Fútbol

Jennifer Hermoso confiesa lo que más rabia le da del "caso Rubiales"

La futbolista habló sobre todo lo ocurrido durante y después del Mundial

Jennifer Hermoso, en los premios "The Best"
Jennifer Hermoso, durante la gala The Best@FIFAWWC

Jennifer Hermoso fue la protagonista de Planeta Calleja, donde habló alto y claro sobre el 'caso Rubiales'. "¿Eras consciente de todo lo que te venía si denunciabas?", le dijo Calleja. "Sí, y también tengo claro que si no lo hubiera hecho, si hubiera admitido en ese momento hacer un vídeo diciendo que no había pasado nada, tenía clarísimo que podía haber tenido cosas extradeportivas que me hubieran ayudado mucho. Pero sentí el valor, sentí la fuerza y sobre todo estaba haciendo algo que para mí era lo correcto. Era lo único que prevalecía en ese momento", respondió la jugadora. 

"Esto para acabar el año es perfecto. Después de la tormenta... ya tengo en mi espalda una coraza de acero que he apuntado mucho. Estoy fuerte, me siento una chica muy fuerte, todo lo que he vivido me ha hecho crear un Jenni Hermoso que me gusta. Ha sido una de las peores cosas que me ha pasado, si no la peor, y ha sido muy difícil gestionarlo", matizó.

"Hemos agitado el avispero, y cuando agitas y hay avispas que se vuelven locas te pueden atacar, criticar... estoy orgullosa de esta generación, estamos cambiando la mentalidad de mucha gente. Queda mucho por hacer, pero al ser campeonas del mundo... nos valoran mucho más fuera. Te vas a Estados Unidos y tú no sabes lo que se valora a la futbolista española", añadió antes de desvelar lo que realmente molesta a la jugadora de esta situación en la que las jugadoras se han plantado para solicitar mejores condiciones. "Me da rabia que se nos ha dicho que somos caprichosas y egoístas", avisó.

"Me siento orgullosa de cómo he seguido los pasos porque yo lo he querido hacer así, he hecho lo que he creído que era lo correcto. Hemos hecho algo superbonito para la sociedad y para la mujer, cosas así no tienen por qué ser normales. Estamos consiguiendo que lo más mínimo (como un beso no consentido) sea lo que nos haga decir: 'no hay que aguantar', para no llegar a cosas más graves después", zanjó.