Opinión
Lo del Mundial de Qatar promete
Convendría que en tiempos de polarización, la selección volviera a ser un elemento aglutinador por encima de Luis Enrique
La victoria en la semifinal de la Liga de las Naciones ante Italia y la derrota en la final frente a Francia han puesto los colmillos largos al hincha de la selección que contempla al equipo nacional más allá de los colores del club de turno. Quedan poco más de 400 días para el Mundial de Qatar y hay ganas de ver a la cuadrilla de Luis Enrique midiéndose a los clásicos europeos, a Brasil, a Argentina... la culpa de eso es del seleccionador y su apuesta por renovar una camiseta que necesitaba una sacudida.
El fútbol es de los jugadores, pero hay técnicos que asumen encantados el protagonismo. Luis Enrique ya lo dijo nada más llegar a la selección. Su «el líder soy yo» sonó a «la calle es mía» de Fraga. Cada convocatoria es un desafío, un llevarse las manos a la cabeza; cada alineación, la reafirmación de un plan. Y la tendencia que muestra el equipo no hace más que darle la razón. En la Eurocopa, una tanda de penaltis apartó a España de la final después de un inicio de torneo para olvidar. Luis Enrique logró abstraer a un grupo que estaba ante su primer gran reto y el campeonato no hizo más que ratificar su idea. La Liga de las Naciones ha alimentado su propuesta. Seguirá guardándose alguna sorpresa para la próxima convocatoria, pero el camino marcado ya lo conoce todo el mundo. Con la inclusión de algún madridista en los próximos compromisos el cupo de críticos se rebajará o no...
La selección ha demostrado ante los mejores que está muy cerca de su nivel y lo ha hecho con una fórmula similar a la del equipo que lo ganó todo. Luis Enrique está en la fase de construcción que emprendió Luis Aragonés en el Mundial de 2006. Sí ese en el que hubo quien incitó a jubilar a unos franceses que no fueron campeones de milagro. Antes de la Eurocopa la gente se preguntaba de dónde había salido tanta chavalería en una convocatoria para una gran cita. Ahora hay quien ve a los Pedri, Yeremy Pino o Ferran Torres como la reencarnación de una generación irrepetible.
En un país en el que la polarización ha adquirido unos niveles insoportables sería conveniente que la selección volviera a ejercer de elemento aglutinador. En el momento en que algunos de los más grandes deportistas de nuestro país han dicho adiós o están cerca de hacerlo es necesario que surjan nuevos referentes. Luis Enrique ha comenzado a descubrir personajes que pueden ser herederos de un pasado glorioso. Italia cayó y Francia estuvo cerca.
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