Alcaraz desactiva el saque de Zverev y ya está en semifinales

En octavos llegó el primer partido de verdad del torneo y Alcaraz demostró que está para lo que le echen. Carlitos liquidó en tres sets a Zverev (6-3, 6-2 y 6-4 en dos horas y treinta minutos) después de que el alemán empezara mejor, pero se topara con un rival que no flaqueó cuando fue inferior y que no dejó de crecer a medida que avanzaba el partido. El número uno fue de menos a más y acabó lanzando un mensaje intimidatorio a Medvedev. Ahora llega el ruso que se deshizo de Rublev también en tres sets. Será el tercer duelo directo entre ambos. Carlitos ha ganado los dos de este año: la final de Indian Wells y la semifinal de Wimbledon. La victoria del ruso llegó en otra era, en la segunda ronda de Londres hace dos años.

Uno de los primeros desafíos que Alcaraz tuvo que afrontar cuando entró en el circuito era ser capaz de ganar partidos o dominarlos en el marcador sin necesidad de jugar mucho mejor que el rival. Y eso fue lo que logró ante Zverev en el primer parcial. El alemán apareció como lo que en realidad era hasta la lesión que tuvo el año pasado en Roland Garros, uno de los mejores jugadores del mundo. En los seis primeros juegos llevó la voz cantante. Dominaba con su saque, mandaba en los intercambios, su revés era tan letal como de costumbre, pero es que además le funcionaba una derecha muy violenta. Alcaraz miraba a su palco pidiendo ayuda. Ferrero le recomendó "cambios de altura y cambios de ritmo". La receta multiplicaba el enorme repertorio de Alcaraz, pero Zverev no se dejaba dominar. El número uno del mundo no estaba cómodo. Falló un remate, falló las dos primeras dejadas, pero... cuando conectó la tercera fue como si el escenario cambiara de repente. Fue capaz de salvar dos bolas de break en el séptimo juego con el alemán más amenazante que nunca. Las dos oportunidades desperdiciadas le desconectaron de forma drástica. Cuando quiso regresar, Alcaraz ya se había apuntado el primer set. La sensación de haberse sentido dominado contrastaba con lo que reflejaba el marcador.

El palo para Zverev era gordo. Trató de no tambalearse, pero es que Alcaraz empezó a leer los servicios del alemán como si los conectara a 130 kilómetros por hora. Zverev seguía empeñado en que hubiera partido, pero es que enfrente ya no estaba el rival del primer set. Había aparecido el número uno. Los restos ganadores (sólo 7/25 ganó Zverev con el segundo saque) se convirtieron en habituales y el desgaste empezó a hacer mella en el alemán de modo inevitable. Una rotura en el tercer juego, otra en el séptimo... a Zverev se le estaban agotando los recursos de la misma forma que se multiplicaban en la raqueta de Carlitos. Las casi cinco horas de pelea con Sinner le cayeron encima de repente. Perdido el segundo set, se fue a vestuarios, pidió tiempo médico, aunque lo que buscaba en realidad casi era un milagro.

Y lo intentó. Tuvo tres bolas de break en los dos primeros saques de Alcaraz, pero Carlitos demostró que es mucho más que una máquina de atacar. Cuando hay que defenderse desde el fondo de la pista es capaz de devolver bolas a las que la mayoría nunca llegaría. El desgaste mental para Zverev se hizo insufrible y en el noveno juego sacó la bandera blanca tras sufrir una rotura con una exhibición de restos del español.

Ahora llega Danil Medvedev, que resolvió en tres sets su partido de cuartos con Rublev por 6-4, 6-3 y 6-4 en dos horas y 47 minutos. El ruso sufrió casi más por el calor que por la resistencia de su compatriota. En el tercer set se dirigió directamente a una cámara: "No podéis imaginar el calor. Un jugador va a morir (algún día). Y (entonces) lo verán". Como en los últimos días, el partido en turno de mañana se disputó con un tremendo calor: 34 grados, 50 por ciento de humedad y 37 grados de sensación térmica en la pista. Medvedev tuvo que pedir en dos ocasiones la asistencia de los servicios médicos por problemas respiratorios y en ambos parones usó un inhalador. "Fue brutal. Lo única cosa buena que veo de estas condiciones es que ambos jugadores sufren (...). Fue duro para los dos", señaló resignado tras la victoria. "Honestamente, al final del primer set como que no podía ya ver la bola", dijo Medvedev al explicar que se tuvo que dejar llevar por "las sensaciones" y el instinto para intentar cazar cada pelota. "Estábamos cansados todo el tiempo. Son condiciones brutales, súper difícil para ganar", apuntó.

Definidas las "semis" femeninas

En el cuadro femenino quedaron definidas las semifinales con doble presencia estadounidense. Madison Keys se medirá con la bielorrusa Aryna Sabalenka y Coco Gauff lo hará con la checa Muchova. Keys se impuso a la checa Marketa Vondrousova, campeona este curso en Wimbledon, por 6-1 y 6-4 en 86 minutos. Sabalenka, que la próxima semana se convertirá en número uno del mundo, aparece como favorita. La bielorrusa arrolló en cuartos a la china Qinwen Zheng (6-1 y 6-4 en 73 minutos). Sabalenka disputará la quinta semifinal consecutiva de un Grande, la tercera seguida en Flushing Meadows.