Indianápolis

Fernando Alonso, preso de sus palabras en Indianápolis

El asturiano afronta las 500 Millas con un equipo medio. Honda, que tiene los mejores motores, ha vetado su presencia en sus monoplazas

El domingo Fernando Alonso afrontará una de las carreras más importantes de su vida: las 500 Millas de Indianápolis. Se trata de una competición que queda lejos de la F-1, pero si la vence, pasará a la historia como ganador de la Triple Corona, es decir, como un piloto que ha triunfado en los desafíos más importantes del automovilismo: el Gran Premio de Mónaco de F-1, las 24 horas de Le Mans y las 500 Millas. El bicampeón del mundo de F-1 y campeón del Mundial de Resistencia 2018/19 lleva meses preparando la carrera, pero... afronta el reto en un equipo de media tabla y con escasas posibilidades de éxito. Un rendimiento que en clasificación se tradujo en el puesto vigésimo sexto de 33 pilotos que competirán en el circuito oval.

No es normal que un piloto de su talla y trayectoria compita en una estructura formada por McLaren en colaboración con Schmidt-Peterson, dos equipos con mucha experiencia en Indy, pero escasos éxitos en comparación con Andretti Autosport, el equipo con el que el español tomó parte en su primera participación en Indianápolis (en 2017) y donde estuvo a punto de ganar. Un piloto como él merece correr con los mejores, tal y como sucedió en Le Mans o en el Dakar con Toyota.

Pero la «particular» forma de ver las cosas que tiene Alonso cuando se baja del coche todavía le está pasando factura. El mejor equipo es el de Andretti, y el americano usa motores Honda. De hecho, entre los doce primeros clasificados en la parrilla de salida para el domingo sólo hay un piloto que use propulsor Chevrolet, que es el que lleva Alonso en su coche. ¿Por qué no opta a un asiento de calidad en Indianápolis? La respuesta es sencilla. Honda ha vetado cualquier posibilidad de que Alonso se suba a un equipo con sus motores por las «rajadas» que dedicó al fabricante japonés durante su última etapa en la F-1 con McLaren.

Con el tiempo, se demostró que no toda la responsabilidad recaía en el motorista, sino también en la propia escudería inglesa incapaz de gestionar bien una unidad de potencia que sólo unos meses después ya ganaba carreras. Eso sí, montado en un Red Bull. La famosa frase pronunciada por Alonso vía radio «motor de GP2» comparando el propulsor nipón con los que usan en la F2, la categoría inferior, retumbó en la sede de la compañía. Años después los japoneses triunfan en la escudería de la bebida energética y completan su particular «venganza» impidiendo a Alonso luchar con las mejores armas para conseguir la ansiada Triple Corona.

Alonso, como no podía ser de otra forma, no quedó contento con el resultado de la clasificación, que le obligará a escalar posiciones desde muy atrás. En una carrera con una duración de tres horas puede que no sea un «drama», pero dice bastante poco de las prestaciones del coche. Sin embargo, el asturiano se mostró optimista con el ritmo de carrera del monoplaza: «No tuve la velocidad, pero aún así estoy contento con las vueltas. Tengo gente interesante alrededor. Siempre es algo intenso las cuatro vueltas de Indy, ahora queda un día menos para el gran día. Los 2 primeros días con race boost (motor con configuración de carrera) estábamos en el top 10. Ayer y hoy con qualy boost ni nosotros ni los últimos ganadores de esta prueba, por ejemplo, parece que seamos competitivos. Hacemos lo mejor que podemos la crono, así que contentos, y empezamos a preparar la carrera», afirmó el español al terminar la sesión de clasificación.

En el lado contrario a Fernando Alonso se ha situado el otro español en liza, Álex Palou. No tiene patrocinadores ni tampoco un palmarés abultado, sin embargo, los propietarios del equipo Dale Coyne han creído en sus posibilidades después de verle triunfar en la Super Fórmula japonesa. El próximo domingo arrancará séptimo y es la gran sorpresa en lo que va de competición entre sesiones libres y la clasificación. Su equipo monta propulsores Honda y casualmente empezó a correr en España y Europa con el equipo de Adrián Campos, el descubridor precisamente de Alonso.

El domingo la carrera comenzará a las 20:30 –hora española– y será el último intento de Alonso para conseguir la Triple Corona, al menos por unos años, ya que Renault ha señalado que no permitirá que el pilot español compita en Estados Unidos mientras forme parte de la estructura francesa en la F-1. Quizás, para entonces, puede que el asturiano ya puede militar en el mejor equipo.