Historia

El día que un gol dejó 340 muertos y cómo Rusia lo ocultó durante años

El 20 de octubre de 1982, Sergéi Shvetsov marco un tanto para el Spartak del que se arrepintió el resto de su vida

La tragedia del estadio Luzhniki
La tragedia del estadio LuzhnikiTwitterlarazon

Hace apenas unas semanas, Indonesia se sumaba a la larga lista de tragedias deportivas como las de Heysel, Hillsborough y el Estadio Nacional de Perú. Al menos 125 personas murieron por una estampida en el estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang, al este de la isla de Java tras la derrota del Arema FC, ante el Persebaya Surabaya, al que les enfrenta una fuerte rivalidad. Sin embargo, pocos recuerdan la que tal vez haya sido la mayor tragedia de todas.

Una historia que salió a la luz muchos años después de que sucediera, debido al intento de ser ocultada por parte de las autoridades rusas, y de la que aún hoy se desconocen muchos datos. Sucedió en Moscú, en el entonces Estadio Central Lenin y dejo 340 muertos.

20 de octubre de 1982. Meses antes del Mundial de España comenzó la fatídica cuenta de desastres que salpicó el fútbol mundial en los años 80. El Estadio de Luzhniki en Moscú albergaba la ronda de dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA. El Spartak de Moscú se enfrentaba el HFC Haarlem. El LuzhnikiStadium (por entonces Estadio de Lenin) registraba una buena entrada para presenciar el duelo entre su equipo, el Spartak de Moscú (el quipo del pueblo), y el Haarlem holandés en la ida de la eliminatoria. Durante toda la semana el clima en la capital fue muy desapacible y apenas se vendieron 16 000 localidades, por lo que las autoridades diseñaron un dispositivo de seguridad con tan solo dos graderíos abiertos. Sin embargo la asistencia sería muy superior. Se permitió que casi todos los hinchas estuviesen concentrados en el fondo más cercano a la estación de metro.

El Spartak mandaba por 1-0 hasta que en el minuto 90 marcó el segundo ratificando su superioridad, pero... la historia de Ibrox Park en 1971 se repitió. Los aficionados que habían abandonado el estadio trataron de volver de forma apresurada. Otros estaban intentando abandonar el campo y sucedió el desastre. Miles de hinchas se vieron implicados en avalanchas que se saldaron con 340 muertos y más de un millar de heridos. Aunque este triste balance se ocultó durante años por las autoridades rusas.

El equipo ruso (que no hace mucho goleó al Sevilla por 5-1 en Champions) se adelantó en el marcador con un tanto de Edgar Gess a los 17 minutos, colocando un 1-0 en un marcador que no se movería hasta el minuto 90. Visto el juego mostrado por ambos equipos, los aficionados comenzaron a abandonar el estadio.

Entonces, a 20 segundos del pitido final, llegó el 2-0 para los moscovitas. Sergéi Shvetsov, un defensa goleador de 1,89m firmó el segundo gol para poner al Spartak con un pie y medio en la siguiente ronda. Un gol del que se arrepentiría toda su vida. Muchos seguidores se marcharon antes de tiempo por la única salida abierta. Sin embargo, el resbalón de una aficionada en las escaleras provocó un efecto dominó que atrapó a centenares de aficionados. La estampida coincidió además con el segundo gol del Spartak en tiempo de descuento, con numerosos seguidores queriendo regresar a las gradas para celebrarlo. Cientos de aficionados quedaron atrapados en un pequeño túnel. La mayoría murieron aplastados o por asfixia.

Aplastados y asfixiados

Entre los asistentes estaba Andréi Chesnokov, de 16 años, tenista profesional y semifinalista en Roland Garros en 1989 que relataría el horror de lo ocurrido: “La gente caía por las escaleras resbaladizas como en un dominó, golpeándose los unos con los otros. Algunos me agarraban y gritaban: ‘¡Socorro! ¡Ayúdame!’, pero estaban atrapados debajo de una montaña de cadáveres. Conseguí sacar a un joven pero ya estaba muerto. Vi al menos cien cadáveres tirados en los pasillos mientras salía del estadio”.

Las asistencias sanitarias llegaron tarde y no eran ni mucho menos las mejores. Evacuación lenta, hospitales con poca preparación y una policía desbordada. A partir de ahí la historia se silenció y las portadas del día siguientes solo hablaban de “incidentes”.

La historia que quisieron borrar

Durante años, apenas se hizo mención a la tragedia vivida en el Central Lenin, desde 1992 rebautizado como Luzhniki Stadium. Tampoco de Panchickhin, gerente del estadio, que fue acusado de provocar la tragedia y condenado a 18 meses de trabajos forzados. Pero poco a poco los testimonios de los supervivientes fueron saliendo a la luz. Y finalmente ya con Mijaíl Gorbachov como jefe de Estado la magnitud de la tragedia se hizo pública y se supieron los números reales: 340 fallecidos.

En 1990 se lleva a cabo la construcción de un monumento conmemorativo en los exteriores del estadio y desde entonces decenas de aficionados peregrinan cada 20 de octubre para recordar a las víctimas.