Análisis

Lo que le ha faltado a España en el Mundial de Qatar

Gavi, Morata, Rodri y Laporte, los aprobados de una selección demasiado ortodoxa con el estilo y sin desborde

La llegada de la selección española a Barajas después de ser eliminada por Marruecos en el Mundial de Qatar
La llegada de la selección española a Barajas después de ser eliminada por Marruecos en el Mundial de QatarKiko HuescaAgencia EFE

El partido de España contra Marruecos en el Mundial de 2022 no fue, en realidad, tan diferente al de octavos de Suráfrica 2010 contra Portugal: cerrado, con mucho balón de la Roja, pocas ocasiones y, en este último caso, resuelto con un gol de Villa que hoy el VAR hubiera anulado por fuera de juego; o tampoco tan distinto al de cuartos contra Paraguay, cuando sonaron las alarmas por un penalti que paró Casillas con 0-0. La gran diferencia, que no es poca, fue el resultado, que la pelota de Sarabia en Qatar tocó en el palo y se fue fuera en lugar de dentro.

Está claro que aquellos jugadores (Villa, Xavi, Iniesta, Casillas, Xabi Alonso, Silva, Piqué, Ramos, Puyol...) eran mejor que los de ahora, casi todos en el “top 3″ mundial en ese momento y ahora ninguno estaría ni en el “top 15-20″, pero hasta ahí la parte azarosa y tramposa que tienen el fútbol y la memoria. Eso no quita que la actual selección de Luis Enrique haya tenido un Mundial mediocre en el que se ha visto que las expectativas estaban por encima de la realidad. De las partidos citados al principio el único superviviente es Busquets, que ya parece haber llegado al final del camino. El futuro de Luis Enrique está en el aire; él dijo que quería convencer al mediocentro del Barça de disputar otro Mundial, pero el propio Busi está hablando de «echarse a un lado» e incluso en verano cumple contrato en el Camp Nou. El capitán ha hecho un campeonato sin pena ni gloria, culminado con un mal lanzamiento de penalti para certificar el derrumbe de la selección.

Han sido pocos los que han sacado nota en Qatar después de un primer partido que terminó siendo un espejismo. Han sido titulares dos futbolistas que suplentes en el Real Madrid y el Barcelona, Asensio y Ferran Torres, lo que es sintomático. Especialmente el azulgrana ha tenido un Mundial para olvidar más allá del festín del cómodo estreno ante Costa Rica. Por líneas, Unai Simón estuvo bien ante Alemania y contra Marruecos también hizo una parada decisiva al comienzo de la prórroga, luego los penaltis ya dependen de muchos factores; pero contra Japón falló, en lo que supuso el principio del hundimiento español. Rodri ha sido el más regular pese a jugar fuera de su posición, impecable, y Laporte llega al notable, mientras Alba se queda en aprobado sin más. El lateral derecho lo han ocupado tres futbolistas (Azpilicueta, Carvajal y Llorente) sin que ninguno destacara para bien y Balde está verde todavía. Pau Torres jugó contra Japón, y fue engullido como el resto. Pedri se perdió ante Marruecos, de nuevo sin respuesta en un partido demasiado físico, y su Mundial ha estado muy por debajo de lo esperado; no el de Gavi, el más joven y el que más ha dado la cara. La decisión más incomprensible de Luis Enrique fue sustituirlo ante Marruecos cuando estaba siendo el único que ganaba duelos, el que chocaba y recibía o hacía falta, el que entró en la pelea que planteó el rival y a veces lograba salir victorioso. Junto a él y Rodri, la lista de aprobados se completaría con Morata, que sólo fue titular ante Japón y marcó y que lo ha hecho bien cada vez que ha participado, incluso en los octavos. Dani Olmo ha ido de más a menos.

El problema de España no es el estilo, los 1.000 pases, que también dio ante Costa Rica con éxito. Es una selección a la que le viene mejor rivales que no se encierren. Equipos como Marruecos, ordenados y solidarios, se pueden romper a través de la calidad individual y España no tuvo desborde (o no tiene, en general, ese futbolista diferente) y por eso no creó peligro. Sólo intentó saltarse las normas Nico Williams, mientras que Ansu Fati volvió a demostrar que todavía no es el futbolista de antes. España no tuvo (no tiene) un jugador que se saliera de la norma y murió por asegurar el balón y no se castigado en las contras.