La corrupción acorrala al Benfica y provoca un terremoto en Portugal

Seísmo en el fútbol portugués tras conocerse que la Fiscalía lusa ha pedido la suspensión de actividades del Benfica, el más grande del país vecino junto al Oporto, por varios delitos cometidos entre 2016 y 2019 por su anterior presidente, Luis Filipe Vieira, en lo que se conoce como el 'caso de los Mails'.

De hecho, el ministerio público portugués ha pedido al actual presidente de las 'Águilas', Rui Costa, que testifique contra la directiva anterior. Los delitos de los que se acusa a Veira, así como al antiguo asesor jurídico de la entidad lisboeta, varían desde la "corrupción activa y pasiva" hasta el "fraude fiscal". Los tiempos de suspensión también cambian, pero podrían llegar a un máximo de tres años. No obstante, el reglamento disciplinario de la Liga sólo prevé pérdida de puntos como castigo por actitudes antideportivas.

Desde la Fiscalía se señala que ambos directivos, junto con otros implicados, elaboraron "un plan para pasarse fondos u otros bienes de valor deportivo a través de operaciones ficticias". A cambio, cada implicado "actuaría a favor de los intereses del otro en los resultados deportivos". Además, el escrito también habla de un plan para "malversar dinero a través de una empresa en Brasil", con la que hacían "negocios falsos" para justificar el pago por servicios de intermediación.

Mientras tanto, el Benfica ha emitido un comunicado en su web oficial en el que califica los cargos como "acusaciones infundadas", además de insistir en que defenderá su inocencia "ante todas las instancias y sin vacilar".

El 'Caso dos Mails', como se le conoce en Portugal, no acaba con lo relacionado con el Benfica. Se trata de un caso contra el fraude en el fútbol portugués con numerosas ramificaciones. Entre otros, el Vitória de Setúbal también se encuentra en el centro de la investigación, así como el agente luso Miguel Pinho y jugadores de otros equipos que aceptaron pagos a cambio de actuar "contra los intereses de sus propios equipos" en partidos de competición. Un caso que ha sacudido hasta los cimientos al fútbol portugués, y que seguirá dando mucho que hablar.