Madrid
Este es el torero que se parece a José Tomás y con el que no se van a querer anunciar
El torero actuó con un valor helador en la segunda de la feria de San Isidro
Víctor Hernández hizo el paseíllo el pasado día 10 de mayo en la Feria de San Isidro. Era el segundo día del ciclo. Todavía todo por dirimir. Se lidiaba el encierro de El Pilar, que tuvo que ser remendado con algún sobrero. Ocurrieron cosas, pero sobre todo lo que vimos fue una puesta en escena muy espectacular de Víctor Hernández. Un valor estratosférico de quien no le cuesta. O no parece costarle.
Así lo vivimos aquella tarde.
"Al tercero se le hicieron las cosas mal en los primeros tercios y cuando llegó a la muleta de Víctor Hernández el toro estaba muy orientado y sabía lo que se dejaba atrás en cada momento. El diestro no solo no volvió la cara sino que se puso como si fuera bueno, con una verdad descomunal y desprovisto de cualquier ventaja. Se jugaba la cogida en cada muletazo y así lo vivimos con una tensión que, cuando todo acabó, sentimos descanso. Una estocada corta de muerte rápida hizo que Hernández paseara el trofeo.
Para atrás fue también el sexto y saltó un sobrero de Villamarta, que esperó en el centro del ruedo y apretó después. Lo normal en un señor de casi seis años, que esperó lo suyo en banderillas. Tuvo cierta bondad el animal dentro de sus irregularidades y sincera fue la actuación de Hernández. No hubo tandas maceradas, pero siempre ganas de encontrar el sitio y echar para adelante la faena. De infarto las manoletinas. Una pena que después la espada no entrara".
Quién es Víctor Hernández
Natural de Los Santos de la Humosa (Madrid), Víctor Hernández se alzó como el gran triunfador de la Copa Chenel 2024, una edición marcada por el buen nivel y la competencia reñida. Su mérito adquiere aún más valor si se considera que es uno de los toreros con menor tiempo de alternativa entre todos los participantes del certamen, pero con un aplomo y una madurez que sorprendió.
Nacido el 16 de junio de 1999, Víctor creció entre múltiples inquietudes. Como muchos niños, probó con varias aficiones antes de encontrar su verdadera vocación. Fue en 2014, al ingresar en la Escuela Taurina de Guadalajara, cuando descubrió lo que él mismo define como la gran pasión de su vida: el toro. Ese mismo año debutó como becerrista, y apenas un año después ya se vestía por primera vez de luces, iniciando así un camino que, aunque exigente, ha estado jalonado de triunfos.
Su debut con picadores llegó el 18 de agosto de 2018 en la Plaza de Toros de Sigüenza (Guadalajara), donde dejó una impronta clara al cortar tres orejas a los novillos de El Cotillo, en un mano a mano con Álvaro Sánchez. Aquella tarde fue mucho más que una prueba: fue una declaración de intenciones.
Durante su etapa como novillero con picadores, Víctor fue consolidando su nombre con actuaciones destacadas en diferentes cosos. Pero fue en la Plaza de Toros de Las Ventas donde escribió algunas de sus páginas más brillantes. El día de su presentación en Madrid no solo impresionó al público, sino que abrió la Puerta Grande tras una faena memorable al quinto novillo de la tarde, del hierro de Los Chospes.
Su actuación del pasado sábado en Madrid dejó una puesta en escena que hacía recordar la manera de colocarse ante los toros y el aplomo nada menos que de un coloso de la tauromaquia como es José Tomás. El tiempo dirá. Son palabras mayores. Pero toreros así, con un valor tan descomunal y capaz de pisar terrenos tan comprometidos, asustan. Ojalá le veamos más tardes. Y no se le cierre el camino.