FC Barcelona

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El Barcelona pierde la Liga y el orgullo: cae 1-2 ante Osasuna

El equipo pamplonés estaba con diez jugadores cuando marcó el segundo gol.

FC BARCERLONA / OSASUNA
David García y Sergi Roberto pelean por un balónAlberto EstévezEFE

Claudicó el campeón de Liga, que cede su corona al Real Madrid, y ni siquiera puede decir eso de que en la jornada de ayer al menos cumplió su parte. Una derrota triste ante Osasuna como muestra de la impotencia que ha tenido el equipo en realidad durante toda la temporada. Al menos, a falta de brillantez, le había dado para llegar primero al parón por el confinamiento por el coronavirus. El fútbol volvió y se vio más o menos al mismo equipo. Insulso, insuficiente para llevarse el título de la regularidad y derrotado ayer contra un conjunto que no se jugaba nada.

En realidad pocos creían en el pinchazo del Real Madrid. Lo dijo Luis Suárez en la previa: la Liga está prácticamente perdida. El uruguayo fue uno de los que se quedó en el banquillo en la pequeña revolución que planteó Setién. Riqui Puig, Ansu Fati, Júnior, Braithwaite, a jugar. Busquets y Alba, al banquillo, con Suárez. Pero ni con los jóvenes en el césped logró el Barcelona ser dinámico. Osasuna, que lleva un año fantástico y ya ha cumplido sus objetivos, se plantó en el Camp Nou con precauciones, pero sin complejos. Con una defensa de cinco y acumulando muchos jugadores por dentro, desactivó el juego de posición y de posesión del Barça. Una vez más, como tantos otros rivales lo han hecho este curso. Pero el equipo de Arrasate tuvo un punto extra: marcó. En una gran salida con Adrián como catalizador, Estupiñán como pasador y Arnáiz como finalizador. La acción estuvo fatal defendida por los locales: ni Semedo en la banda ni Piqué en el despeje ni Rakitic en la marca. Esos partidos que se le han atascado al Barcelona durante el año los ha resuelto finalmente por 1-0, pero esta vez tenía que lograr más de un gol, y las noticias desde Madrid no eran buenas para ellos porque el conjunto de Zidane ya mandaba y ni la victoria le servía para nada.

Lo intentó Messi con un tiro de falta que se estrelló en el larguero y con alguna acción individual, pero apenas lograban generar ocasiones. Con la cadena de pases no superaban a rivales y ni Sergi Roberto con sus entradas desde atrás ni Riqui Puig llevando la pelota ni Ansu Fati desde el costado izquierdo rompían la monotonía. Con mucho trabajo, pero estaba hasta cómodo Osasuna, que salía por la izquierda con Estupiñán de vez en cuando mientras Setién se desesperaba.

Salió con ganas el conjunto azulgrana del descanso. Sacó el orgullo, encerró a su rival y Messi acertó por fin de falta. Quedaba media hora por delante. Tiempo suficiente, pero el partido fue un reflejo del año: Enric Gallego fue expulsado nada más salir, pero ni contra diez pudo. Al revés, al final le cazaron en una contra y Roberto Torres culminó la noche trágica para el barcelonismo.