Isabel Díaz Ayuso: Mis razones por San Isidro
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Hay muchas razones para asistir a los toros: tantas como aficionados a la fiesta. Y al público de Las Ventas, desde luego, le sobran los motivos para abarrotar la plaza en la primera feria taurina del mundo.
Vuelve la feria de San Isidro en todo su esplendor con un cartel que no es el de una temporada más. Esta primavera, entre el 8 de mayo y el 5 junio, tenemos una nueva oportunidad para reivindicar la tauromaquia desde la gran Plaza de Las Ventas.
Lo haremos con un plantel de grandes figuras, novilleros, rejoneadores y ganaderos. Reaparecerá Alejandro Talavante en España; volveremos a ver a Morante de la Puebla, José María Manzanares, Roca Rey o El Juli; y también brillarán grandes toreros emergentes como Pablo Aguado, Juan Ortega o Ginés Marín.
Hay que recordar siempre que la feria de San Isidro es un Bien de Interés Cultural, y señalar su enorme aportación económica, artística y cultural.
Los habrá también que acudan a la plaza para apoyar, tras años durísimos, a los que se ganan la vida en el mundo toro y en el campo, en un sector vital también en términos medioambientales.
Y no faltará quien reivindique, más allá de los toros, que por San Isidro vuelven también el baile y la música, la devoción, la gastronomía y una amplia oferta cultural.
Yo en esta feria de San Isidro iré a los toros, viviré los toros, pero, sobre todo, defenderé los toros. Porque en este arte que se busca del miedo se explica gran parte de la historia de España y del español, impregnado de tanto vocabulario taurino. Ningún enemigo de la libertad logrará borrarlo.
Iré convencida de que fracasarán quienes, en un nuevo envite totalitario, pretenden eliminar nuestra memoria colectiva. Los jóvenes de España merecen conocer su pasado común y sus raíces a través de un rito que ya pintaron Goya y Picasso, y que han cantado durante siglos nuestros mejores poetas, escritores y músicos.
Acudiré a Las Ventas esta primavera a reencontrarme con un espectáculo de belleza y emoción, sabiendo que vivir arriesgando es vivir dos veces. Consciente de que afrontar la vida con orgullo y valentía siempre merece la pena.
Iré a los toros como brindis al Madrid alegre y audaz que, como el toro, se crece con el castigo, y en medio de grandes dificultades levanta negocios, genera riqueza, arriesga su patrimonio, y pasa su legado a sus hijos.
Mis motivos para defender los toros son, en fin, inseparables del mestizaje de culturas, paisajes y folclore que corre por las venas de todo español. De Navarra a Andalucía. Desde Extremadura hasta Valencia.
Vuelven las almohadillas, los niños y las almendras al entrar a la plaza; la gorra vieja en los tendidos de sol. Vuelven monosabios, mulilleros y apoderados. Y vuelve, en definitiva, una Fiesta que, en Madrid podemos decir con orgullo, está más viva que nunca.