Opinión

Diciembre negro para el Atlético

Como el club rojiblanco se ha instalado en la complacencia de ser cuartos, no habrá drama por ver desde lejos el pulso entre el Girona y el Real Madrid

Jan Oblak, en el partido de Copa ante el Lugo
Jan Oblak, en el partido de Copa ante el LugoAgencia EFE

El final de la primera vuelta de la Liga EA Sports ha hecho zozobrar la nave rojiblanca, descolgándose de la pelea por el título y dejando malas sensaciones en su debut en la Copa del Rey. La falta de competitividad fuera de casa llevó a los de Simeone a visitar el campo del Girona con la obligación de ganar y, aunque no mereció perder, como si le ocurrió en las visitas anteriores a Barcelona o Bilbao, si el rival te mete 4 goles, es casi imposible sacar los tres puntos de ningún sitio.

Es incomprensible la manera en la que el Atlético ha mostrado caras tan distintas en función de si jugaba en el Metropolitano o a domicilio. Capaz de lo mejor y de lo peor, los colchoneros han igualado el récord de victorias consecutivas en casa, mientras los números a domicilio no son ni para pelear por puestos europeos.

Si hace dos años se dijo adiós a la Liga en noviembre y el año pasado en octubre, este año la distancia insalvable de diez puntos con los líderes actuales ha llegado el 3 de enero, lo que es un bagaje demasiado flojo para un equipo que debería estar compitiendo por el título hasta la última jornada.

De todas maneras, como el club se ha instalado en la complacencia de aceptar que es suficiente con quedar cuarto, de momento parece que no estallará el drama en las oficinas del Metropolitano. Ahora toca poner todos los huevos en la cesta de las competiciones de eliminatorias, aunque el ánimo ya no es el mismo. La sensación de que sea el Girona quien aguante el pulso al Real Madrid mientras los rojiblancos ven la batalla a lo lejos, ha deprimido a la afición colchonera, que espera el partido de este miércoles en Arabia Saudí, con la Supercopa en juego frente al eterno rival, como una gran oportunidad de recuperar el ánimo perdido, para no ahondar en una herida que, de nuevo, se ha abierto demasiado pronto.

Una pena que, por haberse vendido esta competición al mejor postor, vayamos a ver el partido, todo un derbi madrileño en la semifinal de la Supercopa, por la televisión, como si lo que se estuviera disputando fuera un bolo veraniego.