela sabe que viene a ver lo mejor y eso es una gran responsabilidad que tengo y han tenido todos mis antecesores, por eso cuando hablo de una línea continuista es porque he recibido un teatro que está en lo más alto y quiero mantenerlo así.
Para Isamay Benavente, “es difícil aconsejar porque hay cosas muy bonitas e interesantes, como “Marina”, dirigida por Bárbara Lluch, una obra difícil con dos repartos a cual mejor, o “Patagonia”, un trabajo hecho por teatros chilenos del sur, dirigidos por mujeres, una ficción que nos habla de cómo vieron la llegada de Europa allí, un proyecto muy poético que va a sorprender. Creo que nos divertiremos con el género chico, con “El bateo” y “La revoltosa” de un Juan Echanove entusiasmado que le ha dado un aire cinematográfico. Por otro lado, el lujo de tener dos compañías institucionales aquí en su casa, la Compañía Nacional de Danza -“La Sylphide”- y el Ballet Nacional -“Afanador”-, además de Rafaela Carrasco, Premio Nacional de Danza en 2023 con “Nocturna”. En conciertos destacaría una maravilla, como el de Paco Cepero, un señor muy grande que está casi en la despedida, o el de Sandra Carrasco recordando a Marchena. También me apetece resaltar –concluye Benavente- dos propuestas un poco más gamberras en el ambigú que van a romper, “Con nocturnidad y sin alevosía” y “Tanto que celebrar”.