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El Atlético no está para nada

Rakitic adelantó al Sevilla y Felipe empató de cabeza. Los rojiblancos fueron mejores en la segunda mitad, pero sentenció Ocampos. Los andaluces se afianzan como segundos

Los jugadores del Sevilla celebran el segundo gol que marcaron al Atlético ante un Joao Félix desolado
Los jugadores del Sevilla celebran el segundo gol que marcaron al Atlético ante un Joao Félix desoladoJose Manuel Vidal.EFE

Era complicado en otros tiempos que al Atlético le remataran dos veces en el área en la misma jugada. Era complicado también que el Atlético dejara escapar partidos en los que se sentía superior a su rival y que ya había conseguido remontar una vez.

Todo eso es lo que sucedió cuando se llegaba al minuto 90 del partido. Delaney remató de cabeza al larguero y el rechace lo tocó Koundé antes de que lo rematara Ocampos para dar la victoria al Sevilla. Todo le sale mal al Atlético, que incluso mandó a Oblak a rematar al área una falta que Carrasco no fue capaz de levantar y que estrelló contra la barrera. Aún tuvo tiempo Joao Félix de mandar una pelota al larguero que asustó a los sevillistas.

El portugués es capaz de cambiar la imagen del Atlético con su sola presencia en el campo. El fútbol de su equipo mejora con él, que juega a otra cosa diferente que la mayoría de sus compañeros. Ya le sucedió en el Bernabéu la semana pasada. Ve los pases más claros y el fútbol más sencillo que el resto. Pero al partido siguiente vuelve al banquillo con el encargo de mejorar la imagen de su equipo en las segundas partes.

Con él sobre el césped el Atlético mandó en un partido que le había nacido torcido, con el gol de Rakitic en los primeros minutos. Un derechazo desde fuera del área que Oblak sólo acertó a acompañar en su vuelo hacia el rincón de la portería. Dio paso ese remate del croata a los momentos más difíciles del Atlético. Pero el Sevilla tampoco era capaz de rematar con un conjunto rojiblanco irreconocible. O demasiado reconocible si se miran los partidos de esta temporada.

Consiguió levantarse el Atlético con un gol de Felipe de cabeza, igual que contra el Mallorca hace dos jornadas. Una ilusión que acabó no sirviendo para nada. Como entonces.

No está en su mejor momento el Atlético y tampoco Luis Suárez, que se marchó murmurando, enfadado con Simeone por haberlo sustituido una vez más. El uruguayo se fue del campo con más faltas que remates, invisible en ataque. Es lo que le sucede últimamente con demasiada frecuencia al «9» del Atlético, especialmente en los partidos que su equipo no domina y le obligan a un sobreesfuerzo físico.

Se siente más cómodo el conjunto rojiblanco cuando está Cunha sobre el campo que cuando juega el uruguayo. Cunha y Joao Félix parecen los dos delanteros más en forma, los más capaces de darle vida en el ataque. Aunque Correa trabajó en el primer tiempo y estuvo cerca de marcar un gol desde el centro del campo.

Todo son desgracias para el equipo de Simeone, que perdió a Llorente por lesión en la primera mitad. Unas molestias dice el parte médico de lo que parece una nueva dolencia muscular esta temporada del futbolista que parecía irrompible.

El centrocampista rojiblanco volvía a su lugar, al centro del campo, empujado por el regreso de Trippier al lateral. Pero duró poco sobre el campo. Algo parecido le sucedió al Sevilla con Montiel. Pero ninguna de las dos lesiones acabó siendo decisiva para el resultado. Ni Llorente es el que era ni el Atlético depende de él como en otros momentos.

Y al final la Liga se le escapa por detalles impropios, por un déficit de atención en la pelota parada, como sucedió en el último gol del Sevilla. Empieza a recordar el Atlético cómo se remataban los córners que tanta gloria le dieron en épocas pasadas. Pero se ha olvidado por completo de cómo se defiende. El Atlético se parece poco a sí mismo. El campeón ya no se parece al campeón que fue hace sólo unos meses.

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