Fútbol

Final

Italia “roba” su Eurocopa a Inglaterra en los penaltis

Los italianos merecieron más y los ingleses pagaron la cobardía de su entrenador

Los jugadores italianos se muestran eufóricos tras vencer a Inglaterra en los penaltis en Wembley
Los jugadores italianos se muestran eufóricos tras vencer a Inglaterra en los penaltis en WembleyLaurence Griffiths / POOLEFE

Italia es campeona de Europa. Desde el punto de penalti, el mismo lugar desde el que se quitó a España de encima, liquidó a los ingleses. La única vez que el torneo se había decidido desde los once metros dejó la imagen de Panenka con el penalti que lleva su nombre. Esta vez el desenlace fue más sobrio. Rashford lanzó al poste el tercero de Inglaterra y después Donnarumma detuvo los disparos de Sancho y de Saka. Italia recibía el premio a su mejor fútbol. El nuevo portero del PSG corregía el error de Jorginho, que cerró la tanda como había hecho contra España.

Inglaterra veía castigada su cobardía. Esperaba ganar, por fin, un título 55 años después del triunfo en su Mundial, el de 1966. Pero no hubo gol de Hurst ni nada parecido. Aunque la final parecía haber elegido un héroe inesperado. Luke Shaw, un lateral izquierdo que ni siquiera es el mejor modelo para las ceñidas camisetas que luce la selección inglesa. Pero fue él el que puso al despertador al partido con un golazo. Una jugada que comenzó él mismo, que continuó Harry Kane convertido en organizador y que Trippier terminó poniendo en la pierna izquierda de Shaw para que marcara el primer tanto del partido con un remate perfecto.

La pelota viajó de un lateral a otro e Inglaterra anunciaba sus intenciones: juego rápido, importante presencia de sus dos carrileros en el juego de ataque y Kane fuera de su sitio para despistar a Chiellini y a Bonucci y convertirse en un problema para Jorginho, el medio centro. Lo mismo que hizo Luis Enrique con Dani Olmo en la semifinal ante los italianos.

La estrategia le duró a Inglaterra lo que tardó Italia en empezar a jugar. La pelota prefería los pies de los italianos, dispuestos a practicar un fútbol contra natura. Sólo España la obligó a recuperar el «catenaccio», le quitó la pelota y la encerró en su campo. Y eso hicieron los italianos con Inglaterra. En parte por obligación, forzados a buscar el gol desde que marcó Shaw en el minuto 2.

Inglaterra se escondió después de su gol y comenzó a brillar Chiesa. El italiano fue el mejor futbolista del partido, el único que parecía dispuesto a hacer cosas que se salieran de la rutina. Pero el gol de los italianos llegó de una manera menos elaborada. Los italianos sorprendieron en un córner, Verratti remató al poste y Bonucci terminó empujando el tanto del empate.

Bonucci celebró el gol y Chiellini festejaba poco después la tarjeta amarilla que vio por frenar un contraataque de Saka con un agarrón. Se marchaba el inglés en velocidad con medio campo por recorrer y sin ningún oponente por delante. Tenía motivos el capitán italiano para celebrar el castigo.

Inglaterra se había hecho pequeña, hundida en la mediocridad que emanaba del banquillo. Southgate parece incapaz de influir en los partidos, sus cambios son irrelevantes y casi siempre a destiempo. Un entrenador muy por debajo del talento de su plantilla.

Italia perdió a Chiesa por lesión, igual que le sucedió a Portugal con Cristiano Ronaldo en la anterior edición del torneo. Pero el equipo de Mancini no renunció a jugar, siguió buscando el tanto que le diera la victoria antes de llegar a la prórroga. Y siguió buscándolo ya en el tiempo extra. Los penaltis empezaban a parecer un consuelo para los ingleses del que los italianos querían huir.

Para eso metió Southgate en el campo a Jadon Sancho y a Rashford cuando quedaban dos minutos para el final de la prórroga. Movimientos extraños los del seleccionador inglés, que con un córner en contra quitó a dos jugadores defensivos, Walker y Henderson, para buscar el acierto desde los once metros. No le importaba desequilibrar a su equipo en los últimos instantes para asegurar los lanzamientos desde los once metros.

Fallaron Rashford y Sancho, los dos futbolistas a los que Southgate había dado entrada en el partido para lanzar desde los once metros. Fue el cierre «perfecto» para la extraña dirección desde el banquillo del equipo inglés.

Inglaterra sigue sumando generaciones que no han visto a su selección ser campeona. Sus jugadores se quedaron paralizados sobre el césped viendo a los italianos celebrar su triunfo, disfrutar de la fiesta que estaba preparada para ellos. Italia mereció más que Inglaterra. El fútbol no vuelve a casa, pero la Eurocopa va adonde debe.

Ficha técnica

1 - Italia: Donnarumma; Di Lorenzo, Bonucci, Chiellini, Emerson (Florenzi, m.118); Barella (Cristante, m.54), Jorginho, Verratti (Locatelli, m.96); Chiesa (Bernasdeschi, m.86), Immobile (Berardi, m.55) e Insigne (Belotti, m.91).

1 - Inglaterra: Pickford; Trippier (Saka, m.70), Walker (Sancho, m.120), Stones, Maguire, Shaw; Rice (Henderson, m.74 (Rashford, m.120)), Phillips; Mount (Grealish, m.99), Kane y Sterling.

Goles: 0-1. Shaw, m.2 y 1-1. Bonucci, m.67.

Árbitro: Bjorn Kuipers (NED) amonestó a Barella (m.47), Bonucci (m.55), Insigne (m.86), Chiellini (m.96) y Jorginho (m.114) por parte de Italia y a Maguire (m.106) por parte de Inglaterra.

Incidencias: Partido correspondiente a la final de la Eurocopa disputado en el estadio de Wembley ante 67.173 espectadores.