México '86
Maradona y la camiseta comprada en una tienda de México con la que ganó a Inglaterra
Con aquella camiseta azul, Diego marcó dos de los goles más famosos de la historia
Diego Armando Maradona alcanzó el punto más alto de su carrera en el Mundial de México ’86. Ganó el torneo y dejó para el recuerdo dos acciones que ya son historia del fútbol, sus dos goles contra Inglaterra. Dos tantos que resumen lo que fue Maradona, uno logrado con la mano, “la mano de Dios”, que dijo Diego, y otro que está considerado el mejor tanto en la historia de los Mundiales, en el que desparramó por el suelo a cuanto inglés salió a su paso antes de batir a Peter Shilton.
Aquel 22 de junio de 1986, Maradona se ganó, si no lo había hecho ya, el corazón de todos los argentinos. Y lo hizo vistiendo una camiseta que había sido comprada horas antes en una tienda de deportes de México DF. Desde ese modesto comercio mexicano, la prenda inició un histórico viaje que le llevó a terminar en un museo, aunque su propietario continúa siendo uno de los futbolistas ingleses que ese día se enfrentó a Argentina.
Al final del partido, Maradona intercambió su camiseta con el centrocampista inglés Steve Hodge, quien tuvo que aguantar los reproches de sus compañeros cuando llegó al vestuario. “Algunos de nosotros le preguntamos a Hodge por qué quería la camiseta de Maradona si era un tramposo”, declaró tiempo después Peter Shilton el portero que recibió dos de los goles más famosos de la historia. Peter Reid, centrocampista de aquella selección, también expresó su malestar: “Cuando estábamos en el hotel, sacó la camiseta con el número 10 y dijo: ‘¿Qué pasa con eso entonces?’ Así que no solo Maradona me ha ganado, si no que tengo a Hodge mostrándome su camiseta”.
Hodge demostró tener una visión más amplia que la de sus compañeros y guardó esa camiseta que 34 años después, y más aún tras la muerte de Maradona, tiene un valor incalculable. Algunos estiman que si Hodge decidiera venderla, porque todavía es su propietario, podría alcanzar un precio de 500.000 euros, superando los más de 150.000 que se pagaron el 27 de marzo de 2002 en una subasta en Christie’s por la camiseta de Pelé en México ’70.
Desde 2003, la camiseta de Maradona se exhibe en el Museo Nacional del Fútbol, situado en Manchester y que antes tuvo su sede en Preston. “Tenemos la camiseta en el museo desde 2003”, declaró Philippa Duxbury, responsable de márketing. La camiseta solo salió del museo durante 18 meses cuando en 2010 el Museo Nacional del Fútbol cerró sus puertas para proceder a su traslado desde Preston a Manchester. Cuando se reabrió, la número 10 de Maradona regresó al museo. Mientras, estuvo expuesta en el Castillo de Nottingham, ciudad natal de Hodge.
“La camiseta nunca ha sido vendida al museo y sigue siendo propiedad de Steve Hodge, quien muy amablemente nos la prestó, ya que sintió que el Museo Nacional de Fútbol era el lugar adecuado para exhibirla”, aclaró Duxbury.
Argentina utilizó aquella camiseta azul por casualidad. Cuando la FIFA comunicó a la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) que contra Inglaterra debería jugar con su segunda equipación, Rubén Moschella, empleado de la federación, le comentó al seleccionador, Carlos Bilardo, que el único juego de camisetas suplentes que tenían era el que habían utilizado contra Uruguay en octavos de final. Bilardo se negó a usar las mismas y pidió otras camisetas más ligeras para combatir el calor.
Le Coq, la marca que vestía a Argentina, aseguró que era imposible que en menos de 72 horas que faltaban para el partido pudieran entregarles una equipación nueva. Entonces, Moschella se lanzó a las calles del DF y comenzó a recorrer tiendas de deporte buscando camisetas azules de la marca Le Coq. Encontró dos modelos y ya en el hotel fue Maradona quien decidió que utilizarían la que tenía un color más intenso y brillante. Moschella regresó a la tienda y compró 38 camisetas para los futbolistas de campo, una para cada tiempo.
Ya tenían las camisetas, pero faltaban el escudo de la AFA y los números. Para completar la logística contaron con la ayuda del América de México. Un diseñador del club hizo un boceto del escudo, pero con las prisas olvidó poner los laureles que rodean las siglas de la AFA. Impresos los escudos, unas bordadoras del América los cosieron en las camisetas. Ya solo faltaban los dorsales, unos enormes números plateados de fútbol americano, conseguidos también a toda prisa y que trabajadoras del hotel donde se alojaba Argentina plancharon sobre las camisetas.
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