Andrés Vázquez, de la dureza de las capeas a la gloria con el toro Baratero
Fallece el diestro a los 89 años
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El torero zamorano Andrés Vázquez, fallecido este viernes a los 89 años, deja al mundo taurino huérfano de uno de sus grandes referentes históricos, un torero que fue abriéndose paso en la dureza de las capeas hasta alcanzar la gloria con el toro Baratero, de Victorino Martín, en la plaza de Madrid.
Nacido el 25 de julio de 1932 en Villalpando (Zamora) en el seno de una familia de agricultores, Andrés Mazariegos Vázquez fue uno de los grandes nombres propios en las décadas de los 60 y los 70, con diez puertas grandes de Las Ventas como matador, más tres de novillero, un torero que deja para el recuerdo páginas históricas, muchas de ellas vinculada con la ganadería de Victorino.
Una de ellas, y puede que la más relevante, fue aquella faena histórica al toro Baratero en la Monumental madrileña la tarde del 10 de agosto de 1969. Aquella tarde fue la más importante de su carrera y de la que siempre presumía en todas sus apariciones públicas.
Pero antes de aquel día, el Nono de Villalpando, que era como se le conocía también de joven, fue haciéndose un nombre gracias a las capeas en las que comenzó a abrirse paso, hasta que en 1961 logró su primer triunfo sonado, ya como novillero, en la antigua plaza de Vista Alegre, en el madrileño barrio de Carabanchel.
A finales de ese mismo año debutó en Las Ventas, donde también causó un gran impacto por su sincera y clásica manera de torear, un hecho que hizo que pocos meses después tomara la alternativa en plena feria de San Isidro de 1962 de manos de Gregorio Sánchez y en presencia de Mondeño, con toros de la ganadería de Benítez Cubero.
Aquella tarde logró un gran triunfo que le permitió abrir la primera de la diez puertas grandes que lograría como matador de toros en la primera plaza del mundo.
Después de varios años tratando de abrirse paso en el escalafón, la vida le pondría en su camino al toro Baratero, de Victorino Martín, al que cortó las dos orejas aquel 10 de agosto de 1969 y que, más que su salvavidas, fue el punto de inflexión para que su carrera se relanzara hasta convertirse en todo un referente.
Desde entonces compartió carteles y empezó a codearse con los grandes de la época, como Antonio Ordóñez, Luis Miguel Dominguín, Gregorio Sánchez, el Viti, Paco Camino o Diego Puerta.
Si Madrid fue el escenario más importante de su vida, no menos relevante para él fueron los famosos Victorinos, ya que con ellos lograría también otro éxito histórico durante la encerrona que él mismo protagonizó con seis astados en solitario durante la feria de San Isidro de 1970.
Después de varias temporadas un tanto irregulares, también por las graves cornadas que sufrió durante toda su carrera, en 1974 decidió retirarse por primera vez de los ruedos, volviendo tres años más tarde para decir adiós definitivamente a la profesión a principios de los 80.
Pero no sería la última vez que se pondría delante de una res brava, pues el 25 de julio de 2012 volvió a hacer un paseíllo durante el festival celebrado en su honor en la plaza de Zamora por su 80 cumpleaños y por los 50 años de alternativa, y donde lograría salir a hombros tras cortar un rabo a un utrero de Victorino Martín.
Vázquez también fue profesor de la escuela taurina de Madrid, comentarista durante varios años de la retransmisiones taurinas en la televisión autonómica madrileña e, incluso, llegó a hacer su pinitos en el cine con la participación en tres películas: “Yo he visto a la muerte” (1967), “Tú solo” (1984) y “Sobrenatural” (2021).
En 2021 fue distinguido con el premio Tauromaquia que otorga la Junta de Castilla y León por toda su trayectoria y por llevar siempre por bandera el nombre de Zamora por todos los lugares donde hizo el paseíllo.