Fórmula Uno
Alonso, el capo en la "war room" de Aston Martin
El ejército de ingenieros de la escudería británica todavía no se cree la cantidad de aportaciones tácticas que realizó Alonso en la primera carrera
El impacto de Fernando Alonso en el arranque del curso con Aston Martin va más allá de lo que percibe el resto de escuderías. En Aston Martin ese impacto se ha multiplicado. El asturiano hizo una carrera perfecta en la que tuvo que superar varios inconvenientes, cuidar sus neumáticos, esforzarse para hacer adelantamientos épicos como el que hizo a Hamilton y dar una lección de estrategia… a su propio equipo.
Así lo confirman los mensajes por radio que ofreció constantemente. Puede aparecer algo normal, pero con Alonso hay un plus de tranquilidad y conocimiento por el que muchos ingenieros pagarían. Trabajar con el español en estas circunstancias es algo excepcional, aunque si ocurre lo contrario, si el coche no va bien, puede resultar insufrible. Alonso acabó tercero y lo hizo, entre otras muchas cosas, por el acierto estratégico del equipo y el suyo propio. Entró en boxes en el momento justo, controló la degradación de las ruedas y hasta tuvo tiempo de preguntar por la actuación de su compañero Stroll, aunque más o menos intuía la situación.
Pero, qué hace especial a Alonso para los ingenieros de estrategia. El trabajo táctico de las escuderías está dividido en dos partes. La que trabaja desde el mismo muro de boxes en los circuitos y habla vía radio con los pilotos y otro equipo que está en las sedes de las escuderías y que gestionan los datos de forma remota. La mayoría lo llaman la «sala de guerra», aunque formalmente se denomina la Sala de Estrategia Remota. Se trata de un espacio muy restringido formado por tres filas de puestos de trabajo en los que se sientan los ingenieros de estrategia en primer lugar. Son aquellos que analizan todos los datos y luego los ingenieros de rendimiento comprueban toda la información que transmite el monoplaza. La sala está gobernada por, al menos, 12 televisores en la parte delantera que ofrecen imágenes en tiempo real. No solo de la realización televisiva oficial, sino también de todo lo que ocurre en el box y en el muro. La sala cuenta con una conexión VPN exclusiva para cada escudería que llega a trasmitir al día unos 250 GB de datos. Una vez recibida esta información los sistemas y los ingenieros traducen los datos recibidos para ponerlos encima de la mesa en el momento que haga falta. Pero toda esa tecnología no es capaz, todavía, de sustituir el conocimiento, las sensaciones y la experiencia de pilotos como Fernando Alonso.
El bicampeón del mundo fue clave al final de la carrera. Desde el equipo le transmitieron la idea de que Sainz pudiera ir a adelantarle porque estaba en el margen del DRS y que mantuviera un determinado modo de motor. Pero Alonso fue tajante: «Matará sus neumáticos». Esa frase, ese mensaje, fue clave para bajar a un mapa de motor más conservador y de esta manera aseguró que el coche no tuviera ningún problema de fiabilidad. Sainz y Ferrari reconocieron la enorme degradación que tenían, pero eso no lo analizó el ejército de ingenieros que trabaja para Aston Martin en el circuito y también en la sede central en Inglaterra. Fue cosa de Alonso.
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