Fútbol
Quique Sánchez Flores, el regreso a donde todo empezó
El técnico comenzó su carrera en Getafe hace 17 años. Regresa al colista de LaLiga y sin estar más de tres años en ningún equipo
En julio de 2004, Quique Sánchez Flores fue presentado como entrenador del Getafe. «Me gusta arriesgar, las apuestas difíciles y la gente joven. Hasta ahora he tenido suerte y por eso hemos confiado en un entrenador joven y con ganas de triunfar. La experiencia se consigue con el trabajo diario», decía Ángel Torres al anunciar a Quique, en esos momentos un ex lateral derecho con larga experiencia como futbolista en la élite, pero un entrenador sin más currículum que haber estado en las categorías inferiores del Real Madrid. Era una apuesta del Getafe y una puerta para Quique, que no la iba a dejar escapar.
A partir de ahí comenzó una carrera en los banquillos, que 17 años después y cumplidos ya los 56, lleva a Quique, por tercera vez, al conjunto de la Comunidad de Madrid. Ya no es el joven que buscaba Ángel Torres, pero sí que ha acumulado toda clase de experiencias. Y eso es lo que quería ahora el presidente del club. Con un punto en ocho encuentros, a cinco ya de la salvación, el Getafe necesitaba a alguien curtido y que conociese la casa.
Quique Sánchez Flores tiene estilo. Se explica bien, es guapo, ha leído y llega con la ideas claras. Su carrera ha pasado del comienzo fulgurante y feliz en el Getafe, Valencia, Benfica y, sobre todo Atlético de Madrid, donde ganó la Europa League, a episodios breves y a veces extraños en equipos como Al-Ahli FC, el Al Ain o el Getafe de nuevo, donde sólo estuvo dos meses. Experiencias muy cortas, que demuestran que Quique se va cuando no lo ve claro. «Irme a Emiratos Árabes fue una decisión vital: seguir trabajando, pero descansar mentalmente, con mucha menos presión. Estuve tres años muy buenos en Dubai. El progreso puede llegar en cualquier parte. Yo había tenido un comienzo fulgurante como entrenador en el Getafe, Valencia, Benfica y Atlético. Podría haber parado, pero preferí seguir lejos del foco», contaba en Las Provincias.
Después se marchó al Watford en la Premier y estuvo un año, luego no completó dos temporadas en el Espanyol. Estuvo seis meses en el Shanghái Shenshua y apenas tres de nuevo en el Watford, a finales de 2019. Como entrenador, sus pasos por los banquillos son breves e intensos y varias veces polémicos.
«Cada vez importa menos el entrenador, cada vez es más fácil acabar con el contrato de un entrenador, cambiar, manosear la profesión por falta de confianza o quizás porque quienes no están preparados son los que dirigen», decía en Shangai. Lleva año y medio si entrenar. Asegura que necesitaba recuperarse de una lesión en el tendón de Aquiles que le estaba haciendo sufrir antes de volver al banquillo. Luego llegó el confinamiento, que según reconocía, lo pasó en casa jugando a juegos de mesa con sus hijos, leyendo y viendo todo el fútbol posible. El actual, pero también partidos del Mundial 82 o encuentros de «Maradona con 20 años jugando contra Zico en Maracaná», aseguraba en el confinamiento en OkDiario.
Los entrenadores son modas: un día no deja de sonar el teléfono y al otro apenas te recuerdan, dejado atrás por la nueva hornada de ex futbolistas que pasan al banquillo. A Quique Sánchez Flores, como al principio de su carrera, el Getafe le vuelve a abrir la puerta.
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