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Los Warriors cumplen la profecía de Stephen Curry

El equipo de San Francisco es la mejor franquicia de la NBA con un balance de 19 victorias y cuatro derrotas

Stephen Curry, después de anotar un triple ante los Spurs
Stephen Curry, después de anotar un triple ante los SpursStan SzetoUSA TODAY Sports

Ningún experto se tomó en serio a Stephen Curry cuando amenazó a final de la temporada pasada: «Volveremos a aspirar a todo». El aviso llegó tras la derrota en el «play in» ante los Grizzlies que dejaba a los Warriors fuera de la lucha por el título e inmersos en un periodo de reconstrucción. Ocho meses después el equipo de San Francisco lidera la NBA. Después de acabar con la racha de 18 victorias seguidas de los Suns, los Warriors recibían a los Spurs y sufrieron su cuarta derrota de la temporada. Dio igual. El balance de 19/4 los mantiene al frente de la Liga junto a la franquicia de Arizona. La derrota ante San Antonio contó con la presencia de Pau Gasol en las gradas del flamante Chase Center. Y hay quien asegura en San Francisco que la aparición del jugador español retirado podría deberse a que las primeras conversaciones para convertirse en ejecutivo de la franquicia ya han comenzado.

Los números de los Warriors no engañan. No se trata de comparar al actual equipo con el que alcanzó cinco finales seguidas (de 2015 a 2019) y ganó tres anillos (2015, 2017 y 2018). Es el tercer mejor ataque (113 puntos por partido), la mejor defensa (100,8), líder en asistencias, tercero en rebotes, tercero en triples, tercero en porcentajes de tiro... El equipo que perdió la final hace dos años con los Raptors se desintegró entre egos y lesiones. Kevin Durant se fue a Brooklyn y Klay Thompson se rompió los ligamentos de la rodilla izquierda en el sexto partido de aquellas Finales. Cuando estaba cerca de reaparecer se rompió el tendón de Aquiles de la pierna derecha. Suma dos temporadas en blanco y su reaparición podría llegar en Navidades.

Sin Klay Thompson, la temporada 2019/20 fue un calvario. Stephen Curry sólo jugó cinco partidos. Pero el trabajo que no se hizo en la pista se hizo en los despachos. El récord de 15/50 permitió a los Warriors hacerse con el número dos del draft, el pívot James Wiseman. Una lesión le dejó jugar sólo 39 partidos y su regreso es cuestión de días.

Curry está ofreciendo un rendimiento a la altura de sus dos temporadas de MVP. Con 27,5 puntos, 5,7 rebotes y 6,5 asistencias por encuentro se ha reafirmado como una amenaza desde cualquier lugar de la cancha y desde unas distancias que sólo se usaban en tiros desesperados. Triples de 8, 9 y 10 metros. Más de cinco lanzamientos de tres anotados por noche y está a sólo 23 aciertos del récord total de la Liga que posee Ray Allen (2.973).

Para facilitar el trabajo de Curry y de sus compañeros está Draymond Greene. Sus promedios cercanos al triple doble (8,2 puntos, 8 rebotes y 7,8 asistencias) son lo de menos en un tipo al que nada se le escapa. Es el líder espiritual y uno de los responsables de que un tal Jordan Poole (18,2 puntos) ejerza de Klay Thompson, de que un negacionista y antivacunas como Wiggins se vacune y anote mucho (19,3), del rescate de Bjelica, de Iguodala, de Damion Lee, de Gary Payton II... los Warriors han vuelto.