El Real Madrid se enfrenta al delantero más letal de la Liga

El «milagro» del Celta tiene mucho de Eduardo Coudet y también, y como siempre, de Iago Aspas. La llegada del nuevo técnico a mediados de noviembre ha revitalizado a un equipo que sufrió la temporada pasada en la parte baja de la tabla y que esta campaña tenía una pinta parecida. Las lágrimas de Aspas cuando el equipo veía la salvación cada vez más lejos reflejan que, en este fútbol convertido cada vez más en un negocio, sigue habiendo jugadores de los que toda la vida se ha dicho que «sienten la camiseta». El Celta terminó salvándose y ahora, con Coudet en el banquillo, vive su momento más feliz en mucho tiempo.

El entrenador se estrenó con una derrota ante el Sevilla por 4-2, pero fue engañosa porque hasta los últimos cinco minutos no se decidió el encuentro. A partir de ahí la racha es de seis jornadas sin perder en Liga, con sólo un empate, ante el Getafe, más la goleada al Llanera en la Copa del Rey. Aspas ya estaba rindiendo desde el primer momento del curso, pero ahora, con el equipo mejor de juego y ánimo, se ha multiplicado hasta convertirse en el «Pichichi» de la competición, con nueve dianas. Pero es que además es el mejor asistente, con seis goles regalados a sus compañeros, uno más que Benzema y Correa, y otros dos en la Copa con sólo media hora de participación. Porque estamos hablando de un jugador capaz de hacer muchas cosas en ataque: finalizar las jugadas, comenzarlas, darles continuidad con la calidad de pase que tiene, actuar más en punta, abrirse a la banda...

«Es un jugador espectacular, es internacional y siempre ha demostrado que es muy bueno. Siempre marca la diferencia con sus datos. Es un jugador fundamental para el Celta», lo definió Zidane, que sabe dónde está el peligro del rival al que se va a enfrentar hoy. El debate sobre si debe volver a la selección está abierto desde hace tiempo. Ha jugado 18 partidos con España (6 goles), dos de ellos en el Mundial de Rusia de 2018. Desde junio de 2019 no va con la Roja. Ya faltó a las últimas convocatorias de Robert Moreno y también lo ha hecho en todas las de Luis Enrique desde su regreso.

Si Iago Aspas es de la vieja escuela en el sentido del apego que tiene por su equipo, también lo es en otro: le encanta el deporte que practica. Si muchos jugadores, que son muy buenos, no dedican mucho más tiempo al fútbol aparte del necesario, Aspas es un «enfermo» del balón: conoce a todos los equipos, todos los jugadores... «Me encanta ver fútbol», confiesa. A sus 33 años, todavía le queda tiempo con las botas puestas, pero su futuro lo tiene claro. «Me gustaría ir ligado al día a día como entrenador o director deportivo, que es lo que me gusta», confesó en «El Larguero». Su ejemplo a seguir es Monchi: «Me gustaría hacer su función o su trabajo, yo creo que es ejemplo para muchos directores deportivos», añadió el delantero. Con Monchi coincidió en su época en el Sevilla e incluso le recomendó que fichara a algún jugador, como Krohn-Dehli.