Fallece Di Stefano

Llegué al Madrid gracias a él

La Razón
La RazónLa Razón

Alfredo era un fuera de serie, como deportista, pero también como persona. Tenía mucho carácter y era un hombre que vivía totalmente para el fútbol. Cuando se tienen cualidades se puede llegar, pero él, además, vivía entregado para esto. Siempre estaba dispuesto a jugar. Para mí, ha sido el maestro.

Yo llego al Madrid en 1959. Si lo hago es gracias a él. Me acuerdo de que le marqué cuando yo estaba en Osasuna. Perdimos 0-1 contra el Madrid, pero cuando nos íbamos a los vestuarios, él me dijo: vas a fichar por el Real Madrid. Supongo que le gustó que no le diera patadas. Bueno, quizá alguna patada le daría... A los cuatro meses, cuando acabé contrato con Osasuna, empecé a jugar en el equipo blanco. Yo siempre he sido madridista, por Marquitos y Gento. Para mí, llegar a ese vestuario fue el no va más.

He convivido mucho, vivíamos en el mismo barrio, por el Paseo de la Habana, en Madrid, y estábamos todo el día juntos. Solíamos quedar en un bar enfrente del Bernabéu y hablábamos de fútbol. Nos tomábamos una copita o dos y seguíamos hablando de fútbol. Después, llamábamos a nuestras mujeres, íbamos a cenar y seguíamos hablando de fútbol. Le encantaba hacerlo, sobre todo con los compañeros, que con gente extraña se cortaba un poco más. Tenía una memoria fuera de la normal. Es como Zoco, que cuando necesitábamos la alineación de un partido nos la dice.

Ese vestuario era de compañeros y amigos, cuando salíamos de entrenar, quedábamos a tomar una cerveza con gaseosa en el chiringuito que había en lo que es la plaza de los Sagrados Corazones. Antes no era como ahora, apenas había televisión y la gente nos miraba, pero no nos paraban ni nos pedían autógrafos. Quien más llamaba la atención era Di Stéfano.