Real Madrid

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Aquí está el Real Madrid

Benzema hizo el primer gol
Benzema hizo el primer gollarazon

“Que todo cambie para que todo siga igual», dice la frase más conocida de El Gatopardo, la obra de Lampedusa, que se repite constantemente. «Que todo siga igual, para que todo cambie», podría decir Zidane, parafraseándola. Antes del encuentro de Balaídos, el entrenador francés parecía hecho un lío, dando vueltas al sistema y sin decantarse por un once titular. Es pretemporada, avisaba todo el madridismo, pero había cierta desilusión por los resultados y porque en el fútbol la ilusión importa tanto como la realidad y ver los mismos nombres en el once y sin resultado, tenía a más de uno con el gatillo preparado. Pero llegó el primer encuentro de verdad, el primero que vale tras el regreso de Zidane al banquillo y el equipo, el mismo equipo que la temporada pasada, un conjunto muy parecido al de la última temporada entera del francés, se puso serio y dejó una carta de presentación con la que acaba de un plumazo con los fantasmas y las dudas. Estuvo serio, compacto, tuvo gol y superó las adversidades según fueron llegando. Se adaptó a todas las fases del encuentro mucho que mejor que el Celta. Ni la expulsión de Modric modificó la personalidad del Real Madrid: no dudó y se enganchó al trallazo de Kroos para imponerse aún más en el encuentro pese a jugar con diez.

Sorprendió ver a Bale en el equipo titular, después de que este verano estuvo cerca de irse a China y después de que se haya dado mil vueltas a una salida que, ahora, tiene pinta que no se va a dar. Y Bale, en la derecha, en un ataque con tres delanteros, fue el gran protagonista de la primera mitad. Está fino y concentrado. El equipo jugaba con el 4-3-3 cuando atacaba, con Vinicius en el otro lado; pero defendía con Casemiro y delante de él una línea de cuatro: Vini, Kroos, Modric y Bale, dejando a Benzema delante. Había que ser disciplinado, mantener la línea y no dejar espacios al rival. Además había que salir rápido. Todo lo hizo perfecto el Real Madrid. Y acentuó esa manera de jugar cuando Bale, por la izquierda, se inventó el tanto que marcó Benzema. Está el galés dispuesto a todo, o así ha empezado el curso.

Con el tanto, el Real Madrid esperó, adoptó una actitud conservadora y esperó a que la velocidad arriba le diese réditos. Fue Bale el más activo, bien acompañado por Benzema. A diferencia de otras veces, el equipo estuvo muy serio, no dejando al Celta ni un resquicio. Los de Escribá, con Denis Suárez, Brais Méndez y el eterno Aspas tienen buena pinta, pero el Real Madrid no les dejó aparecer casi nunca por el partido y terminaron impotentes.

Sólo durante uno minutos tuvieron su oportunidad de hacer daño: primero cuando Odriozola se equivocó en un despeje, que intentó arreglar con un regate en zona defensiva: perdió el balón y acabó en gol del Celta cuando el choque ya enfilaba hacia el descanso.

Sin embargo el VAR señaló el fuera de juego que por centímetros el colegiado no había visto. Fue el VAR también quien expulsó a Modric. En los primeros partidos las nuevas normas se aplican con más detalle. El croata pisó el talón, quizá involuntariamente de un rival y aunque el árbitro sólo señaló falta, desde las pantallas le dijeron que era algo más, mucho más: expulsó a Modric y sin embargo, no perjudicó al Real Madrid.

Al comienzo de la segunda mitad, el Celta había tomado más aire, Denis Suárez se movía con más libertad y hacía daño por su lado. Pero apareció Courtois para evitar el peligro y cualquier duda en quién va a mandar en la portería durante esta temporada. El belga ha empezado con buen pie, con un par de paradas decisivas que impidieron el empate y aguantó a su equipo.

Hasta que tras la expulsión, Kroos tomó el mando: no sólo con un golazo (no marcó ninguno el curso pasado), también porque se le vio en todos lados, ayudando y mandando.

Zidane iba tocando el equipo, dando aire, jugando con un sólo punta y cuatro en el centro del campo. Se fueron Vinicius y Bale, agotados por el trabajo hecho y dio paso a Isco y Lucas Vázquez. Entre ellos y Marcelo y Benzema construyeron el tercer tanto, un gol que dice mucho de lo que puede dar este Real Madrid si se pone, como hizo en Balaídos: hay talento y ordenado, es un equipo que ya ha demostrado que puede ganar títulos. Sólo entonces se relajó y permitió el tanto del Celta.

Daba igual: ya había dicho lo que tenía que decir.