Vuelta a España

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Vuelta a España. Primoz Roglic, la cabeza más fuerte del pelotón

El esloveno ha ganado su segunda Vuelta consecutiva después de superar el golpe de perder un Tour que creía ganado en la penúltima etapa

Primoz Roglic, con el trofeo de ganador de la Vuelta, en Cibeles
Primoz Roglic, con el trofeo de ganador de la Vuelta, en CibelesBernat ArmangueAP

Primoz Roglic acabó el Tour sentado en el suelo, rumiando la frustración de una derrota que había llegado, además, en su terreno, en la contrarreloj. Abatido sobre el asfalto digería su desgracia. Un golpe del que a muchos les hubiera costado recuperarse.

Las opciones eran dejarse ir y derrumbarse del todo o levantarse. Y Roglic eligió levantarse. Desde la derrota en el Tour ha sido sexto en el Mundial, ha ganado la Lieja-Bastoña-Lieja y ha repetido su triunfo del año pasado en la Vuelta, al que ha añadido cuatro victorias de etapa.

«Soy una persona muy competitiva, que siempre quiere correr. Lo que hice fue pasar página, lo acepté, fui segundo, eso no quita que fuera un grandísimo logro muy bonito para mí», reconocía después de confirmar su victoria en la Vuelta tras cruzar la meta de La Covatilla. «Creo que hicimos un Tour muy bonito todo el equipo, estoy contento conmigo mismo porque en ese momento no podía ni siquiera soñar que correría tan bien. He venido aquí directamente después del Tour, ganando Lieja entre medias con el objetivo de ganar otra grande», añadía.

Ese triunfo en Lieja puede haber sido la clave de su recuperación. El despiste de Julian Alaphilippe, que levantó los brazos antes de cruzar la meta sin darse de cuenta de que Roglic lo adelantaba por la derecha pudo ser el empujón para su victoria en esta Vuelta.

Sólo habían pasado dos semanas de su derrota en el Tour y ya se dio cuenta de que podía seguir ganando. Roglic, además, no es una persona que se rinda con facilidad. «Tuve muchos obstáculos para llegar al Tour, pero al final llegué», asegura. Sufrió una caída en el Dauphiné y se retiró cuando era líder sólo unas semanas antes del Tour.

Su capacidad de recuperación y de adaptación ya la había demostrado muchos años antes, cuando cambió los saltos de esquí por la bicicleta. Una caída en uno de los saltos le provocó una fractura de nariz y varias contusiones cerebrales. Cuando le pasó, ni siquiera tenía una bicicleta de carrera en casa. Pero se convirtió en parte de su rehabilitación y en algo más que una afición. No le importó dejar atrás un prometedor futuro con los esquíes –ya había sido campeón del mundo junior por equipos– para empezar un nuevo camino.

Si ese golpe no lo paró, no le iba a frenar una derrota en una contrarreloj. Roglic aprendió de su «fracaso». El Tour lo creía controlado desde el comienzo gracias a la superioridad de su equipo. No gastó un gramo de fuerza para asegurar su victoria porque lo consideraba innecesario. En la Vuelta no ha perdido la oportunidad de rebañar una bonificación por pequeña que fuera. Ha ganado cuatro etapas y ha sido tres veces segundo. Sin las bonificaciones, la Vuelta hubiera sido para Carapaz, aunque eso es un indemostrable.

Roglic sabía que iba a sufrir en las grandes cuestas. Padeció el día de Formigal bajo la lluvia. Su explicación fue que había tenido problemas al ponerse un chubasquero. Pero sus problemas se repitieron en el Angliru y en La Covatilla. No podía resistir los cambios de ritmo de especialistas como Carapaz y Carthy. Por eso fue sumando segundos poco a poco que le hicieran más llevaderas las cuestas.

Roglic es resistente e inteligente. Y se ha permitido disfrutar más de esta Vuelta a pesar del sufrimiento. Al menos eso indica su sonrisa en comparación con el gesto serio de la temporada pasa. Antipático, casi maleducado parecía. «La victoria del año pasado es especial porque siempre es especial ganar una grande por primera vez, pero eso no quita que un segundo éxito sea siempre un logro bonito», asegura. La de 2019 era especial por ser la primera. La de 2020 lo es por muchas otras cosas, pero sobre todo porque le ha demostrando que puede seguir ganando entre los jóvenes.

Desde que Chris Froome ganó el Giro en 2018, todos los ganadores de Vuelta, Giro y Tour se estrenaban como vencedores en una grande. Roglic es el primero que repite en los últimos dos años y «amenaza» con regresar el año que viene. « Es realmente bonito ganar el jersey rojo y el verde para terminar el año. Nos vemos el próximo año», anunció desde el podio de Cibeles.

Roglic ha encontrado en la Vuelta su refugio. Comenzó 2019 con el objetivo de ganar el Giro, pero se lo llevó Carapaz. En 2020 su temporada estaba enfocada en el Tour, pero la Vuelta ha sido su gran triunfo en estos dos años. Empieza a sentir un cariño parecido al que siente Chris Froome por la carrera española. Quizá por eso reconoce que la victoria en el Tour no hubiera cambiado nada: «Creo que hubiera venido con la misma ambición porque soy una persona muy competitiva, allá donde voy quiero ganar o al menos dar lo mejor de mí». Para eso se preparó. Sólo ha estado diez días en casa antes de la Vuelta, pero el sacrificio ha tenido premio.

Clasificaciones

18ª etapa: Hipódromo La Zarzuela- Madrid (139,6 km) (Premio Cofidis)

1. Pascal Ackermann (Ale/Bora) 3h28:13

2. Sam Bennett (Irl/Deceuninck) m.t.

4. Jasper Philipsen (Bel/UAE) m.t.

General (Maillot Carrefour)

1. Primoz Roglic (Esl/Jumbo-Visma) 72h46:12

2. Richard Carapaz (Ecu/Ineos) a 0:24

3. Hugh Carthy (Gbr/EF) a 1:15

4. Daniel Martin (Irl/Israel) a 2:43

5. Enric Mas (Esp/Movistar) a 3:36

6. Wouter Poels (Hol/Bahrain) a 7:16

7. David de la Cruz (Esp/UAE) a 7:35 8. David Gaudu (Fra/Groupama FdJ) a 7:45

9. Felix Grossschartner (Aut/Bora) a 8:15

10. Alejandro Valverde (Esp/Movistar) a 9:34

Regularidad (Maillot Skoda)

1. Primoz Roglic (Esl/Jumbo-Visma) 204 puntos

Montaña (Maillot Carrefour)

1. Guillaume Martin (Fra/Cofidis) 99 puntos

Jóvenes (Maillot Fenié Energía)

1. Enric Mas (Esp/Movistar) 72h49:48

Equipos (Premio Correos)

1. Movistar Team 218h37:21

Combatividad (Premio Continental)

1. Remi Cavagna (Fra/Deceuninck)