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Neymar y el PSG, rivales del Barcelona. Así juega el equipo francés

La eliminatoria con más morbo de la Champions. El Barcelona se reencuentra con Neymar, a quien ama y odia

Neymar, en el suelo, lesionado, en el último partido de la Champions
Neymar, en el suelo, lesionado, en el último partido de la ChampionsAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Neymar se llevó una tremenda patada en el último encuentro del PSG, acabó llorando y se retiró en camilla. En principio se creyó que iba a ser algo más grave, pero puede que sólo sea un fuerte esguince de tobillo. Lo más duro, sin embargo, fueron los comentarios en las redes sociales acerca de la lesión: muchos de los usuarios le deseaban lo peor al delantero brasileño. Muchos de ellos, barcelonistas. No quieren verle y si no llega a los octavos de la Champions en febrero, sería un alivio para ellos.

Hay una relación de amor-odio con Neymar. Se le quiere por lo que se considera que puede hacer en el Barcelona, por los recuerdos que dejó gracias a su asociación con Luis Suárez y Messi. Se le odia por su forma de irse, por su demanda, por sus amagos de volver, porque, en definitiva, no volvió. Y por si no fuera bastante, hace poco Neymar dejó caer que la temporada que viene va a jugar con Messi, sin dar más detalles, dejando que todos los barcelonistas se pregunten si habla de volver a Barcelona o lo que no quieren responderse: que Messi se vaya, esta vez en serio.

Y ahora, en febrero, Neymar y Mbappé y el resto del PSG se cruzan con el Barcelona en los octavos de final de la Champions. Puede que sea la eliminatoria con más morbo de todos los cruces.

El PSG es el finalista de la competición, el club que necesita ganar la Champions para justificar el gasto de millones de euros en fichajes estrellas sin que el Europa haya dado títulos. Fue la temporada pasada cuando más cerca se quedó.

Fue en esa extraña fase final en la que Neymar demostró que está capacitado para tomar el mando y el relevo de Messi y Ronaldo y convertirse en el mejor jugador del mundo. Le falta llevar al equipo francés al éxito absoluto, conquistar la Champions y coronarse de verdad. No esconde, ni él ni el club de París que es la ballena blanca que llevan persiguiendo desde hace tiempo, con numerosos fracasos y la decepción de la temporada pasada.

Neymar es el PSG. Él manda, se mueve desde cualquier posición de ataque y siempre le buscan para que empiece a hacer jugar al equipo. Ha madurado y además de regate tiene visión de juego. Y se complementa con Mbappé, la potencia pura.

No hay delantera ahora mismo que presente estos dos nombres tan temibles. Messi está solo en el Barcelona; Haaland es único en el Dortmund, el Madrid juega por sus centrocampistas. El Bayern es más coral. El PSG son sus dos hombres de ataque y en torno a ellos se construye el resto del equipo. En Francia son conscientes que el equipo del futuro pasa por esta eliminatoria. Mbappé tiene que ver si quiere seguir y para eso necesita sabe que está en un equipo que aspira a todo y que puede competir todos los años en Champions.

El partido contra el Barcelona es, además, la oportunidad de venganza del conjunto francés. Fue el Barcelona de Neymar el que derrotó al conjunto francés en aquella remontada tan heroica y polémica, ese 6-1 que dejó al conjunto, que entonces entrenaba Emery estupefacto.

Fue ahí cuando el PSG entendió que tenía que construir un equipo y ser fuerte atrás. En la portería sigue Keylor Navas, tan espectacular en los momentos clave, como irregular en algunas ocasiones. Marquinhos y Kimpembe suelen ser los centrales.

El centro del campo es de Verrati, acompañado por Paredes o Ander Herrera o Rafinha, que también vuelve al Camp Nou. Arriba, además de Mbappé y Neymar, si Di María está en forma es imprescindible. Aunque también tiene al joven goleador Kean,