Fútbol

El Barcelona supera a Osasuna (0-2) y se lo empieza a creer

Los goles de Jordi Alba e Ilaix le dan el triunfo en un encuentro discreto. Ahora, a esperar lo que suceda en el Atlético - Real Madrid

Messi se abraza a Ilaix después de que el canterano marcara su primer gol con el primer equipo del Barcelona
Messi se abraza a Ilaix después de que el canterano marcara su primer gol con el primer equipo del BarcelonaAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Era un partido delicado para el Barcelona, después del subidón de adrenalina de la remontada ante el Sevilla en Copa y con el cansancio acumulado de muchos partidos consecutivos y de una prórroga. Con un duelo directo entre Atlético y Real Madrid, vencer a Osasuna era importante para los azulgrana para situarse. Y ganaron en un ejercicio más práctico que brillante. Si durante gran parte del año Koeman se quejó de que los suyos tenían que rentabilizar las ocasiones o lamentaba aquel gol fallado o argumentaba que habían estado bien, pero... En el Sadar ha sido de las pocas veces en el curso en las que ha dado cierta sensación de suficiencia, aunque es verdad que Ter Stegen tuvo que hacer un par de paradones, primero ante Kike Barja a mano cambiada, todavía con 0-0; y después ante Rubén García, que hizo un control mareante y en el mano a mano no pudo con el portero alemán. Eso fue ya con 0-1.

Porque lo poco que logró generar el equipo catalán lo aprovechó Jordi Alba. Fue la asociación de toda la vida con Messi, que siempre lo tiene en sus oraciones, pero el lateral midió los tiempos a la perfección. En esas acciones suele centrar, asistir, esta vez miró y como no había nadie dio un zurriagazo con fuerza al que Sergio Herrera no pudo responder. El gol dicen que engancha y el defensa le ha cogido el gustillo esta campaña, en la que ya lleva seis.

Osasuna hizo un primer tiempo muy serio y apañado, pero se vio con el marcador en contra y eso le hizo daño. Después del tanto de Alba, por primera vez se vio algo parecido a control del partido por parte del Barça. Se hizo más dueño de la pelota y lo incrementó en los primeros instantes del segundo tiempo con la presencia de Dembélé. A Koeman no le convencía demasiado lo que estaba sucediendo y cambió de jugadores y de sistema en el descanso, pues renunció a la defensa con tres centrales y optó por una más clásica. Dembélé empezó siendo una amenaza desde el lado derecho, pero Messi estaba más apagado. Un disparo del argentino que despejó Sergio fue lo más peligroso que lograron, mientras Osasuna poco a poco se vino arriba. Tuvo un cuarto de hora en el que recuperó el dominio y con su presión y su intensidad amenazó, especialmente con un cabezazo de Calleri que se marchó fuera por casi nada. Remató con tanta violencia que si hubiera ido a portería, Ter Stegen lo único que hubiera podido hacer era verlo con impotencia.

El marcador mantenía vivo el encuentro porque además Osasuna es de esos equipos que no se rinde hasta que el árbitro no pita el final del encuentro. Koeman había recurrido al joven Ilaix, que se llevó la alegría de su vida con el disparo con la zurda que convirtió en el segundo gol, el de la tranquilidad. Ya antes, el canterano había protagonizado un par de acciones buenas. Venció el Barça, y a ver qué pasa en el derbi...