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El milagro del Barcelona ante el Bayern en Múnich pasa por Dembélé

El equipo español se la juega en un campo en el que nunca ha ganado y el extremo busca su primer gran día como azulgrana

La charla de Xavi en el Allianz Arena, escenario del Bayern - Barcelona
La charla de Xavi en el Allianz Arena, escenario del Bayern - BarcelonaMatthias SchraderAP

Si vamos a la RAE, la primera acepción de «milagro» dice: «Hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino». En el caso del Barcelona en Múnich, el Dios sería Xavi, que ha llegado al banquillo por aclamación y ha despertado ilusión, chafada un poco el pasado sábado con la derrota ante el Betis. Es siempre optimista el técnico. «No lo veo tan milagro, es un partido contra uno de los mejores equipos, pero el Barça puede ganar contra cualquiera», afirma. Vamos entonces a la segunda definición de «milagro» de la Real Academia: «Suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa». Pensar en un triunfo del Barcelona en Múnich sería algo extraordinario básicamente porque nunca se ha dado en la historia (tres empates y dos derrotas), y en las circunstancias actuales, todavía más: los dos últimos duelos entre ambos equipos terminaron con triunfo de los alemanes por 2-8 en Lisboa en la Champions de la pandemia y por 0-3 hace casi tres meses en el Camp Nou, en un encuentro en el que el Barcelona no fue capaz de rematar ni una vez a puerta. Pero es que además el campeón de la Bundesliga lleva 27 partidos de fase de grupos sin ser superado (24 victorias y tres empates) y en casa ha vencido 22 de sus últimos 23 encuentros (empató en 2018 con el Ajax) en esta ronda inicial. Eso sí, el PSG le pudo en la ida de octavos del curso pasado (2-3) y esta vez a los de Nagelsmann el partido ni les va ni les viene, aunque pueden acabar con pleno de triunfos.

Si Xavi es la esperanza del Barça, su apóstol en el campo sería Dembélé. El equipo azulgrana se agarra al francés, que ya está preparado para ser titular. De momento ha ido jugando ratos en las segundas partes, casi siempre para cambiar la cara al equipo o darle el impulso que necesitaba, aunque también casi siempre más por sensaciones que por hechos palpables. El extremo entra y es como si el chip del Camp Nou cambiara: la gente se vuelve loca con cada regate y cada carrera, aunque contra el Benfica y el Betis no fue suficiente con eso y ante el Dinamo Kiev quien terminó por ser decisivo fueron Ansu Fati y su facilidad goleadora, que tanto echarán de menos, porque no se ha recuperado a tiempo. Dembélé sólo ha podido disputar 104 minutos este curso en los que ni ha marcado ni ha asistido. Le falta transformar esos «uy» en goles. Es curioso lo suyo: un futbolista herencia de la época de Bartomeu que valió mucho dinero y todavía no ha roto en el Camp Nou y que además se resiste a renovar, aunque es verdad que está comprometido y que algunos de los partidos que ha jugado ha sido forzando: ante el Dinamo disputó más minutos de los recomendados y tuvo que volver a parar. Para reavivar la esperanza de los culés, la programación de Barça TV en la tarde de ayer, después de los quince minutos de entrenamiento en el Allianz Arena, fue un vídeo con todos los goles de Dembélé como azulgrana, que son 30 en 122 encuentros. Quizá el de Múnich pueda ser el primer gran día del francés con el Barcelona.

Ousmane es la esperanza y Memphis Depay, el deseado. El neerlandés deslumbró con su primera aparición en el Camp Nou ante la Real Sociedad, en agosto, pero ha quedado señalado en muchos de los tropiezos del equipo. Está siendo inconsistente y muestra más detalles puntuales que participación colectiva. Sólo ha marcado el Barcelona dos goles en esta Champions, el de Ansu y uno de Piqué. Ambos fueron ante el Bayern. Los ochos tantos de Memphis son en Liga, en Europa apenas se le ha visto. El conjunto alemán ha ido casi a goleada por encuentro y tiene 19 dianas, 9 de ellas de Lewandowski. «Es muy bueno», admitió Piqué. «Hay que tratar que no pise mucho el área, y eso quiere decir que tenemos que jugar en su campo y que ellos no tengan la pelota», continuó el central, que sí ve mejoría en este Barça y pide tiempo, que en este momento y para esta Champions no tiene. Pese a ello, se une a la teoría de su entrenador: «Yo no hablaría de milagros, hablaría de un partido muy difícil. Tenemos que ser nosotros, nos jugamos mucho».