Opinión
Koke, uno de los nuestros
Es un jugador muchas veces infravalorado. Su presencia se echa en falta siempre que no está
Con la pareja de centrales titulares disponibles y, por fin, un cambio de sistema, el Atlético volvió a ser un equipo reconocible. La presencia de Giménez y Savic en el centro de la zaga no sólo dio consistencia defensiva al equipo, también permitió ver lo que todo el mundo se imaginaba, que Witsel haciendo de 5 le da a sus compañeros la mejor salida de balón posible. Con un 4-1-4-1 en el que Cunha estrenaba titularidad, aunque tirado a banda izquierda, y Morata haciendo de punta de lanza, los de Simeone fueron ese equipo rocoso defensivamente, que no quiere mandar desde la posesión de la pelota, pero que es letal al contragolpe.
Así se puso por delante en el primer tiempo en el Sánchez-Pizjuán y así le pudo caer un saco de goles al Sevilla en el segundo. Aún es pronto para lanzar las campanas al vuelo, pues teniendo en cuenta el drama en el que está sumido el equipo de Lopetegui, sólo la continuidad en los próximos partidos de las sensaciones dejadas el sábado dirán si el Atlético ha sido capaz de encontrar el rumbo.
Aunque si hubo un protagonista en el partido en Sevilla, ese fue Koke. El canterano y capitán rojiblanco superó al mítico Adelardo como el jugador atlético que más veces ha vestido la camiseta del club después de 47 años. Con tan solo 30 años y varias temporadas más de contrato por delante, el récord puede llegar a una cifra prácticamente inalcanzable para cualquiera que venga por detrás. La extensión del entrenador sobre el campo desde hace dos lustros es un jugador muchas veces infravalorado, cuya presencia se echa en falta cada vez que no juega. Es un soldado que cumple ordenes sin rechistar, jugando en varias posiciones del centro del campo y siendo, casi siempre, el futbolista que más kilómetros recorre por partido de los que saltan al césped. Muchas virtudes tiene uno que tener para jugar a la vez con Simeone y Luis Enrique, dos entrenadores con visiones del fútbol absolutamente opuestas. Enhorabuena, capitán.
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