Octavos de final
Florin Nita, el portero de Rumanía en la Eurocopa que trabajó en una pastelería y luchaba con drogadictos en el barrio
Su infancia fue durísima: perdió pronto a sus padres, trabajó en una pastelería, peleaba contra los drogadictos del barrio... Conoció el fútbol gracias a una vecina. Hoy, Países Bajos - Rumanía
Durante prácticamente toda la fase de clasificación para la Eurocopa el portero de la selección de Rumanía ha sido Horatiu Moldovan, guardameta fichado el pasado enero por el Atlético de Madrid. No ha jugado ningún minuto con la camiseta rojiblanca y quizá esa inactividad le ha penalizado. Está en Alemania, pero viendo desde el banquillo cómo su compañero Florin Nita se está convirtiendo en uno de los protagonistas de la competición en el regreso de su país a un gran torneo, tras perderse la Euro de 2020 (el Mundial no lo juegan desde Francia 1998). Nita tiene 36 años y ha completado una brillante temporada en el Gaziantep de Turquía, club al que llegó el verano pasado después de unos años en la liga checa y de sus duros comienzos en la rumana.
Es una de esas personas que ha tenido que lidiar con la desgracia y que ha logrado salir adelante. Con cinco años perdió a su padre y su madre estaba enferma. Durante un tiempo tuvo que trabajar en una pastelería empaquetando cozonaci, un dulce típico de su país. "Nunca he rehuido el trabajo y no es ninguna vergüenza ir a trabajar y ganar dinero para tener algo que comer. Cuando perdí a mi padre pensé que tenía que ir a trabajar desde pequeño para no tener problemas, ayudar a mi familia y no terminar en la calle", recordó en "Gazeta Sporturilor". Su madre falleció cuando él era adolescente. Nita vivió un tiempo en un barrio conflictivo de Bucarest. "Los drogadictos solían atacarme, así que tenía que luchar contra ellos con regularidad!, dijo el portero, en palabras recogidas por "The Guardian". Esa experiencia le sirvió al menos para saber qué camino no debía tomar, aunque tuvo ayuda para ello.
La señora Pansela
El trabajo en la pastelería lo tuvo gracias a una vecina, la señora Pansela, que fue como una guía para él en todos los sentidos. "Siempre la recordaré. Ella me tomó de la mano y me dijo que si no trabajaba no triunfaría. Ella fue también quien me llevó al fútbol y me dijo: ‘¡Disfruta cada vez que juegues, es un placer en la vida!’. Así llegué a este deporte y los primeros días me dijo: ‘¡Florin, quédate con el fútbol y tendrás muchas alegrías’". La perseverancia y esas palabras le ayudaron a crecer y no perder nunca la esperanza en esos comienzos en los que iba del colegio a los entrenamientos en tranvía. El empujón definitivo lo dio cuando conoció a Lita Dumitru, ex internacional rumano que después fue entrenador y lo llevó al Concordia Chiajna, club en el que, desde abajo, fueron ascendiendo hasta que debutó en la primera categoría del fútbol de su país. Florin tenía 24 años.
Nita es considerado un especialista parando penaltis (se hacen virales los que detiene tras esperar el lanzamiento con los brazos detrás de la espalda).
Pese a ello, espera que en los octavos de la Eurocopa contra Países Bajos no haga falta llegar hasta ahí. "Estoy preparado para los penaltis, pero no quiero llegar a ellos, quiero ganar en 90 minutos y tengo fe en el equipo. Ellos tienen jugadores que están en las mejores ligas, pero gracias a la fuerza del grupo podremos superarlos", opina.
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