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San Fermín

Pamplona: más toreo que tardes de Puerta Grande

Pablo Aguado y Juan Ortega firman bonitas faenas sin espada; Roca apunta, pero cierra su doblete sin triunfo sanferminero

Séptima de abono Feria del Toro Pamplona Daniel FernándezEFE

En el abismo de la vida, el arte, la tragedia, el olé y el ¡ay! En ese misterioso segundo que se da todo la mano y la incertidumbre devora el presente antes de ser memoria es el ruedo un manicomio. Todo puede pasar. Lo supo Juan Ortega, que había toreado bonito a la verónica, y con los vuelos quitó por chicuelinas. El comienzo de faena por bajo era templadísimo, lo pletórico de la vida, del toreo exquisito, pero por ahí abajo la tragedia anda al acecho y el Jandilla olió de cerca a Ortega. Luego vino la rendición de la lentitud por la diestra. Se desplazaba el toro, falto de codicia, punto distraído. Cuando lo cosió a los flecos de la muleta… Qué bonito. Es tan torero Ortega que su puesta en escena alcanza otra dimensión. Le costaba empujar por el izquierdo. Más corto, sin querer, más mentirosillo. Bonita labor que remató con una fea estocada (maldita) antes de cobrarse la efectiva. Estos toreros devuelven la fe.

Séptima de abono Feria del Toro PamplonaDaniel FernándezAgencia EFE

El quinto echó las manos por delante ya de salida y después el mansurrón estuvo a la defensiva toda la faena. Ortega lo enseñó y no nos hizo perder el tiempo, lo que se agradece.

Roca volvió a ser Roca. Vino a sangre y fuego con un segundo explosivo. Gaoneras con el capote e inicio de muleta tan de atracón como el toro. Mucha transmisión en la embestida de ese animal que se desplazaba con largura y entrega. Fue en la tanda al natural cuando lo apretó y resultó como si algo se desconectara. Se vino abajo. Le permitió a Andrés tirar con la otra parte de su tauromaquia de meterse entre los pitones y dominar lo indomable. Se alargó en el trasteo. La estocada no fue efectiva y el descabello enfrió los ánimos y el marcador quedó a cero.

El quinto tuvo otros desafíos. Era toro que había que hacer. No lo regalaba. Lo vimos claro en el prólogo de muleta cuando Andrés quiso pasárselo por la espalda y si no se quita lo trinca. Iba el toro, pero había que dar con las teclas. Roca anduvo muy centrado con él en una faena demasiado larga. Los pinchazos hicieron el resto y el manto de las cuentas cayó a plomo. Dos tardes sin puertas grandes. Hay plazas perseguidas por los números.

Séptima de abono Feria del Toro PamplonaDaniel FernándezAgencia EFE

Pablo Aguado destiló torería casi con desprecio, porque le sobra. Qué barbaridad el comienzo de faena, tan clásico, bonito como sorprendente. Gran Jandilla por noble y bueno, cómplice perfecto en la locura esta de torear. Medido Pablo, sedoso, gustoso. Qué puñetera delicia la caricia de ver pasar el toro y torearlo así. Por uno y otro pitón belleza, torería, improvisación, ese Aguado de este 2025 macerado. La espada no fue. El toreo sí y podríamos jartarnos, pero es imposible para eso está la mediocridad de otras tardes. Esto es alimento para el alma.

El sexto se vino a menos, perdió las manos, caía la oscuridad del cielo sobre Pamplona y nos amenazaban los rayos con la misma intensidad que la felicidad del toreo que había aparecido en los primeros toros. Lo chispeante del vestido anunciaba el final y el cielo que se venía un chaparrón no pequeño. Las cuentas no nos amparan, pero habíamos visto más toreo que muchas tardes de Puerta Grande en esta intensa y festiva Pamplona.

FICHA DEL FESTEJO:

Viernes 11 de julio de 2025. Plaza de toros de Pamplona. Séptima de feria. Lleno de "No hay billetes".

Toros de Jandilla, serios. El 1º, noble por el derecho, menos definido el izquierdo; 2º, explosivo y a menos; 3º, noblón y de buen juego; 4º, manso y sin opciones; 5º, manejable y distraído; 6º, a menos.

Juan Ortega, de verde manzana, estocada defectuosa, estocada (silencio); estocada corta (silencio)

Roca Rey, de celeste y oro, estocada caída, dos avisos, dos descabellos (silencio); cinco pinchazos, estocada (silencio).

Pablo Aguado, de catafalco y oro, dos pinchazos, media (saludos); pinchazo y estocada trasera y tendida (silencio).