El Voleón

Me encanta que los planes salgan bien

Rafa Nadal necesitaba la ayuda de Carlos Alcaraz para neutralizar al malvado Novak Djokovic

Carlos Alcaraz durante su partido con Djokovic
Carlos Alcaraz durante su partido con DjokovicNEIL HALLAgencia EFE

Rafa Nadal, como el coronel John Hannibal Smith, tiene un plan. E igual que al líder del Equipo A, le encanta que sus planes salgan bien. En este episodio, el mejor deportista español de todos los tiempos necesitaba la ayuda de su joven compatriota para neutralizar al malvado Novak Djokovic, «The Joker», dispuesto a arramblar en Londres con su vigésimo cuarto torneo «major» y ponerse a tiro del «calendar Grand Slam» que habría zanjado los debates por siempre jamás. Mientras Alcaraz demolía al serbio, el genio manacorí levantaba pesas en el gimnasio de su academia con una fecha cincelada en su cerebelo: el 9 de junio de 2024, domingo, cuando se dispute la próxima final de Roland Garros, la última de su carrera. Antes, en Nueva York y Melbourne, alguien (¿algún voluntario de la parte de Murcia se anima?) deberá impedir que Nole incremente su cosecha. No es un contrincante fácil de doblegar este supervillano, que en honor a la verdad es mucho más «súper» que «villano».

Y si el balcánico sigue anclado en sus 23, en esa tarde de la primavera parisina ha previsto Rafael Nadal Parera igualarlo en la cúspide del Big Three, ese triángulo cimero del tenis mundial que era irrepetible... hasta anteayer. Seguiremos hablando del asunto en 2037 o 2038, porque nuestro hombre tiene más cosas pensadas para el año de su retirada. Las mismas pistas del Bois de Boulonge que acogen cada año los Internacionales de Francia albergarán en verano los Juegos Olímpicos, en los que la organización (y la delegación española) intentará que se inscriba una collera Nadal-Alcaraz en el torneo de dobles. Dos números uno para ganar el oro que, por ejemplo, Federer y Wawrinka lograron para Suiza en Pekín 2008. ¿No se emocionan solo con imaginarlo?