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Castellón: No se puede sacar agua de una piedra

La terna actuante se estrelló contra un encierro imposible de Miura
Domenech CastellóEFE
La Razón
  • Paco Delgado

    Paco Delgado

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Se cerró la flamante feria de San Juan y San Pedro de Castellón con una corrida de Miura, legendario hierro muy del gusto de la afición local, mucho más amante del toro, y que en esta plaza ha dado muchas tardes de emoción y triunfo. No fue, sin embargo, una de aquellas, y el conjunto, bien presentado y sin mucha romana, no tuvo ni raza ni entrega ni excesiva fuerza, sin humillar y defendiéndose, aunque hay que señalar en su descargo que se les dio muy duro en varas.
No empezó con buen pie la función, y el toro que abría plaza fue devuelto tras quedar conmocionado por un topetazo contra el estribo del picador. Fue sustituido por un sobrero de El Pilar que se dejó pegar en el peto y salió trastabillando. Se fue arriba en banderillas y en el último tercio, aun rebrincado y cabeceando, permitió a Rafaelillo lucir su oficio y disposición para sacar una faena desigual que tuvo sus mejores momentos al torear por el pitón derecho.
El cuarto, que fue el de mas peso del encierro, sí recordó al clásico toro de Miura, gazapeando por el ruedo sin fijeza pero dejándose pegar en e caballo, lo que acusó luego, costándole mucho el desplazarse, haciendo inútil el esfuerzo del murciano por sacarle partido.
El alto y largo segundo admitió dos buenos puyazos y apretó en banderillas pero embistió siempre con la cara por las nubes y sin entrega ninguna. Por el izquierdo además buscó y se quedó cortísimo, obligando a Paco Ramos a una labor a la antigua, sobre las piernas y muy valiente.
Desarmó el quinto al de Onda en su recibo capotero y fue al pecho en banderillas, llevándose por delante a uno de sus peones, Josele, que se escapó de milagro. No tuvo un pase, a la espera y pendiente siempre del torero que vio como se esfumaba esta oportunidad de dejarse ver en una feria de importancia.
El vareado escurrido tercero fue pegajoso de salida y no dejó estar cómodo a Román en su recibo capotero. Sin probaturas ni tanteos se fue directamente al toro, que tampoco humillaba ni descolgó, teniendo además muy justas sus fuerzas, haciendo imposible el lucimiento de su matador.
Se peleó a cara de perro con el manso sexto, al que llevó hasta tres veces al caballo. Derrochó esfuerzo y ganas ante un toro que se ponía más peligroso e imposible a cada muletazo y de haber matado a la primera podría haber tocado pelo.
Castellón, 26 de junio.
Tercera de feria Un tercio de entrada.
Toros de Miura y un sobrero, primero, de El Pilar, bien presentados y de poco juego.
Rafaelillo (de grosella y oro), entera, ovación; entera, ovación.
Paco Ramos (de malva y azabache), pinchazo, estocada y dos descabellos, ovación; casi entera y ocho descabellos, ovación.
Román (de purísima y oro), pinchazo, silencio; dos pinchazos, media y cinco descabellos, palmas.

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